A.I.RE, un proyecto colaborativo para paliar problemas de ventilación en afectados por el coronavirus

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En los momentos más complicados solemos ver lo peor de algunas personas pero también lo mejor de muchas otras. La situación provocada por el coronavirus COVID-19 ha dado lugar a numerosas iniciativas que tratan de aportar su grano de arena en un momento ante el que cuesta reaccionar.

Vecinos que ofrecen su ayuda a quienes más lo necesitan, recaudaciones de fondos… son muchos los proyectos que han nacido con la intención de frenar esta crisis lo antes posible y proteger a los más vulnerables de ella.

Sin embargo, el gobierno de España anunciaba en una de sus comparecencias la necesidad de material de protección y atención, mascarillas, gafas, ventiladores, entre otras cosas. Se hizo entonces un llamamiento para que cualquier empresa, o entidad, que tuviera acceso a la capacidad productiva de cualesquiera de los materiales mencionados, los pusiera a disposición del Estado.

Para responder a esta llamada nace una de las iniciativas más llamativas que trata de frenar la curva y atender a las personas contagiadas por el virus. A.I.RE o Ayuda Innovadora a la Respiración es un grupo de colaboración y participación que busca soluciones de código abierto, rápidas y baratas a los problemas de ventilación en pacientes Covid-19.

Trabajo colectivo para frenar el coronavirus

A.I.RE está especialmente destinada a aquellos profesionales de la salud y otras áreas profesionales que tengan experiencia clínica en el manejo de respiradores. Después de sus primeras horas de vida, el proyecto cuenta ya con muchas personas cuya experiencia en el mundo de la salud, las bio-ingenierías, la impresión 3D o el diseño gráfico (entre otras disciplinas) permite estudiar y desarrollar distintos prototipos.

Jorge Barrero Fonticoba, director general de Fundación COTEC y uno de los creadores de este proyecto, nos cuenta que «A.I.RE nace como una simple conversación entre tres personas. Nos planteábamos si sería posible apoyar con soluciones creativas e innovadoras el posible cuello de botella que se puede producir en los sistemas de asistencia a la respiración de los hospitales».

La idea fue creciendo en apenas unas horas hasta alcanzar varios grupos que trabajan en diferentes proyectos de manera independiente. A través de la plataforma Ayuda Innovadora a la Respiración (A.I.R.E.) se articulan unas labores que, con el tiempo sobre sus espaldas, tratan de dar con el prototipo definitivo que ayude a salvar vidas. Tal y como el equipo de A.I.RE reconoce desde su cuenta de Twitter, trabajaron a contrarreloj para poner en marcha un modelo de comunicación y participación que permitiese a todo aquel que tuviera un idea, compartirla con otros profesionales.

En busca de soluciones

En A.I.RE nacen 3 líneas de trabajo paralelas para hacer frente a los problemas causados por el coronavirus. En primer lugar, una estrategia quizá más factible que pretende capacitar a la industria nacional en su conjunto para la fabricación de respiradores comerciales que puedan ser utilizados en distintos pacientes. Esta sería la línea de actuación más ejecutable ya que estamos hablando de máquinas validadas que ya se han empleado anteriormente.

La segunda línea trata de modificar alguna máquina ya existente para que se pudiera utilizar en determinados casos. La tercera, y quizá la más radical, es que pudiéramos diseñar alguna tecnología rápida, escalable y de código abierto.

«Cuando veamos un proyecto lo suficientemente maduro, se lo haremos llegar a la Administración para que puedan ser evaluados y se realicen las pruebas pertinentes» asegura Jorge Barrero. Nos cuenta, además, que el proyecto más avanzado, en plena fase de fabricación, es el proyecto Reesistencia. Una pieza basada en un balón Jackson Rees que deberá ser desechable ya que se contamina con el uso de cada paciente.

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Proyecto Reesistencia

Jorge Barrero recalca la importancia de conectar a las personas para que se lleve a cabo un intercambio de ideas que nos ayude a solucionar distintos problemas. Como director general de la Fundación COTEC, recalca que su papel se ha materializado en forma de hilo conductor dentro de esta iniciativa. «No soy especialista en COVID-19 y tampoco en respiradores. COTEC tiene la suerte de conectar a las personas y trasladar las buenas ideas al lugar y en la forma adecuados. Nos hemos encargado de lo que sabemos hacer con la intención de ponerlo al servicio del mayor problema que tiene nuestro país y, probablemente, nuestra civilización».

La mejor vacuna, de momento, eres tú

Además de las iniciativas que surgen para paliar los efectos del coronavirus COVID-19, está en nuestras manos adoptar una postura responsable que frene la expansión del virus.  Estamos en plena fase de frenar la curva y las acciones de todos y cada uno de nosotros tienen un efecto en este proceso.

Lavarse las manos de forma regular o respetar la distancia de seguridad con el resto de personas son detalles que pueden marcar la diferencia. Al igual que la no propagación de los miles de bulos que corren estos días por las redes. Tal y como nos contaba Sonia Zúñiga, experta en coronavirus e investigadora del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, «una de las grandes diferencias que está habiendo frente a epidemias anteriores es la cantidad de información sin base científica que circula. Es difícil de combatir. Si uno quiere informarse tiene que acudir a fuentes fiables». Mientras la ciencia trabaja, el resto observamos pero no contribuimos a entorpecer el camino ¿verdad? Recordemos que la vacuna somos todos.

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