Un reloj para medir la supervivencia de la especie humana

imagen de un reloj antiguo que mide el tiempo de forma mecánica

Imaginemos, como imaginó Carl Sagan, que comprimimos la historia del universo en un año: hoy es 31 de diciembre y el Big Bang tuvo lugar el 1 de enero. La Vía Láctea se habría formado en marzo y la Tierra, junto con el resto del sistema solar, a principios de septiembre. La vida habría aparecido poco después, pero los dinosaurios no habrían hecho acto de presencia hasta el 25 de diciembre. Los primeros humanos nacerían hoy, 31 de diciembre, pasadas las 10 de la noche. Y la agricultura surgiría apenas 30 segundos antes de la medianoche.

La idea del calendario cósmico, popularizada por Sagan en su libro ‘Los dragones del Edén’ y en la serie ‘Cosmos’, es una forma sencilla de explicar la historia del universo. Y también nos ayuda a entender la insignificancia de la historia humana a escala cósmica. Sin embargo, al mismo tiempo, cuántas cosas han pasado en los últimos 30 segundos del año. En ese medio minuto en el que se comprimen más de 10 000 años de civilizaciones humanas. Un periodo en el que, entre otras cosas, hemos estado obsesionados con medir el tiempo.

El paso del tiempo está presente en la naturaleza. La órbita de la Tierra alrededor del Sol marca los años y la rotación, los días. Pero la forma en que entendemos el tiempo cambió por completo a partir del siglo XVI, con la invención del reloj mecánico. A partir de entonces, el tiempo pasó a ser algo que podíamos medir con precisión. Algo que podemos perder y ganar. Algo de lo que nunca tenemos suficiente y, aun así, casi siempre desperdiciamos. Entre otras cosas, la obsesión por el tiempo nos ha hecho vivir atados a un futuro inmediato al que nunca llegamos, olvidando el presente e ignorando por completo el futuro a muy largo plazo, tal como defiende, entre otros, el filósofo Roman Krznaric.

Pero ¿y si un nuevo tipo de reloj pudiese romper este círculo vicioso? Y hacernos olvidar nuestra obsesión con lo inmediato y convertirnos en mejores antepasados para las generaciones que están por llegar. Esa es, al menos sobre el papel, la intención del reloj Long Now. Cuando esté concluido, medirá el paso del tiempo con precisión durante los próximos 10 000 años, pero estará dividido en milenios en vez de en horas, siglos en lugar de minutos y contará años como segundos. Su objetivo es recordarle al mundo la importancia de pensar a largo plazo, no solo para satisfacer nuestro presente, sino el presente de nuestros descendientes.

reloj Long Now: objetivo esquivar la extinción

la Tierra vista desde el espacio, la nave en la que todos los seres humanos viajamos

Puede parecer que las angustias existenciales son cosa del presente, pero más bien son cosa de nuestra especie. La idea del reloj Long Now fue concebida hace 40 años por Danny Hillis. Su primer prototipo mide todavía el tiempo desde el Museo de Ciencias de Londres. Poco después de su construcción, Hillis, junto con otros pensadores y científicos, creó la Long Now Foundation con el objetivo de promover el pensamiento a largo plazo en la sociedad. Tras dos décadas pensando cómo construir el prototipo de definitivo del reloj, en febrero de 2018 se pusieron manos a la obra después de recibir 42 millones de dólares de Jeff Bezos, fundador de Amazon.

Tal como señalan en la web del proyecto, el reloj espera convertirse en una puerta abierta a repensar nuestro mundo en la escala de tiempo de la civilización y un símbolo de nuestra conexión personal con el futuro lejano. Asumiendo que la civilización empezó hace 10 000 años con la aparición de la agricultura (aunque, en realidad, fue hace más tiempo), el reloj se propone medir otros 10 000 años en el futuro y lanza un mensaje de optimismo: estamos en el medio de un largo camino que todavía no sabemos a dónde nos va a llevar. El destino, y todo lo que venga después, está en nuestra mano.

La Long Now Foundation sostiene que nuestro mundo es cada vez más miope y se mide por ciclos temporales cada vez más cortos. La aceleración puede llegar de la tecnología, la perspectiva a corto plazo de los mercados, los ciclos electorales, las distracciones y la multitarea. O todo al mismo tiempo. “Necesitamos algún tipo de corrección para esta miopía, algún mecanismo que fomente la visión a largo plazo y la asunción de responsabilidades a largo plazo”, sostienen. Solo si somos capaces de hacernos responsables del futuro, podremos esquivar la extinción. Podremos conservar el mundo y la civilización para las generaciones futuras.

¿Cómo construir un reloj de 10 000 años?

mecanismos internos del reloj Long Now que se está construyendo en Texas

El reloj Long Now es, ante todo, un reloj. Pero también quiere ser un monumento, convertirse en un lugar de peregrinación. Por eso, no está siendo construido en un lugar cualquiera, sino en el interior de una montaña en el oeste de Texas, Estados Unidos (en un terreno también propiedad del fundador de Amazon). Cuando esté acabado, medirá unos 60 metros de alto. Y estará hecho para mantener la precisión durante al menos 10 000 años con mecanismos sencillos que no requieran de mucho mantenimiento. Al fin y al cabo, debe seguir dando la hora cuando el presente, del imperio de Bezos a los problemas globales que nos acosan, sean historia.

Para lograrlo, el reloj será completamente mecánico (no digital) y estará hecho de materiales de larga duración, como titanio, cerámica o cuarzo. Como es de esperar que se desvíe de la hora correcta, cuenta con un mecanismo de sincronización con la posición solar al mediodía que le ayudará también a adaptarse a los cambios orbitales y rotacionales de la Tierra. En cuanto a la representación del tiempo, el reloj la mostrará de dos formas: mediante las posiciones del Sol y la Luna en el cielo y mostrando el año según nuestro sistema de calendario gregoriano.

Para ahorrar energía, el mecanismo central del reloj será el encargado de medir siempre el tiempo. Pero la representación solo se mostrará cuando alguien quiera verla. Para hacerlo, los visitantes tendrán que darle cuerda, como sucedía con los primeros relojes mecánicos. Es decir, el reloj siempre sabrá qué hora es, pero solo la mostrará cuando se le dé cuerda. Da igual que sea una vez al día o una vez cada 1000 años. ¿Funcionará?

Nosotros no podremos saberlo. Tendremos que esperar al veredicto de los seres humanos del futuro, dentro de 10 milenios. Si queremos respuestas, tendremos que aprender a solucionar los muchos desafíos del presente, desde el cambio climático y la crisis de biodiversidad hasta la desigualdad y los conflictos por los recursos. Abandonar la obsesión con conseguirlo todo para nosotros y empezar a pensar en dejarle algo a las generaciones que están por llegar.

En Nobbot | ¿Y si olvidamos el reloj y volvemos a fiarnos del sol?

Imágenes | Unsplash/Alexey Savchenko, The New York Public Library, Long Now Clock

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