Bisturíes, agujas y puntos de sutura en manos de robots en los quirófanos

Seres humanos y robots se pueden coordinar eficazmente durante los procedimientos relacionados con cirugías de alto riesgo, según se desprende según un estudio publicado en la revista Frontiers in Robotics and AI. En esta investigación, un equipo internacional dirigido por Elena De Momi, del Politécnico de Milán, entrenó a un robot para imitar acciones humanas naturales en un quirófano con resultados satisfactorios. A la luz de los resultados obtenidos, quizás antes de lo que pensamos, los asistentes quirúrgicos de nuestros hospitales tendrán almas de metal.

brazos robóticos y humanos

El objetivo no es eliminar la experiencia humana de la sala de operaciones, sino complementarla con las habilidades y beneficios particulares de un robot. Según explica De Momi, «Como roboticista, estoy convencida de que los colaboradores robotizados cambiarán el mercado de trabajo, pero no robarán oportunidades de trabajo. Sólo nos permitirán disminuir la carga y lograr mejores resultados en varias tareas, desde la medicina a las aplicaciones industriales «.

Para llevar a cabo su experimento, el equipo de De Momi fotografió a un ser humano realizando numerosos movimientos, como entregar instrumentos a un cirujano. Estas capturas de cámara fueron introducidas en la red neuronal del brazo robótico, que es crucial para controlar los movimientos. A continuación, un operador humano guió el brazo robótico imitando los movimientos que el sujeto humano había realizado inicialmente. La conclusión es que, aunque no había una superposición perfecta entre las acciones robótica y humana, eran muy similares.

Finalmente, varios humanos observaron al brazo robótico realizar un gran número de movimientos para determinar si las acciones de los brazos robóticos eran «biológicamente inspiradas», lo que indicaría que sus redes neuronales habían aprendido efectivamente a imitar la conducta humana. Esta hipótesis de trabajo se confirmó en casi el 70% del tiempo.

Robots enfermeros
El sujeto permanece sentado a una distancia de 3 metros del brazo del robot. Las trayectorias de tipo humano y no humano se realizaron en un orden aleatorio (10 humanos y 10 no humanos). El sujeto fue instruido para determinar si la trayectoria realizada era de un tipo u otro. Se utiliza un auricular reductor de ruido para evitar que el sujeto se vea influido por el ruido del motor del robot. Fuente: Frontiers in Robotics and AI

capacidad de generalización de la inteligencia artificial

En la sala de operaciones, durante las intervenciones, se pide a los asistentes del cirujano que manejen eficazmente cada instrumento necesario en el momento justo (tratando incluso de anticipar la solicitud real), de modo que el cirujano pueda mantener la atención en el campo quirúrgico mientras recibe el nuevo instrumento. La cinemática biológicamente inspirada permitirá una interacción más natural, maximizando la eficacia del gesto de traspaso. El enfoque seguido en este documento es el de «aprender de la imitación» mediante la explotación de la capacidad de generalización de la inteligencia artificial.

Estos resultados son prometedores, aunque se necesitan más investigaciones para validar o refinar las conclusiones de De Momi. Si los brazos robóticos pueden imitar el comportamiento humano, sería necesario construir entornos adecuados para que los seres humanos y los robots puedan cooperar eficazmente en situaciones de alto estrés, como las salas de operaciones.

la invasión de los fríos y eficaces robots

Los robots ofrecen una mayor precisión y exactitud, superando la fuerza humana y la resistencia, con lo que pueden liberarnos de tareas tediosas, duras o peligrosas. Esto es lo que sucede en los entornos industriales, como en la fabricación de automóviles, donde el robot y el ser humano pueden trabajar en colaboración. La posibilidad de compartir de forma segura el mismo entorno está garantizada por la presencia de sensores que monitorizan cada actividad.

Cada día que pasa es más difícil argumentar en contra de la automatización cuando las estadísticas ilustran claramente su potencial. Según un artículo publicado en Weforum, la última evidencia proviene de una fábrica china en la ciudad de Dongguan. La fábrica reemplazó recientemente el 90 por ciento de su fuerza de trabajo humana con máquinas, y logró un asombroso aumento del 250 por ciento en la productividad y una caída significativa de 80 por ciento en las piezas defectuosas.

la fábrica china que cambió a los humanos por robots

La fábrica Changying Precision Technology Company solía necesitar 650 trabajadores humanos para producir teléfonos móviles. Ahora, la fábrica está dirigida por 60 brazos de robot que funcionan 24 horas a través de 10 líneas de producción. Sólo 60 personas siguen siendo empleados por la empresa – tres están asignados al control y supervisión de la línea de producción, y los demás monitorizan los sistemas de control de computadora-. Cualquier trabajo restante que no sea manejado por seres humanos queda en las manos de máquinas.

Imagen: Industriemuseum Chemnitz

De acuerdo con Luo Weiqiang, gerente general de la fábrica, el número de personas empleadas podría bajar a sólo 20, y dado el nivel de eficiencia alcanzado por la automatización, no pasará mucho tiempo antes de que otras fábricas sigan sus pasos.

47% de los empleos de EEUU en riesgo

Sin embargo, esta eficiencia tiene un precio: nuestros empleos. De hecho, según un estudio conjunto realizado por la Universidad de Oxford y la Escuela Oxford Martin, «el 47 por ciento de los empleos en los Estados Unidos están en riesgo de ser automatizados en los próximos 20 años».

Tal como se puso de manifiesto en la última Global Robot Expo, los robots, a día de hoy, ya encuentran aplicaciones prácticas en innumerables sectores profesionales e industriales. Se usan en cadenas de producción para la fabricación de equipos electrónicos, vehículos, juguetes o en la alimentación, en instalaciones logísticas como las de Amazon, e incluso en hoteles “hi tech” atendiendo a los clientes o en periodismo.

Sobre la irrupción de los robots en esta última profesión, la periodista Ana Gamazo considera que «el periodismo es otra cosa y me niego a admitir ni siquiera el símil. Escribir en una web no te da el derecho a ponerte el título de periodista; utilizar un robot para hacer textos sobre una base de datos para llenar tus páginas web, tampoco y, por supuesto, una máquina no debe sustituir nunca a un periodista ni siquiera para las noticias más rutinarias».

Imagen: Pixabay

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