El hombre que puede decidir el futuro de la tecnología

Hace unos años, si hubiéramos pedido a los expertos que identificaran a la persona más influyente en el mundo de la tecnología, su nombre nos habría resultado familiar. Jeff Bezos de Amazon, Jack Ma de Alibaba o Mark Zuckerberg de Facebook. Tal vez Steve Jobs para los más nostálgicos o Elon Musk de Tesla para los más visionarios.

Hoy está surgiendo un nuevo nombre, menos llamativo, pero tal vez más decisivo: el japonés Masayoshi Son. Tiene 60 años, es el hombre más rico de Japón y uno de los 100 más ricos del mundo. Según muchos, jugará un papel decisivo en el futuro de la tecnología. Son es el fundador de Softbank, una compañía activa en los sectores de internet y telecomunicaciones. En 2016 creó Vision Fund, un fondo de inversión que está cambiando formas y medidas de las inversiones en compañías de tecnología.

Nacimiento, caída y regreso de Masayoshi Son

En los años 70, Son se fue a estudiar a Berkeley, California. Fue el entonces presidente japonés de McDonald’s quien le aconsejó aprender inglés y apasionarse de los ordenadores. Como estudiante, desarrolló un traductor electrónico y lo vendió por 1,7 millones de dólares a Sharp Corporation. Fundó SoftBank en 1981, con solo dos empleados a tiempo parcial. Les dijo que en los siguientes cinco años la compañía acabaría vendiendo productos por al menos 75 millones de dólares. Los empleados no se lo creyeron y renunciaron. SoftBank llegó a distribuir hasta el 80 por ciento del software para PC de todo Japón.

Son comenzó a invertir en otras compañías, incluyendo Yahoo! y Alibaba. Hacia el año 2000 hubo un momento en que fue más rico que Bill Gates. Sin embargo, por los efectos de la burbuja de la new economy, perdió la mayor parte de su capital y SoftBank el 99 por ciento de su valor. Gracias a los 20 millones de dólares invertidos en Alibaba, Son logró mantenerse a flote. El semanario británico ‘The Economist’ asegura que su inversión en Alibaba aún se considera una de las mejores de la historia. El 28 por ciento de las acciones en manos de SoftBank ahora valen alrededor de 140.000 millones de dólares.
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The Vision Fund

El fondo de inversión Vision Fund nació hace dos años de un acuerdo entre Son y Muhammad Bin Salman, un príncipe saudí ansioso por rebajar el peso del petróleo en la economía de su país. Bin Salman entregó a Son un capital de 45.000 millones de dólares. Luego entraron otros inversores: Apple, los príncipes de Abu Dhabi y muchos más.

Los fondos de venture capital invierten capital de riesgo para arrancar o hacer crecer empresas que operan en sectores con amplios márgenes de desarrollo. Actualmente, el fondo de Masayoshi Son tiene un capital de 100.000 millones de dólares. En 2016, todos los demás fondos de capital de riesgo del planeta recaudaron juntos alrededor de 64.000 millones de dólares. Esto da la idea de la potencia de fuego acumulada por Son.

Vision Fund es el inversor más poderoso en el sector de la tecnología. En particular, Son está destinando el dinero de su fondo a las llamadas «tecnologías de frontera». Como la robótica, la IA o el IoT. Ha invertido en Uber y también está financiando WeWork, una compañía de coworking, y Flipkart, una empresa india de comercio electrónico. Vision Fund ha inyectado 500 millones de dólares en Improbable, una compañía británica que crea escenarios de realidad virtual. Y 460 millones de dólares fueron para Auto1, una empresa alemana de venta de coches por internet. Hasta 2023, Vision Fund planea invertir en otras 100 startups altamente innovadoras.
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Visión y osadía para revolucionar la tecnología

Según ‘The Economist’, nadie puede poner tanto dinero como Son y nadie es tan atrevido como él. Por lo tanto, sus inversiones son cruciales para decidir qué empresa se convertirá de repente en la más importante en una ‘frontera tecnológica’. Además, Son ofrece a las firmas en las que invierte la posibilidad de ser parte de una ‘familia’. Una colección de las mayores compañías de nuevas tecnologías del planeta, con un cierto grado de coordinación entre ellas.

Vision Fund también está invirtiendo en regiones menos ricas del mundo, como Europa del Este, Sudeste asiático o la India. Además, para una startup que busca capital, Son representa una alternativa a gigantes como Facebook, Apple y Google. O, en el caso de China, a Baidu o Alibaba. Esto erosionará el monopolio que estas compañías han creado en el sector de la alta tecnología.

Masayoshi Son también tiene un lado intelectual. Cree mucho en lo que algunos filósofos estadounidenses definen como la teoría de la singularidad tecnológica. Básicamente, la tesis según la cual sería inminente la superación de la inteligencia humana por parte de ordenadores y robots.

¿Será gloria verdadera?

Las dudas sobre la acción del magnate japonés no son pocas. Gran parte del dinero que utiliza procede de préstamos. Para poder recuperar todas sus inversiones, Vision Fund necesita que al menos algunas de las compañías en las que ha invertido empiecen a ir absurdamente bien. Lo cual no es nada seguro. Otros acusan al japonés de autoritarismo excesivo, ya que toma en solitario casi todas las decisiones sobre las inversiones del fondo.

El poder y el dinero no necesariamente conducen al éxito. Hay quienes creen que el Vision Fund terminará con un desastre financiero. Otros temen que sus enormes inversiones impidan el crecimiento de otras startups con mejores ideas pero menos dinero. ‘The Economist’ escribió que, probablemente, para tener un veredicto sobre el Vision Fund habrá que esperar varios años. “Pero es cierto que el destino de muchas startups y las decisiones que muchos consumidores tomarán en el futuro se verán impulsadas por las apuestas que está realizado hoy Mr. Son».

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Imágenes | Wikimedia y iStock

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