Miquel Baidal, ilustrador científico: «Si cobrásemos por horas, nuestro trabajo sería impagable»

Cuando Darwin regresó de su expedición científica de casi un lustro a bordo del Beagle no paraba de decir: “La cantidad de información que he perdido por no saber dibujar”. Si hubiera nacido a finales del siglo XIX, Miquel Baidal habría tenido uno de los mejores clientes que pudiera desear. Creador de la plataforma divulgativa Illustraciencia, este barcelonés educado en la escuela de arte de La Massana lleva años trabajando para que la ilustración científica tenga el reconocimiento que se merece.

Investigadores, editoriales, organismos públicos, medios de comunicación y todo tipo de empresas del sector científico-tecnológico se cuentan entre los clientes de estos profesionales que ya marcaron su destino hace miles de años, cuando su primer maestro dibujó un bisonte en una cueva.

Dos de ellos, James Gustafson y Lilian Tendilla acaban de ganar la octava edición del Premio Internacional de Ilustración Científica y Naturalista, otorgado por Illustraciencia. Esta plataforma fue creada por Baidal en 2009 gracias al apoyo de la Asociación Catalana de Comunicación Científica (ACCC) y actualmente cuenta con la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología-Ministerio de Ciencia e Innovación (FECYT), el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y organizaciones como la Fundación LaCaixa.

ARTISTAS DE LA PRECISIÓN

Basta con ver las dos obras premiadas, elegidas por un comité de expertos entre las 40 finalistas (de las más de 500 que se presentaron) para hacerse una idea de la gran importancia que tiene esta disciplina artístico-científica para ayudar a sintetizar y representar todo lo relacionado con la ciencia y la naturaleza. Miquel Baidal nos ‘ilustra’ sobre el callado y no siempre bien reconocido trabajo de estos artistas de la precisión:

– Además de la convocatoria anual del premio, ¿qué otras actividades realizan desde Illustraciencia?

Se imparten numerosos cursos online especializados en distintas disciplinas científicas, como la botánica, la entomología, la paleontología, la medicina, la microscopía… Con el objetivo de formar a ilustradores e ilustradoras que puedan transmitir de forma visual, atractiva y rigurosa la ciencia a la sociedad. También hacemos talleres y charlas para profesionales e incluso ofrecemos material de aprendizaje gratuito a través de nuestro ebook. También realizamos una labor de concienciación animando a nuestra comunidad a participar en los llamados IllustraRETOS, que nos permiten trabajar conjuntamente con investigadores para llenar las redes de ilustraciones de especies amenazadas o en peligro de extinción, como el lince ibérico o la jara de Cartagena.

LA REVOLUCIÓN DIGITAL

– ¿Cómo puede sobrevivir el dibujo científico en plena era digital?

Precisamente, el dibujo científico y cualquier tipo de disciplina gráfica se ha beneficiado enormemente de la era digital. Las técnicas digitales permiten a los autores ahorrar en materiales, ya que no necesitan invertir en papel, otros soportes o herramientas como pinceles y pintura. Y en tiempo, puesto que los errores durante la ejecución de las ilustraciones son mucho más fáciles de corregir y cualquier aspecto se modifica sin mayor problema. Además, la digitalización permite acceder más fácilmente a referencias visuales y bibliográficas, necesarias para la correcta documentación de una ilustración científica, así como crear copias de las obras originales, ya sean digitales o de técnica tradicional, lo que se traduce en una fácil distribución y un mayor alcance y visibilidad de las obras por parte del público.

– ¿Qué aporta el diseño científico a la investigación?

Muchas veces, los conceptos o innovaciones científicas surgidas del mundo científico son difíciles de transmitir a la población general o incluso a otros científicos de distintos campos. El diseño, la ilustración y la visualización de datos permiten sintetizar esa información y mostrarla de forma limpia, clara y, sobre todo, visual y atractiva para una mejor y más fácil comprensión de la información. Y es beneficioso para todos. Por una parte, las ilustraciones captan la atención del público gracias a su calidad y atractivo estético, haciendo que entienda fácilmente la información científica que transmiten. A partir de aquí, la reputación de la ciencia y los investigadores que se preocupen de llegar al público mejorará, ya que el alcance de sus publicaciones será mayor.

