¿Un famoso metiendo la pata? Solo podía pasar en internet

Ah, el personaje famoso, rodeado de glamour, con ese halo de magnetismo que nos hace desear besar cada centímetro del suelo que pisa… Hasta que llegó Internet y, claro está, las redes sociales. Nuestra celebridad se abrió un perfil y comenzó a hablar y comentar lo que sucede en el mundo. Y resultó que el famoso no era tan brillante ni sofisticado, sino una persona normal que se equivoca como todo quisque. Aunque tratándose de un VIP, las meteduras de pata son más memorables, como refleja con mucho sentido del humor el libro ‘Yo también la lie parda en Internet’, firmado por el periodista Manuel Moreno.

La actualidad no es lo mío

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Que uno sea un deportista de élite, no quiere decir que esté informado de la actualidad, ni siquiera un poco. El pobre Sergio Ramos es un famoso que ha protagonizado bastantes chanzas en Internet a raíz de algunas meteduras de pata. Como la que vivió en 2013, cuando felicitó a la selección femenina de waterpolo por su medalla de oro en el Mundial tras ver la final disputada por televisión. Hasta aquí, todo bien, si no fuera porque lo que Ramos estaba viendo era una repetición de Teledeporte y las chicas habían ganado la medalla sí, pero tres semanas antes.

El problema de David Bisbal con su tuit sobre las pirámides en 2011 fue la descacharrante interpretación que el cantante hacía de la tensa situación social que vivía el pueblo egipcio a causa de la revuelta contra Mubarak: «Nunca se han visto las pirámides de Egipto tan poco transitadas, ojalá que pronto acabe la revuelta«. Los tuiteros se pusieron las botas con los chistes a su costa y el hashtag #turismobisbal se convirtió en tendencia.

No sabemos qué pasaba por la cabeza de Rafa Nadal cuando publicó un tuit sobre la supuesta muerte de Nelson Mandela que, en ese momento (junio de 2013), estaba vivito y coleando. Da mal rollo que te den por muerto cuando estás vivo pero, desde luego, ese es otro de los leitmotiv del mundo de Internet.

Por la boca muere el pez

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Otro error muy común es el que se da cuando un famoso (o un político, al que siempre se le supone más cuidadoso con el lenguaje) intenta expresarse en los 140 caracteres de Twitter pero el resultado no es el que él quería. O, si no, que le pregunten a Carlos Floriano que intentaba defender a su partido del asunto de los papeles de Bárcenas, pero la cosa no resultó demasiado bien.

Y más de políticos (o actores metidos a políticos, que hay unos cuantos). Toni Cantó, que ahora milita en Ciudadanos, es una persona muy vehemente en sus declaraciones. Pero cuando éstas quedan fijadas en una red social, la repercusión puede ser tremebunda. Podríamos decir que, simplemente, la lió parda al cuestionar las denuncias por violencia de género, uno de los problemas más graves a los que se enfrenta nuestra sociedad.

El famoso pasa a ser ese personaje sin derecho a expresar sus opiniones más triviales libremente, como hacemos cualquiera de nosotros en nuestra cuenta de Twitter. Elena Valenciano lanzó un comentario que no tendría ninguna repercusión en un foro privado: «¿Habéis visto un tío más feo que Ribery?«, pero, desde el perfil de una de las políticas más seguidas de nuestro país, traspasaba la frontera de lo políticamente correcto. Ese mismo día, Valenciano pidió disculpas.

El director de cine Nacho Vigalondo llega a los 50.000 seguidores y se viene arriba con este tuit que muchos no habrán olvidado: «Ahora que tengo más de cincuenta mil followers y me he tomado cuatro vinos podré decir mi mensaje: ¡El holocausto fue un montaje!». Hacer bromas sobre el holocausto nazi como que de muy buen gusto no es. Más bien, es un asunto que los tuiteros no pasan por alto. La alegría por haber alcanzado tan notable cifra de followers le duró poco al cineasta.

Nada salva al famoso de turno de la hoguera digital a la que le pueden lanzar sus tuits. La cantante Rihanna se echó pero que a muchos seguidores encima cuando usó el hashtag #FreePalestina en uno de tuits. Y es que muchas veces acusamos a las socialites de no mojarse con los temas de actualidad, pero, cuando se significan, las consecuencias para ellos pueden ser pésimas.

A la rica filtración

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Es muy bonito que los VIPs quieran compartir su vida privada, pero ese buen rollo les puede dar tan mal resultado como a Paula Vázquez, que al colgar la foto de un parte de hospital no se dio cuenta de que estaba publicando su número de teléfono. El acoso que sufrió después a base de llamadas y más llamadas fue de órdago.

Hablamos ahora de una filtración que no fue vital, ni mucho menos. Precisamente, su carácter lúdico fue lo que provocó las reacciones hilarantes. La ministra Fátima Báñez y su cuenta en Twitter se hicieron muy populares cuando se publicó la puntuación conseguida en unos de esos juegos a los que, realmente, todos somos aficionados. El Bubble Shooter Adventures le costó un disgusto a Báñez, aunque ella explicó que esa publicación era consecuencia de una «travesura infantil».

Sara Carbonero es una de las mujeres más seguidas del panorama nacional, por lo que todas sus acciones son estudiadas al milímetro (y sus tropezones se convierten en trending topic). La periodista la lió pero bien cuando colgó en su blog Cuando nadie me ve un post en el que se podían leer las contraseñas de la zona wifi de la zona de prensa que usaban todos sus compañeros en el pasado Mundial de Fútbol celebrado en Brasil.

Para promocionarme así…

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Un tema muy controvertido es el de los famosos que promocionan marcas y productos desde sus cuentas de redes sociales como si fueran comentarios normales y naturales, sin ninguna doble intención. La cosa se complica cuando, encima, meten la pata al hacerlo. Esto le pasó al portero Iker Casillas cuando colgó una foto de un móvil Samsung… desde su iPhone.

El caso de Casillas es más común de lo que parece, lo propio le pasó a Alicia Keys que no era un famoso más, sino la flamante directora creativa de Rim, la compañía de móvil propietaria de BlackBerry. Aunque poco le duró el cargo cuando la descubrieron usando iPhone. Desde luego, en Apple tienen que estar contentos.

Un poquito de imaginación, de creatividad o de ganas, ¿es mucho pedir? Naomi Campbell también es una celeb con una curiosa lista de meteduras de pata, algunas más graves que otras, claro. No se pondrían muy felices en Adidas cuando la modelo colgara en su Instagram una foto de sus nuevas zapatillas, y un texto que era un copypaste del mensaje que le había mandado el directivo de la marca para pedirle que las promocionara. La repercusión para las zapatillas está ahí. Eso sí, no sabemos si la deseada.

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Imagen de portada | AntonioGuillem

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