Los ‘millennials’ están dejando de regalar tecnología a sus padres, y esta es la razón

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Internet y el rápido avance de la tecnología han cambiado los papeles. Ya no son los padres los que se preocupan de los más pequeños, sino que son estos los que acuden al auxilio de sus mayores. ¿Por qué? Temen que sean víctimas de fraude online o porque simplemente no saben configurar el último teléfono móvil o altavoz inteligente que se han comprado. Es otra vertiente de la brecha generacional.

Un estudio de Kaspersky realizado en 13 países de todo el mundo, incluida España, revela que el uso de la tecnología a nivel familiar causa estrés también a los adolescentes y millennials. Hasta ahora, lo normal era escuchar historias de padres perplejos y enfadados con sus hijos por el abuso de las pantallas y de los videojuegos. O de progenitores preocupados por la exposición de los más pequeños en las redes sociales y por la falta de intimidad que rodea a sus relaciones online. 

Sin embargo, los millennials también se creen víctimas de la brecha generacional cuando toca hablar de tecnología y sienten que tienen que sudar la gota gorda en casa cuando entra un nuevo dispositivo o servicio. El informe de Kaspersky revela que un 54% de los millennials españoles se siente obligado a dar soporte técnico ‘gratuito’ a padres y abuelos cuando estos se deciden a cambiar de móvil o cuando se renueva el router de conexión a internet. 

Esto lleva a un dato sorprendente del mismo estudio que dice que casi una cuarta parte de los millennials de este país evitan el contacto con sus familiares si creen que estos les van a pedir apoyo técnico. Los jóvenes no quieren oír la cantinela del “oye, ¿podrías echarme una mano con el teléfono?”, o del  “¿podrías configurarme el wifi?, o del “¿te viene bien pasar por casa y conectarme la impresora?”. 

Mayores que no quieren quedarse atrás

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La tecnología cada vez está más omnipresente en la vida de cualquiera. Los coches cada vez dependen más del software y ofrecen mayores opciones de conectividad. Y en la oficina y en casa hay más dispositivos interconectados y aplicaciones para todo tipo de necesidades.

Otro tanto se puede decir de las ciudades, donde el internet de las cosas va a multiplicar los servicios digitales a disposición de los ciudadanos, desde la regulación del parking a la asistencia médica. Además, el mundo digital cada vez progresa más rápido y es difícil estar al día de todo. 

Sin embargo, a partir de los 50 años las personas empiezan a sentirse abrumadas por los ‘aparatitos’ y engañadas por los servicios online. En definitiva, los mayores se sienten acomplejados frente a las destrezas de los jóvenes y abrumados por los cambios. No obstante, quieren seguir al día porque se apodera de ellos el miedo a quedarse atrás, el llamado FOMO o “fear of missing out

En este contexto, acuden a sus hijos por el conocimiento y la pericia que les suponen, pero, sobre todo, por la confianza que les inspiran a la hora de solucionar sus problemas. También hay una motivación económica, puesto que solo un 12% de los padres está dispuesto a pagar a un tercero por un servicio informático, según la encuesta de Kaspersky. 

Los millennials evitan regalar tecnología

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Muchos millennials que ya se conocen la historia evitan regalar productos tecnológicos porque saben que tendrán que configurar y adiestrar en su uso. Hasta un 24% dice que actúa de esta manera. Además, un porcentaje idéntico preferiría que sus mayores contrataran un servicio técnico para resolver sus problemas.

Sus padres tampoco se suelen mostrar agradecidos, y solo un 8% de los que superan los 55 años declara haber tenido un detalle con el joven que le resolvió el problema. En todo caso, y siempre según el informe de Kaspersky, son muchos los jóvenes españoles (hasta un 42%) que temen que sus padres sean víctimas de fraude online cuando ellos no están presentes para ayudarles. 

Los más jóvenes se encuentran, pues, con muchas demandas tecnológicas por parte de padres y abuelos en una etapa en la que tienen que diseñar su proyecto vital. Un periodo, en el que, en general, tienen muy poco tiempo libre por las obligaciones laborales y familiares o por atender sus estudios

Quizá la mejor manera de romper el círculo del “¿podrías…?” sería que los mayores pagaran por un servicio técnico, como cuando se les rompe la lavadora o tienen una fuga de agua. O que empezaran a informarse por su cuenta a través de internet y de tutoriales en YouTube. Y que, sólo si esas vías les fallan, acudan a sus vástagos. Aunque a regañadientes en muchos casos, ellos siempre estarán ahí

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Imágenes | iStock.com/JackF / Grinvalds / Fizkes

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