El misterioso bosque malagueño que nos traslada a mundos medievales

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Después del esperadísimo estreno de Juego de Tronos parece que todos nos encontramos en una especie de nube medieval de la que es difícil escapar. Castillos, fortalezas, señores y damas… nuestra cabeza es un auténtico baúl de historias ambientadas en épocas pasadas y parece que, muchos de nosotros, no somos capaces de eliminar de nuestra mente la incertidumbre sobre quién se sentará en el trono de hierro. Como no nos queda otra que esperar para conocer al triunfador de los Siete Reinos, hemos decidido trasladarnos al bosque de Monte Calvario, situado en el corazón de Málaga, para sobrellevar este sinsabor y saciar nuestros deseos de mundos medievales. Caminar entre sus árboles es trasladarse a civilizaciones paralelas gracias a las obras que esculpe Manuel Ledesma en sus troncos.

Arte al aire libre

Hace ya seis años que Manuel comenzó a tallar los troncos de los eucaliptos del Monte Calvario. Este vecino malagueño se mantenía fiel a sus paseos diarios por el bosque cuando, un buen día y navaja en mano, tuvo la idea de comenzar a darle forma a unas cuantas ramas. A partir de ahí su imaginación ha ido abriendo fronteras y ya no hablamos de pequeñas obras, sino de auténticas fortalezas y castillos que dormitan dentro de grandes troncos. Caminar entre ellos es sinónimo de trasladarse a un mundo cargado de fantasía, una realidad paralela que nos podría hacer sentir como la mismísima Cersei Lanister recorriendo los pasillos y pasadizos de la Fortaleza Roja.

Cada vez que Manuel tiene en mente una obra, debe seleccionar el árbol que albergará su arte, descortezarlo con un hacha  dejarlo secar durante seis o siete meses. Una vez finalizado este proceso, puede comenzar a trabajar. Cada una de sus creaciones requiere una media de dos a tres meses de trabajo, todo depende del tipo de madera al que se enfrente el artista. Además, tal y como afirma Manuel para el periódico El País, él no conoce demasiado acerca de los distintos estilos arquitectónicos que, inocentemente, decoran sus obras. Todo se agolpa en su cabeza de repente y él, como no podía ser de otra manera, se deja llevar. Manuel tiene muy claro que existe una especie de conexión entre su imaginación y la madera, una conversación que termina con un resultado emocionante.

Los árboles como reclamo turístico

Las obras de Manuel Ledesma se han convertido en un auténtico reclamo turístico en la zona. Son muchos los que se acercan hasta el bosque de Monte Calvario atraídos por esos mundos medievales y fantásticos que se esconden en los troncos de los árboles. Ocho de las piezas talladas por este, hasta hace poco anónimo, artista se encuentran a la entrada del bosque con la intención de dar la bienvenida a los visitantes. Las demás están repartidas en distintos lugares, lo que otorga a este lugar un toque de misterio y fantasía que atrapa a todos los que recorren sus caminos. Manuel ha recibido en varias ocasiones la visita de pintores y escultores profesionales y, tal y como afirma para El País, charlar con ellos sobre su trabajo se ha convertido en uno de los aspectos más gratificantes.

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Como véis, el bosque del Monte Calvario es un viaje a otros mundos, a otras civilizaciones e incluso a otras realidades. Sabemos que es imposible colarse en la Tierra Media de El Señor de los Anillos o en la larga y ancha Invernalia de Juego de Tronos pero, oye, soñar es gratis y estos castillos de madera nos ayudan a ello.

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