El olfato, una nueva herramienta al servicio de la medicina

olfatoAlguna vez, nuestra madre nos ha pedido oler nuestro aliento para saber si habíamos fumado o nos habíamos tomado unas copas de más. Más allá de aportar pistas delatoras sobre nuestros excesos, el olfato puede servir para detectar qué toxinas encierra nuestro cuerpo y, aunque pueda parecer repulsivo, oler el aliento, la orina e incluso los excrementos puede servir detectar una enfermedad. Muchas enfermedades tienen un olor característico, por ejemplo la diabetes huele a manzanas podridas; la fiebre amarilla, a carnicería; el tifus, a pan horneado. Por ello, investigadores de todo el mundo están estudiando cómo poder aprovechar el olfato para, por ejemplo, detectar un cáncer en su etapa más temprana.

Habilidades olfativas para diagnósticos precoces

Los humanos sudamos para regular nuestra temperatura, y a través de este proceso liberamos distintos productos de nuestro metabolismo que tienen un olor característico. Algunos científicos creen fervientemente que algún día identificaremos olores específicos  y mejoraremos las condiciones e incluso evitaremos el desarrollo de enfermedades como el cáncer o distintas lesiones cerebrales.

El caso de Joy Milde, la mujer con un extraodinario don olfativo, es de lo más curioso. Esta escocesa descubrió que tenía una capacidad extraordinaria para oler lo que otros no olían. Años antes de que su marido fuera diagnosticado de Parkinson, ella ya había percibido en su sudor la enfermedad, pero aún no lo sabía. Una vez que el diagnóstico fue determinado, acudieron juntos a la primera reunión con enfermos de Parkinson y Joy se dio cuenta de que todos olían igual que su marido, un olor similar al de la madera.

En 2012, después de 21 años de lucha contra la enfermedad, Joy perdió a su marido y, entonces, decidió participar en una conferencia  sobre el Parkinson. En esta charla se atrevió a levantar la mano y contar su experiencia, dejando estupefacto al biólogo de la Universidad de Edimburgo Tilo Kunath y convirtiéndose en un objeto codiciado para la ciencia. Este biólogo, incrédulo pero interesado decidió ponerle a prueba.

Empezaron por doce camisetas sudadas, seis por personas con Parkinson y seis limpias del hedor de la enfermedad. Joy acertó en 11 camisetas y se equivocó en una, la cual identificó con un olor fuerte. Esta última camiseta pertenecía a un hombre que a los ocho meses de la prueba, llamó para informar que había sido diagnosticado de Parkinson. La prueba tuvo un éxito rotundo, Joy consiguió adelantarse al diagnóstico.

El sensor químico que detecta biomarcadores de enfermedades

El descubrimiento del olor de la enfermedades ha provocado que muchos investigadores inicien diferentes proyectos crear instrumentos tecnológicos que ayuden a diagnósticos precoces y permitan establecer una barrera potente a las enfermedades.  Uno de los países donde se trabaja en este ámbito es Reino Unido. Owlstone, fabricante de sensores químicos de Cambridge, recaudó 23,5 millones de dólares para  poner en marcha tecnología para analizar el olor de las manos. Además el servicio Nacional de Salud de Gran Bretaña está financiando una prueba clínica para probar el sensor que detecta cáncer de pulmón.

El sensor es un chip de silicio que contiene capas metálicas y minúsculos electrodos de oro que funciona como un filtro químico. La naturaleza selectiva que tiene este invento ofrece el beneficio de eliminar la cantidad de ruido químico que puede existir en los compuestos volátiles de nuestro aliento, no relacionados con la enfermedad que buscasmos diagnosticar y  permite centrarse en biomarcadores de interés con una baja presencia. Además, en este pequeño chip podemos programar todo aquello que queramos detectar  y de lo que tengamos ejemplo. En definitiva, una herramienta útil para identificar enfermedades específicas en entornos complejos.

Inteligencia artificial para detectar enfermedades

Por otra parte, científicos del Instituto de Tecnología de Israel han desarrollado un dispositivo capaz de identificar hasta 17 enfermedades diferentes, incluyendo cáncer y Parkinson, con un simple soplo. La clave de este dispositivo es formar un huella olfativa reconocible para cada enfermedad. Una vez que se dispone de estas huellas, el paciente sopla en el dispositivo y diferentes sensores hechos de nanopartículas de oro o nanotubos de carbono traducen la adherencia de los biomarcadores a los tubos en un diagnóstico.

La información es analizada por un sistema de inteligencia artificial que clasifica a los pacientes por género, edad y otros factores y que con cada exposición mejora su capacidad de diagnóstico hasta conseguir seleccionar la enfermedad correcta en el 86% de los casos.

Por ahora la máquina no es exacta a la hora de diagnosticar casos reales, pero sus resultados son realmente prometedores, ya que es una prueba nada invasiva para detectar enfermedades importantes en sus primeras fases, cuando son mucho más tratables.

EL OLFATO DE LOS Perros Y EL CÁNCER

Nuestros amigos de cuatro patas también pueden ayudar en esta labor. Los perros no solo olfatean mochilas, maletas o ropa en busca de drogas, bombas o personas desaparecidas, sino que también pueden servir para detectar enfermedades. Hay que tener en cuenta que, mientras los humanos contamos con seis millones de receptores olfativos, los perros tienen 300 millones. Los humanos olfateamos una vez cada segundo y medio y los perros lo hacen de cinco a diez veces por segundo.

Por ello, el centro de Perros Trabajadores de la Universidad de Pensilvania ha entrenado a perros para la prevención precoz del cáncer de ovario. Recordando el olor de diferentes muestras de sangre y tejidos donados por distintas pacientes, estos canes aislan el olor característico de la enfermedad para así reducir las posibilidades de padecer este tipo de cáncer en un estado avanzado.

En España, agentes de la Unidad Canina de la Policía Local de Vila-real, en Castellón, han aportado su experiencia en el adiestramiento de perros para desarrollar un proyecto sanitario en la Comunidad Valenciana que tiene como objetivo detectar el cáncer de próstata a través del olfateo canino de muestras de orina de pacientes.

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Aunque todavía no tenemos un alcoholímetro para detectar enfermedades, parece claro que el olor puede ser un indicador eficaz para detectar enfermedades.

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