DÍA Y MEDIO PARA UN DIENTE

– Eduardo Saiz, ilustrador y biólogo burgalés especializado en paleontología, afirma que se pasa día y medio para dibujar un diente. ¿Está bien pagado este trabajo?

Tanto en España como fuera de ella hay quien conoce el valor de la ilustración científica y el trabajo que requiere y está dispuesto a pagar por ello, como quien no. También es posible que haya quien sea consciente de ese valor, pero no disponga de recursos económicos para costearlo. Realmente, si cobrases el trabajo por las horas que le dedicas, sería impagable. Por otra parte, es cierto que cuando ya has trabajado con un cliente, este empieza a ser más consciente de todo el trabajo que hay detrás de cada ilustración y de su valor. De este modo, cuanto más trabajas con ellos, más personas hay educadas en lo que implica y se acostumbran a los precios que se manejan en este tipo de encargos.

– También afirma Saiz que aunque existen miles de fotografías sobre las piezas que estudian en Atapuerca, le llaman a él para dibujarlas. ¿Qué tiene la ilustración que no pueda tener una fotografía?

La ilustración presenta una serie de ventajas tales como la posibilidad de representar especies extintas que de ninguna manera podemos fotografiar en la actualidad; o colocar e iluminar una especie de la forma más óptima para resaltar la información que queremos transmitir. Un pájaro no va a posar para ti, ni las piezas de Atapuerca se van a ver más nítidas o van a aparecer sin sombras o relieves molestos por muy buena que sea tu cámara. Por otra parte, hay muchos procesos metabólicos o celulares imposibles de fotografiar, por lo que en estos casos es imprescindible e inevitable hacer uso de la ilustración, como ocurre en las figuras de los artículos científicos o en los libros de texto, por ejemplo. La ilustración también permite ‘abrir’ una especie o parte de ella para ver su interior, de forma ordenada, clara y con códigos de colores que facilitan su entendimiento, como ocurre con los atlas de anatomía, donde las venas son azules y las arterias, rojas. Probablemente, si comparas un atlas de anatomía ilustrada o ilustraciones microscópicas con fotografías, prácticamente no distingas nada en las segundas a no ser que seas un experto médico o cirujano.

CADA VEZ MÁS NECESARIOS

¿Cuántos ilustradores científicos hay en España? ¿Van en aumento?

No sabría decir una cifra aproximada, pero sí podemos asegurar que cada vez hay más ilustradores científicos, tanto en España como en el extranjero. La necesidad de comunicar y divulgar ciencia o de márketing basado en el aporte de contenido de valor, visual, atractivo, que fomente la transparencia y confianza de instituciones y empresas, hace que cada vez sea más necesaria la ilustración científica. Ya hay numerosas convocatorias para proyectos de investigación que obligan a destinar parte del presupuesto a la comunicación y divulgación de dicho proyecto, lo que abre nuevas vías de progreso para la ilustración como herramienta comunicativa y de outreach [marketing de alcance].

– ¿La poca inversión en ciencia repercute cada vez a peor en vuestro trabajo?

Es muy difícil que, si el presupuesto es ajustado ya para los gastos derivados de la propia investigación (reactivos, instalaciones, maquinaria, material de laboratorio o de campo, personal, etc.), se destinen recursos económicos a la comunicación y la divulgación y, especialmente, a la ilustración. A pesar del gran valor que aporta para los investigadores y para el público, muchas veces se prescinde de ella y son los propios investigadores quienes tratan de crear una figura con resultados académicamente correctos pero no tanto a nivel estético, atractivo y profesional, lo que reduce en gran medida su impacto. La falta de inversión, por tanto, podría repercutir en el trabajo del ilustrador, pero también en la proyección del investigador y su institución.

LA COMUNICACIÓN, FUNDAMENTAL

– ¿Cómo es el proceso de trabajo entre el ilustrador y el investigador científico?

Al inicio del proyecto hay que tener muy claro el objetivo de la ilustración. Depende de si será para un artículo científico, una guía, material divulgativo… Y el público al que va dirigido. También es importante pensar en el formato y tener claras las medidas de las ilustraciones y el tipo de soporte en el que se va a distribuir. Todo ello hay que hablarlo con el investigador o cualquier cliente que pida una ilustración. En el caso de un tema científico, es necesario asegurarse de que contarás con los recursos informativos necesarios, y eso incluye la disposición del investigador para conseguir documentos o para reunirse y hablar detenidamente del tema científico a tratar, de manera que el resultado final conserve el rigor científico. Por supuesto, esto siempre será más fácil si el ilustrador posee algún conocimiento previo sobre la materia, ya que le ayudará a entender más fácilmente al investigador y aquello que necesita. La comunicación y el proceso creativo, en este caso, serán más fluidos. Por tanto, en cualquier caso, aunque dispongas de un experto, siempre vas a tener que estudiar.

