El aumento de las temperaturas aviva los grandes incendios en el Ártico

aumento de las temperaturas e incendios en el ÁrticoEl aumento de las temperaturas causado por el calentamiento global ha incrementado exponencialmente los incendios en el Ártico según un estudio internacional liderado por investigadores españoles y publicado en Science.

En los años 2019 y 2020 se registró un inusual número de incendios en el Ártico. Esto disparó las alarmas de la comunidad científica, ya que en el Ártico hay grandes extensiones de turberas de permafrost, una capa de subsuelo permanentemente congelada que acumula gran cantidad de carbono. Los incendios deterioran el permafrost y contribuyen a la emisión del carbono en forma de gases de efecto invernadero.

La incógnita hasta ahora era si ese incremento de incendios de 2019-2020 era puntual o si se trata de una tendencia que va a seguir en aumento debido al calentamiento del Ártico.

“Sólo en 2020”, detalla Adrià Descals, primer autor del trabajo, “se detectaron en el Ártico siberiano 423 incendios, que quemaron unos 3 millones de hectáreas (extensión equivalente casi a la de toda Bélgica), lo que provocó la emisión de 256 millones de toneladas de CO2 equivalente”, que es similar a todo el CO2 emitido en España durante un año.  El investigador añade que “con el futuro calentamiento, estos grandes incendios serán recurrentes a finales de siglo y tendrán diferentes implicaciones, tanto para el Ártico como para el clima global”.

el aumento de las temperaturas enciende la chispa

En este trabajo, los científicos demuestran que los factores de riesgo de incendio asociados al aumento de las temperaturas se han incrementado en las últimas décadas y que existe una relación exponencial entre la extensión quemada anualmente y esos factores. “Las temperaturas están alcanzando un umbral crítico en el que pequeños aumentos por encima del promedio de verano de 10 °C pueden aumentar exponencialmente la superficie quemada y las emisiones asociadas”, explica Josep Peñuelas.

El verano de 2020 fue el más cálido en cuatro décadas y la gran superficie quemada entre 2019 y 2020 no tiene precedentes, explican los autores. Entre 2019 y 2020, ardieron unos 4,7 millones de hectáreas, lo que supuso unas emisiones totales de 412,7 millones de toneladas de CO2 equivalente.

Varios de los factores que pueden exacerbar el riesgo de incendios se han incrementado significativamente, y todos estos factores están relacionados con el aumento de las temperaturas. Factores como condiciones atmosféricas más secas, unos veranos más largos, y una mayor cantidad de vegetación han mostrado una tendencia constante en las últimas cuatro décadas, indican los autores.

“Las áreas quemadas en 2019 y 2020 podrían ser acontecimientos excepcionales, pero la tendencia reciente de la temperatura y los escenarios proyectados indican que, a finales de siglo, grandes incendios como en 2019 y 2020 serán frecuentes si las temperaturas siguen aumentando al ritmo actual», concluyen los investigadores.

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