Más de 3.500 millones de personas en todo el mundo utilizan las redes sociales, aproximadamente el 46% de la población mundial, y la cifra no para de crecer: entre julio de 2018 y julio de 2019 aumentó un 7,8%, según datos de We Are Social. Internet se ha convertido en un compañero inseparable que, en algunas ocasiones, logra abstraernos del mundo real para introducirnos en un mundo virtual que nos atrapa.
El ciclo de cine “Bajo la influencia de las redes sociales” se compone de cuatro largometrajes de distintas procedencias que describen las mismas pautas de comportamiento en todo el planeta: el culto a las fake news y a la viralización del contenido audiovisual, el feminismo contra la superficialidad idealizada en Instagram, la cara invisible del mundo de las estafas online y las dificultades de los centennials por comunicarse con el mundo no digital.
EN LAS REDES NO TODO ES DE COLOR DE ROSA
Las películas seleccionadas en el ciclo, transcurridas en Japón, Estados Unidos, Alemania y Ghana, ponen en escena las consecuencias de las relaciones malsanas entre el ser humano y las redes sociales: desde el bullying escolar en las aulas de Tokio que sufrirá la protagonista de The Hungry Lion por culpa de unas fake news; la idealización de la mujer como objeto superficial y vacío que denuncia la novelista y directora alemana Susanne Heinrich en su ópera prima Aren’t You Happy?; la existencia de estafadores online profesionales en Ghana –o también llamados sakawa–, quienes viven del fraude para salir la extrema pobreza; o la generación centennial reflejada en Eighth Grade, con graves carencias para relacionarse con sus iguales pese a ser estrellas de YouTube.
Este ciclo de cine ha sido realizado en colaboración de Carlota Moseguí. Los distintos filmes podrán disfrutarse hasta el próximo 23 de febrero por un precio de 3 euros cada entrada.
Jóvenes en la red
Según datos de la consultora Comunica + por -, un 40% de los adolescentes de este país está conectado las 24 horas del día, mientras que 5 de cada 10 se conectan hasta que se van a dormir, y sólo un 30% lo hace menos de 3 horas diarias. Las redes sociales se han convertido, pues, en un elemento esencial en el modus vivendi de los jóvenes españoles.
A pesar de que las redes sociales son una herramienta muy útil para conectar, por ejemplo, con el mercado laboral, también entrañan una serie de peligrosos que no pasan desapercibidos. Por eso, Orange ha puesto en marcha el proyecto #Porunusolovedelatecnologia para ayudar a reflexionar sobre el uso de la tecnología. Esta iniciativa se dirige tanto a los jóvenes como a sus padres, utilizando la principal vía de consumo de contenidos de las nuevas generaciones, el vídeo.