– ¿Se ilustra mejor siendo científico o no es necesario?

Está claro que una formación científica va a proporcionarte una visión, contexto, recursos e incluso contactos con investigadores e instituciones científicas muy útiles a la hora de documentarte para tu trabajo o incluso conseguir clientes, porque ya contarás con contactos en el sector. Sin embargo, no haberse formado en ciencias previamente no impide a un ilustrador realizar un buen trabajo. Como decíamos, los encargos pueden ser sobre una materia muy especializada o incluso sobre especies o hallazgos completamente nuevos sobre los cuales no has podido estudiar porque no existían. Por tanto, lo más importante es disponer de los recursos necesarios para obtener información rigurosa y el acceso a expertos sobre el tema.

IMPRESCINDIBLES

– ¿En qué disciplinas científicas hay más demanda de ilustradores y por qué?

Posiblemente, aquellas en que no quede más remedio que usar una ilustración para transmitir información porque no existen otros formatos para conseguirlo. Por ejemplo, no podemos fotografiar un dinosaurio o los paisajes propios del mioceno, las sociedades del paleolítico o unas rutas metabólicas. La ilustración se vuelve imprescindible en disciplinas como la paleontología, la arqueología o la biomedicina. Del mismo modo, no es clarificador (y tampoco agradable) usar fotografías anatómicas, con lo que la ilustración adquiere una gran importancia en medicina.

– ¿Cuáles son las ilustraciones más complicadas de realizar?

Las mismas que en el caso anterior, es decir, aquellas que, por falta de documentación y referencias visuales, ya sea porque es una especie nueva o una extinta de la que solo disponemos de registros fósiles y animales que puedan vivir en ecosistemas similares, necesitan de la capacidad especulativa de artista y científico. Obviamente, especulativa en el sentido de que es necesario un gran conocimiento previo del que pueda extraerse información que nos ayude a acercarnos lo máximo posible a la realidad.

COMPLICACIÓN MOLECULAR

– Se supone que ilustrar un ave, de la que hay fotos, es más fácil que dibujar una molécula o las interacciones entre ellas. ¿Es cierto esto?

En ambos casos será imprescindible documentarse correctamente sobre aquello que se va dibujar y sintetizar y resaltar la información más importante. En el caso de un ave conocida, seguramente encontremos mucho material visual y escrito de referencia, lo que facilita el trabajo de documentación. Por otra parte, dibujar una molécula puede tener su complicación dependiendo de cómo la dibujemos: mediante líneas y bolas que representan los átomos y los enlaces entre ellos, según su hidrofobicidad, su estructura secundaria… No obstante, existen herramientas y bases de datos que pueden facilitar mucho esta labor, como Chimera o RasMol, que proporcionan representaciones en 3D de las moléculas que introduzcamos y nos permiten visualizarlas desde diferentes ángulos y destacando las partes que queramos.

– ¿Cómo se forman los ilustradores científicos? ¿Hay más escuelas, además de Illustraciencia con sus cursos?

En Illustraciencia disponemos de numerosos cursos online de unos dos meses cada uno, especializados en diferentes ámbitos de la ilustración científica, como la entomología, los peces, las aves, la botánica, la microscopía, etcétera, en los que profesionales en activo corrigen minuciosamente cada uno de los ejercicios y trabajos de los alumnos, además de ser muy accesibles para los estudiantes mediante diversos canales. Afortunadamente, en los últimos años la oferta formativa está aumentando. La Universidad del País Vasco organiza un máster y la de Girona un postgrado y eso es indicativo de una mayor presencia y necesidad de la ilustración científica. Me gustaría despedirme dando las gracias a todas las personas que han colaborado con el proyecto a lo largo de estos años, ya que con su esfuerzo y dedicación se ha posicionado la ilustración científica en el lugar que se merece.

En Nobbot |  Cuando los científicos veían lo que querían ver

Imágenes | Cedidas por Illustraciencia

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