El Niño tiene compañía: las olas de calor marinas se multiplican

En los últimos años se han registrado múltiples olas de calor marinas.

Las noticias sobre los efectos del calentamiento global en la superficie terrestre están a la orden del día. Sin embargo, se estudia y se habla menos sobre su impacto en los océanos (más allá del derretimiento de los polos y la subida del nivel de las aguas a nivel global). Algo que podría cambiar a medida que crece un fenómeno con graves consecuencias: el de las olas de calor marinas.

Un estudio reciente publicado en ‘Nature’ señala los riesgos emergentes de estas olas de calor. Un fenómeno que ha causado ya la mortalidad masiva de especies como aves, ballenas y leones marinos. Y que condiciona, a su vez, la climatología global del planeta.

¿Qué son las olas de calor marinas?

Se trata de áreas de la superficie del mar extremadamente cálidas, que persisten durante días o meses. Según el estudio ‘Riesgos emergentes por las olas de calor marinas’ de Thomas L. Frölicher y Charlotte Laufkötter, las causas que contribuyen a la formación y posterior desaparición de estas masas de agua caliente todavía no se conocen bien. Se contempla que puedan derivar de forzamientos oceánicos o atmosféricos, o una combinación de ambos.

Las consecuencias, sin embargo, sí se han podido clasificar y cuantificar. Implican desde la proliferación de algas nocivas hasta que algunas especies modifiquen sus rutas y los lugares que habitan.

El fenómeno se ha observado en todas las principales cuencas oceánicas en la última década, pero solo unos pocos casos se han documentado y analizado exhaustivamente. Uno de los primeros, en el Mediterráneo noroccidental en 2003. Las masas de agua alcanzaron temperaturas entre tres y cinco grados por encima del período de referencia (1982–2016). Sin embargo, los más estudiados se dieron al este de Australia y en el océano Pacífico.

Las olas de calor estudiadas se han dado sobre todo en el océano Pacífico.

Oeste de Australia, 2011

La ola de calor registrada en la costa oeste de Australia supuso un aumento de temperatura similar al del mar Mediterráneo en 2003 (entre unos tres y cinco grados). En este caso, las temperaturas elevadas se mantuvieron durante diez semanas.

Entre las causas, Thomas L. Frölicher y Charlotte Laufkötter citan el fenómeno de La Niña en 2010 y 2011. Este impulsó corrientes cálidas hacia el sur, a lo largo de la costa australiana.

Esta ola de calor tuvo como consecuencias principales la reducción de las algas marinas y un desplazamiento hacia el sur de comunidades de peces tropicales. En general, un cambio en la estructura del ecosistema de arrecifes templados.

The Blob, noreste del océano Pacífico, 2013 y 2015

La mayor ola de calor registrada en la historia recibió el nombre de The Blob (en relación a una película que se tituló en español ‘La masa devoradora’). Se dio frente al sur de California entre 2013 y 2015 y llegó a alcanzar temperaturas de hasta seis grados por encima de la media.

En este caso, las causas del fenómeno se atribuyeron a fuertes anomalías en la presión del nivel del mar, que impidieron la pérdida de calor del océano a la atmósfera. Esta ola de calor causó una mayor mortalidad de leones marinos, ballenas y aves, así como el aumento de copépodos en las aguas de California.

Las olas de calor marinas influyen en los ecosistemas de los océanos.

Consecuencias climáticas y económicas

Las consecuencias de las olas de calor en los ecosistemas marinos se unen a las de otros fenómenos como El Niño. Entre 2015 y 2016, por ejemplo, El Niño propició el blanqueo de una gran proporción de los arrecifes de la Gran Barrera de Corral.  

Sin embargo, las consecuencias de las olas de calor no se limitan a la vida en los océanos. Pueden producir también cambios en las condiciones climáticas de la tierra. “Las altas y anómalas temperaturas de la superficie del mar en el noreste del Pacífico han aumentado la probabilidad de que se repitan los tres inviernos secos que se dieron en California entre 2011 y 2014”, señalan en el artículo de ‘Nature’. 

Afectan también de forma directa en las actividades pesqueras y la acuicultura. La ola de calor del Pacífico nororiental provocó el cierre de pesquerías, tanto comerciales como recreativas. Otra registrada en el océano Atlántico causó también alteraciones en las actividades pesqueras, con importantes consecuencias económicas.

Las olas de calor marinas han tenido consecuencias socioeconómicas.

otro frente del cambio climático

“Actualmente se carece de conocimientos sobre la progresión futura de las olas de calor marinas en diferentes escenarios de calentamiento global y el riesgo de eventos consecutivos, a pesar de la sólida evidencia de que el calentamiento global aumentará su frecuencia y su magnitud”, señalan Thomas L. Frölicher y Charlotte Laufkötter.  

Como consecuencia, la capacidad para hacer frente a sus efectos y minimizar sus riesgos es limitada. Algo necesario para preservar la vida de los ecosistemas marinos, cuya vulnerabilidad, indican en el estudio, no depende solo de la magnitud de las olas de calor, sino también de su capacidad de adaptación a los cambios.

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Imágenes | Unsplash/Chris Grafton, Nature Communications, Unsplash/Vivek Kumar, Unsplash/Anastasia Fomina

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