¿Qué se puede hacer en el Mobile World Congress con una entrada VIP de 2.600 euros?

El Mobile World Congress es un evento enorme en todos los sentidos. Desde sus magnitudes físicas, capaces de llenar todo el espacio de la Fira en Barcelona con más de 108.000 visitantes, hasta sus magnitudes económicas, tanto en la parte de los beneficios que deja a Barcelona (en torno a los 465 millones de euros) como en la parte de los costes para las empresas que montan sus stands o en la parte de las entradas para el público.

Precisamente, este año tuvimos la ocasión de acceder a la Feria con un pase Gold, con un coste de 2.699€. Sí, efectivamente, 2.699€. La entrada “normal” cuesta 799€ y el pase Platinum sube hasta los 4.999€, quedándose el Plata en 2.199€. Toda una oportunidad para conocer el MWC desde una perspectiva diferente a la acostumbrada como periodista.

Puede parecer una cifra muy alta para el común de los mortales, y se podría pensar que con un pase Gold tendríamos derecho a disfrutar de un tratamiento VIP súper exclusivo, pero el MWC es otro planeta, incluso para las nomenclaturas, como veremos a continuación.

El tiempo es Gold

Lo cierto es que llegamos al MWC con nuestro flamante pase Gold tras recogerlo directamente en la estación de Sants. De momento nada reseñable, ninguna alfombra roja ni carteles con nuestro nombre. Bromas aparte, todo muy normal y convencional.

Esperamos a encontrar la sala VIP para networking reservada a los asistentes con pases Gold y Platinum (aunque los Platinum tienen su propia sala VIP, todo sea dicho). Tampoco encontramos un glamour especial en la sala, salvo bebidas y algún que otro canapé de los que solo te comes cuando estás hambriento. Pero empezamos a captar la esencia de las ventajas de tener un pase de 2.699€.

La mayor ventaja de un pase de este tipo en un evento como MWC es el ahorro de tiempo, no el disfrute de privilegios materiales. El dicho “El tiempo es oro” cobra un sentido especial cuando se trata de sacar el máximo partido de un evento con más de 2.000 expositores y 108.000 visitantes, muchos de los cuales son CXX, es decir, CEOs, CTOs, CDOs, CMOs y así hasta agotar las letras del abecedario.

Cada minuto cuenta

Ir al MWC es una inversión. Tanto para los que exponen como para los que visitan. A veces podemos pensar en este tipo de eventos como una mezcla de diversión y trabajo. Pero, para quienes dependen de cuatro días de feria para conseguir el mayor número de contactos, propuestas de negocios o recopilación de información, cada minuto cuenta.

El pase Platinum goza de un estatus un tanto más lujoso si se quiere. Ese pase es, posiblemente, el que combina una cierta dosis de trabajo con un mayor disfrute de las posibilidades de ocio que tiene el MWC. Pero el Gold, en la práctica, es una modalidad para los que realmente quieren trabajarse el evento y sacar el máximo partido de la misma.

La sala VIP, en el pabellón 4, prácticamente a medio camino de todo en el centro de la Feria, está estratégicamente ubicada, al lado justo de la zona de comidas y del escenario donde se desarrollan las keynotes más relevantes. Además, existen entradas especiales habilitadas para garantizar a los visitantes Gold el acceso a estas sesiones en sitios preferentes, y también para salir primero de las mismas y hacer networking en espacios dedicados a tal efecto.

La Sala VIP es un espacio tanto para comer o descansar un rato, como para reunirnos con nuestros contactos. Y, de hecho, incluso como periodista con una sala a nuestra disposición, en última instancia la Sala VIP era mejor que la tortura de esperar a encontrar un sitio libre en la zona de prensa. Y con mejor velocidad para la conexión WiFi también.

Acceso a eventos y conferencias

Con el pase Gold también contamos con una cierta ventaja a la hora de asistir a las keynotes y conferencias. De nuevo, se trata de un lugar de encuentro para profesionales que, de otro modo, no estaría a nuestro alcance.

En un evento con más de cien mil asistentes, la diferencia entre estar o no estar en un determinado evento puede suponer perder la ocasión de cerrar un negocio importante. Y esa diferencia se paga, y mucho.

Como periodista, disponer de un pase Gold también supone un plus para estar en stands donde, de otro modo, pondrían reparos para entrar fuera de las actividades propias de prensa, como los recorridos guiados por las zonas de demostración. Con la cámara en mano y la gorra calada, lo normal es que comprueben dos veces que el verde de acceso no es un error, y no nos libramos del “no pictures” en algún que otro caso. Pero al segundo día ya sabemos todos a qué atenernos sin fricciones.

Informes y contenido de las sesiones

Otro valor añadido es el de los materiales documentales. Con el Pase Gold es posible acceder al GSMA Intelligence Report, así como a los materiales de algunas de las sesiones y conferencias del evento. Estos informes no son precisamente baratos si nos decidimos a hacernos con uno, pero son de especial utilidad a la hora de hacer análisis de mercado y oportunidades para nuestros negocios.

También contamos con acceso a tours guiados por el evento, así como a algunos programas de partners, con un interés variable dependiendo de nuestro campo de experiencia o nuestra área de negocio.

El precio del MWC

Si atendemos a las cifras que se barajan en un evento como el MWC, con tarifas para los expositores que incluyen “gangas” como los 2.500€ que cuesta tener WiFi durante los cuatro días de evento, o los 6 millones de euros (euro arriba o euro abajo) que cuesta el stand de Huawei (únicamente el suelo), los 2.699€ del pase Gold se antojan hasta casi calderilla.

Es un evento exclusivo, donde las empresas, de momento, siguen necesitando estar para tener visibilidad y para asegurarse de que están en disposición de aprovechar las oportunidades de negocio que se puedan presentar durante los días de feria. Y eso se paga.

Los cuatro días que dura el Mobile World Congress son, en cualquier caso, una experiencia capaz de alejarnos de la realidad del mundo para entrar en un inmenso parque de atracciones de los negocios donde se pulveriza la rutina del día a día para sustituirla por una carrera contrarreloj para aprovechar cada una de las oportunidades que se nos presentan durante este evento.

Y la entrada a un parque de atracciones de los negocios cuesta más cara que la de un parque de atracciones para el ocio.

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