El 5G hace posibles los tatuajes a distancia

Tatuaje 5G

La sorprendente tecnología aplicada en el proyecto del ‘tatuaje imposible’, que aprovecha la potencia de las conexiones 5G, crea oportunidades de futuro para una de las expresiones artísticas más tradicionales de la historia.

En los últimos años, los tatuajes se han normalizado bastante. Solo con un paseo rápido por programas de televisión o por nuestro feed de Instagram nos daremos cuenta de que ya es habitual verlos en las pieles de futbolistas, cantantes, cocineros de renombre e influencers. Aunque han quedado atrás sus vínculos con profesiones sospechosas, siguen conservando un gran poder de atracción. Imagina si no a los Ángeles del Infierno rodando sus Harley-Davidson por la Ruta 66, a miembros de la yakuza armados con katanas o al intimidante Viggo Mortensen en ‘Promesas del Este’. Estos y muchos más son, sin duda, personajes grabados en nuestra memoria audiovisual colectiva.

EL TATUAJE EN LA HISTORIA

Aunque hablemos de su conexión con las nuevas tecnologías, el tatuaje no es nuevo, ni mucho menos. De hecho, se trata de un arte ancestral presente a lo largo de siglos. Sus trazos pueden llegar hasta a Grecia, Roma, el antiguo Egipto, la Polinesia y la Isla de Pascua. Como en tantas otras expresiones artísticas, tipos de tatuaje hay muchos, como el que está considerado como tradicional (old-school norteamericano), de inspiración japonesa, los hiperrealistas, el handpoke (pulsado a mano) y los tribales, que aunque ahora parezcan un poco pasados de moda se encuentran en pleno revival por parte de los puristas del género.

Cada estilo tiene reglas estéticas propias, figuras representativas, gamas cromáticas y hasta zonas del cuerpo predilectas. Como todo esto dice mucho de la persona que lo muestra, si le añadimos, además, que un tatuaje nos acompañará toda la vida, a veces la decisión de qué, cómo y dónde tatuarnos puede convertirse en un proceso largo y no exento de dudas.

Si echamos un vistazo a la historia del ser humano, el primer tatuaje conocido data del 5300 antes de Cristo y lo luce en sus huesos Ötzi, un cazador neolítico al que los arqueólogos encontraron congelado en un glaciar, donde quedó probablemente atascado mientras acechaba a alguna de sus presas. Incluso remontándose tan atrás en el tiempo, el arte del tatuaje no ha sido nunca ‘alérgico’ a los avances tecnológicos. Afortunadamente para nuestra salud, un estudio profesional de tatuaje es a día de hoy un entorno aséptico y esterilizado. Para que nos entendamos, una especie de quirófano con banda sonora rockera.

Eso sí, aunque ya no nos ‘pinchemos’, como suele decirse en el argot, en una oscura taberna usando hidromiel como calmante, la idea de que nos tatúe un brazo robótico puede sonar aún un poquito distópica. ¡Esperemos que Charlie Brooker, guionista de la serie ‘Black Mirror‘, no se entere pronto!

TATUAJES Y TECNOLOGÍA, UNIDOS POR EL 5G

Y es aquí donde convergen dos cosas tan opuestas, al menos sobre el papel, como la técnica del tatuaje y las tecnologías de la información. Gracias al 5G entraron en contacto virtual las pieles del artista Wes Thomas, propietario del estudio Schoffie Tattoos en Ámsterdam (Países Bajos), y la actriz, bailarina y presentadora holandesa Stijn Fransen. Así fue este tatuaje imposible, un inusual proyecto que demuestra el inmenso potencial de una red 5G como la que desarrolla Orange en España, aprovechando el incremento en el ancho de banda para el envío de datos y la baja latencia de este tipo de conexiones.

Separados físicamente, pero sintiéndose cerca. Porque, virtual o presencial, “un tatuaje es un ritual, la conexión entre dos personas”. El avatar robótico de Thomas fue capaz de representar en la piel del de Fransen su pasión por actividades deportivas en la naturaleza como el surf y el montañismo.

EL FUTURO DE TATUAJE

A pesar de que las imágenes son, sin duda, espectaculares, es probable que algunos aficionados se muestren un tanto escépticos ante la falta del contacto humano entre tatuado y tatuador. Esta sorprendente propuesta, sin embargo, tiene algunas ventajas innegables. Por ejemplo, pronto no habrá que recorrerse medio mundo para visitar nuestro estudio favorito o esperar a que el artista de moda haga una ‘residencia’ cerca de nuestra ciudad. Resulta obvio que el tatuaje a distancia no va a sustituir al tradicional, al menos de inmediato, pero sí nos puede ofrecer más opciones.

El director creativo de este experimento, Noel Drew, aporta una reflexión más que acertada. Aunque ambas cosas nos llamen la curiosidad, por supuesto, centrarnos en el tatuaje en sí o en explicar la tecnología concreta que permite mover a distancia el brazo robótico no es lo más relevante. La conclusión final debería ser más emocional que de otro tipo: tenemos que quedarnos con que facilitó la conexión «imposible» entre dos personas, Thomas y Fransen. Y, mirando ya al futuro, también anticipa todo un mundo de nuevas posibilidades (médicas, ecológicas, urbanísticas, artísticas… ) que se van abriendo ante nuestros ojos a velocidad 5G.

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Imágenes | Youtube, T-Mobile Nederland, Lucas Lenzi/Unsplash

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