Oxfam Intermón Trailwalker: 100 kilómetros que pueden cambiar vidas

Hay mucha gente que corre: huyendo del hambre, tratando de subirse a un tren que se aleja, persiguiendo una cometa que se lleva el viento, detrás de un balón, en dirección al hospital donde está a punto de nacer un bebé, hacia un hospital donde agoniza un ser querido, tratando de llegar puntual a un examen, a una entrevista de trabajo, a la última cita con un amor ya irrecuperable, a la meta, al refugio antiaéreo, a casa antes de que estalle la tormenta.

Correr es parte de la naturaleza humana desde que un mono loco decidió bajarse un día de un árbol y erguirse sobre sus dos patas traseras pero, prodigios de la evolución y el sedentarismo, hoy el ser humano puede correr por el simple placer de hacerlo, sin más motivo que –y no es poco- el cuidado de la salud y  la diversión. Sin embargo, esta vocación »runner» a veces se combina con una causa solidaria que engrandece cada zancada del corredor, convertido de esta forma en embajador de nobles propósitos. Es el caso del Oxfam Intermón Trailwalker.

Intermón Oxfam Trailwalker

Con la motivación de »poder cambiar vidas», 750 participantes, divididos en equipos compuestos por cuatro corredores y dos personas que les ofrecen el soporte necesario en algunos puntos del recorrido, se dispusieron a recorrer 100 kilómetros en un tiempo inferior a 32 horas para superar esta prueba. Pero en esta carrera no importa llegar primero o último. Se trata ir superando kilómetros de camino rural por el Valle de Lozoya para luchar contra la pobreza y por el acceso al agua potable como un derecho básico. Otro de los objetivos de esta prueba es fomentar las relaciones entre compañeros y compañeras de trabajo, pues muchas empresas han impulsado la formación de equipos para reforzar el ‘teambuilding’.

Oxfam Intermón Trailwalker en madrid

Cada equipo que participa en el Trailwalker se compromete a recaudar, antes del evento, un mínimo de 1.500 euros para apoyar los proyectos de Oxfam en todo el mundo con la ayuda de familiares, amigos, conocidos o empresas les aportan a través del perfil que cada equipo tiene en la web del Trailwalker, llegando algunos equipos a recaudar cantidades superiores a 11.000€. Así, los equipos que participan en el Trailwalker se convierten en un ejemplo de solidaridad, deportividad y trabajo conjunto antes de tomar la salida.

El circuito Oxfam Trailwalker 2017 concluía este fin de semana en Madrid. Pero esta cita se suma a los desafíos de Girona y Vitoria, con los que se ha superado en total el millón de euros de recaudación por parte de 600 equipos repartidos por toda España. De este modo, la media de recaudación por cada equipo participante en el Trailwalker de este año ha sido de 1.780 euros. Oxfam Intermón destina todo este dinero a la lucha contra la pobreza y el derecho al agua potable, gracias a lo que se ha convertido en el reto deportivo y solidario por equipos que más recauda en nuestro país.

Desde que comenzó a realizarse esta prueba en 1986, ya se han ataviado con su gorra y sus zapatillas 2.400 equipos que han recaudado más de 5 millones de euros en 11 países diferentes recorriendo kilómetros que cambian vidas de quiénes más lo necesitan. Con este mismo objetivo, cuatro equipos formados por empleados de Orange España decidieron cambiar el aperitivo del fin de semana por zancadas solidarias. Algunos ‘runners’ experimentados y otros miembros con menos vocación atleta, pero todos ellos tomaron la línea de salida con la misma ilusión por colaborar con una buena causa.

compañerismo, esfuerzo y zancadas

Fueron muchos los que gracias al compañerismo, el esfuerzo y al apoyo ofrecido por parte del equipo, fueron superando los kilómetros -paso a paso- hasta cruzar una meta que prometen no olvidarán jamás. Aniano Manrique se dispuso a realizar esta prueba solidaria por segundo año consecutivo y logró superar el reto. Tiene claro que volverá a intentarlo, pues »cada instante de esta carrera provocan un cúmulo de emociones que lo hacen inolvidable». José Antonio Apastegui se siente muy afortunado de haber participado en esta carrera que, junto a su equipo, consiguió terminar en poco más de 23 horas, siendo el primer grupo de Orange que cruzó la meta y el número 35 de la clasificación general.

Cristina Mancha también quiso volver a colaborar, en todos los sentidos. Esta trabajadora de Orange pasó toda la noche sin dormir para dar apoyo a sus compañeros y »compartir la alegría de alcanzar la meta después de haber corrido, caminado, reído y sufrido esos 100 kilómetros cargados de anécdotas». Tras vivir esta experiencia por segunda vez, no duda en animar a otros compañeros de trabajo a que participen en lo que ella define como un »reto personal y de equipo inolvidable».

todos ganan esta carrera

Porque todos ganaron esta carrera a pesar de que algunos no pudieron llegar a la meta. Isabel Navarro también quiso representar el espíritu solidario de esta compañía en Oxfam Intermón Trailwalker, pero a mitad de camino tuvo que parar en boxes. »Cuando te comentan que no tienen pies de repuestos y te haces a la idea de que tienes que abandonar la prueba, se te hace un nudo en el estómago que apenas te permite tragar saliva… Pero entonces, recuerdas que hay gente que sigue ahí, luchando por conseguirlo y debes de sacar fuerzas de donde quiera que sea para animarles a llegar victoriosos a la meta», relata con una sonrisa porque el reto estaba superado mucho antes de empezar a caminar.

Después de estos 100 kilómetros, Isabel -al igual que el resto de sus compañeros- solo espera volver a correr para sentir de nuevo el significado de la palabra compañerismo fuera de la confortable oficina, ponerse en la piel de quiénes necesitan su ayuda y dar zancadas hasta necesitar unos pies nuevos si es por una buena causa. ¡Enhorabuena a todos!

Fotografías: María Montaner

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