El día que la NASA pensó que los alienígenas sabían beber en porrón

En 1977 se lanzaron las sondas Voyager y, con ellas, un disco de oro que condensaba en sonidos e imágenes la riqueza de la vida en la Tierra para que, en un hipotético encuentro con alienígenas, estos supieran lo que se habían perdido o lo que deberían conquistar con sus pistolas de rayos láser.

Hablamos en pasado porque, en caso de que ese encuentro se produjera, los expertos consideran que tendría lugar, con más probabilidad, al pasar por la estrella más cercana en la trayectoria de la Voyager 1, momento que no se producirá hasta dentro de 40.000 años.

Carl Sagan dijo que «la nave espacial, y el registro, solo serán encontradas si existen otras civilizaciones capaces de viajar en el espacio interestelar. Pero el lanzamiento de esta botella dentro del océano cósmico dice algo muy esperanzador sobre la vida en este planeta».

los alienígenas no escucharán a The beatles

No podemos imaginar al bueno de Carl tomándose muy en serio esta forma de ponernos en contacto con alienígenas, a la vista del material que viaja por el espacio. Más bien parece que, él y su equipo se plantearon su labor como algo simbólico, un testimonio de lo maravilloso que es nuestro planeta, dirigido más a sus habitantes que a los de allende nuestra galaxia. Eran tiempos duros -¿cuándo no lo son?- para nuestra querida Tierra y no estaba de más recordar la necesidad de salvaguardar la vida en este pequeño punto azul.

De hecho, Sagan reconoció que el valor del mensaje no pasaba tanto por lo que pudieran entender sus receptores, sino porque “nos estimula a considerarnos a nosotros mismos desde una perspectiva cósmica”.

Voyager

El caso es que reunieron 115 imágenes y una variedad de sonidos naturales, como los producidos por olas, viento y truenos, pájaros, ballenas y otros animales. A esto añadieron selecciones musicales de diferentes culturas y épocas, y saludos de personas de la Tierra en cincuenta y cinco idiomas, así como mensajes impresos del presidente Carter y el secretario general de la ONU, Waldheim. ¡Impresos!

Entre los “40 Principales para alienígenas” figuran Johnny B. Goode de Chuck Berry, flautistas de la Melanesia, el aria de la Reina de la Noche de Mozart, un canto iniciático pigmeo, un concierto de Bach, un raga de la India, un blues de Louis Armstrong, un son jarocho mejicano… «Here comes the Sun de los Beatles no entró porque la discográfica se opuso; ni ninguna tonada ibérica», tal como destacó en Nobbot Pablo Francescutti miembro del Grupo de Estudios de Semiótica de la Cultura de la URJC.

una mujer que come uvas

Las imágenes que viajan por el espacio están recopiladas en esta web y, entre ellas, encontramos algunas relacionadas con el espacio, con la anatomía de los humanos o con sus dimensiones respecto a otros seres que habitan nuestro planeta.

Junto a estos esquemas figuran otras fotografías que reflejan aspectos culturales de la humanidad, que van desde beber en porrón a participar en una carrera de atletismo. También aparecen atascos en la carretera y mujeres que dan de mamar a su bebé o comen uvas frente a un puesto de frutas y verduras. Sí, como suena. Vaya ratos buenos que pasarían Sagan y compañía haciendo esta selección.

Voyager

No se lo pusimos fácil a nuestros vecinos de universo, la verdad. Así lo cree Jorge Lozano, catedrático de Teoría de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, quien afirma que “en un hipotético encuentro con una civilización ajena a nuestros parámetros, la comunicación sería imposible sin códigos comunes”.

En fin, queridos alienígenas que el espacio sois: si alguna vez os encontráis con el disco de oro de Carl Sagan, no se lo tengáis en cuenta. Era un hombre extraordinario con el que aprendimos a dirigir nuestra vista a las estrellas al mismo tiempo que nos ayudó a ser conscientes del valor de nla vida en el planeta que nos acoge.

Todas las imágenes tomadas de la web de la NASA.

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