Los robots cucarachas de Rolls-Royce podrán arreglar motores de avión

El reino animal se está mostrando como un territorio muy fértil para inspirar a los desarrolladores de robots. Ya contamos con robots abejas, con robots pulpos, robots peces…incluso robots artistas (vale, no son animales, pero a veces son muy salvajes). Ahora, Rolls-Royce trabaja en el desarrollo de pequeños robots cucarachas que podrán arrastrarse por el interior de los motores de los aviones para detectar y solucionar problemas. Y es que, de todos los seres vivos que deambulan sobre la Tierra, las cucarachas resultan especialmente fascinantes por sus “superpoderes”, con lo que no es de extrañar que se quieran unir sus extraordinarias capacidades con las de los robots.

La idea de crear pequeños sosias de metal de las cucarachas para que se introduzcan por lugares de difícil acceso no es nueva. Así, investigadores de la Universidad de California en Berkeley, han desarrollado un pequeño robot que imita los movimientos de las patas y las propiedades del caparazón de la cucaracha común americana con la intención de utilizarlo en situaciones de emergencia, como por ejemplo para localizar a personas sepultadas tras el derrumbe causado por una catástrofe.  

En Rolls-Royce no quieren ni oir hablar de matacucarachas

Los robots cucarachas de Rolls-Royce tendrán una utilidad menos solidaria pero igualmente revolucionaria ya que podrán cambiar de cabo a rabo los trabajos de mantenimiento de los motores de avión, que se podrán reparar sin tener que ser retirados del aparato, ahorrando tiempo a los ingenieros y dinero y las compañías.

Estos robots podrían introducirse por todos los rincones de la cámara de combustión para efectuar reparaciones en cinco minutos que, si se efectuaran de la forma habitual, nos llevarían unas cinco horas”, afirma James Kell, especialista en tecnología de Rolls-Royce.

Para desarrollar la idea, Rolls-Royce se ha asociado con expertos en robótica en la Universidad de Harvard, en los Estados Unidos, y en la Universidad de Nottingham, en Inglaterra. El siguiente paso es montar cámaras en los robots y escalarlas a un tamaño de 15 milímetros. 

tras las cucarachas, las serpientes

Es curioso que algunos de los animales que nos causan mayor repulsión sean los que se demuestran más útiles para trasladar sus capacidades al territorio robótico. Cucarachas, arañas, o escarabajos peloteros pueblan nuestras pesadillas y, por lo que parece, los sueños de los ingenieros. Así que no es de extrañar que el otro animal objeto de deseo de los investigadores de Rolls-Royce sea la serpiente.

Junto a los robots cucarachas, la compañía está desarrollando robots serpientes lo suficientemente flexibles como para viajar a través de un motor como lo hace un endoscopio por nuestro aparato digestivo. Entrarían a través de la cámara de combustión e inspeccionarían el daño para instalar un parche que asegurara el buen funcionamiento del motor hasta que se pudiera realizar una reparación definitiva. Cucarachas, serpientes…Los talleres del futuro van a ser un zoo solo apto para valientes.

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