8 reglas de oro para hacer un buen uso de los videojuegos en casa

videojuegosEl boom de los videojuegos entre los niños españoles, sobre todo entre los varones, es claro. Según la Asociación Española de Videojuegos (AEVI), más de 3 millones de niños menores de 14 años son gamers en algún momento de la semana.

Es decir, casi la mitad de los chavales de este país son fans de títulos como Fortnite, Brawl Stars o Minecraft, entre otros.  

Datos de la herramienta de control parental Qustodio desvelan que los niños dedican al Fortnite, el que más atención se lleva, 99 minutos diarios de media. Es decir, una hora y media larga cada jornada. Además, la mayoría de los menores juegan después del colegio y antes de la cena, aunque hasta un 40% empieza a jugar con el móvil o la consola nada más se levanta por la mañana.

Sobre los efectos de los videojuegos en el aprendizaje y en la salud hay todo tipo de opiniones y estudios, tanto a favor como en contra. Los hay que aseguran que mejoran las habilidades cognitivas y la gestión de las emociones en los jóvenes. Y también están los que advierten que pueden dar lugar a problemas de conducta, derivar en violencia y tienen componentes adictivos, como explicaba con todo lujo de detalles el psicólogo Adam Alter en un libro reciente. 

Guía para padres superados POR LOS VIDEOJUEGOS

En cualquier caso, muchos padres están preocupados y se ven superados por una tecnología y unos hábitos que no llegan a entender del todo y que se han adueñado del tiempo de ocio y también de estudio de sus hijos. Por eso, en este post, y con la ayuda de los expertos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), vamos a dar una serie de recomendaciones a las familias.  El objetivo es encauzar problemas, pero también desdramatizar el tema y superar falsos mitos. Son ideas que ayudarán a los progenitores a acercarse sin complejos al mundo gaming y conocer las pasiones que despierta en sus hijos. 

El objetivo final será que los más pequeños hagan un uso moderado, racional y productivo de esos videojuegos que tanto les gustan. De forma que puedan hacer compatible esta afición con el estudio, el deporte u otros hobbies al aire libre.  

En principio, jugar frente a una pantalla no es negativo

videojuego

A pesar del miedo social que hay, cualquier videojuego requiere un aprendizaje, asumir unas reglas e ir superando niveles con esfuerzo, ingenio y dedicación. No son pocos los estudios que aseguran que jugar ante un pantalla de ordenador o con PlayStation fomenta la concentración, el interés por el descubrimiento, el compromiso a largo plazo o la optimización y gestión de los recursos, entre otras cosas.

No existe un baremo de horas ideal

Cada familia debe decidir el tiempo que considere correcto, según sus valores y según las necesidades del niño. La Asociación Pediátrica Americana, por ejemplo, recomienda que el tiempo de juego no exceda las dos horas diarias para niños entre 3 y 12 años. Lo ideal es fijar el tiempo de juego con antelación y que el niño sea consciente de que se tiene que mover en ese límite. Y también conviene avisarle unos minutos antes, para que pueda acabar la partida sin problemas. 

Conviene revisar el código PEGI y los gameplays antes de comprar o descargar un juego

El código PEGI, referente europeo en clasificación de contenidos, da una idea bastante precisa de los elementos que inspiran el juego y la edad recomendada. Es una información que todos los videojuegos llevan en la carátula o en la web. PEGI detecta si hay violencia, lenguaje soez, referencias sexuales o si el juego incluye apuestas, entre otras cosas. 

También es útil recurrir a los gameplays, que son cortes de fragmentos de alguna partida en YouTube. Así las familias pueden hacerse una idea sobre la temática y la línea del videojuego. También se pueden hacer búsquedas en internet para leer opiniones concretas sobre el videojuego. 

Aunque no lo parezcan, los videojuegos fomentan la relación social

videojuego en el movil

Aunque veamos a nuestros hijos pasarse horas solo jugando en su habitación, la realidad es que los videojuegos hoy son potentes herramientas de socialización. Se han impuesto los juegos en línea que requieren de la participación de muchos jugadores. Videojuegos tan populares como el Fortnite son espacios abiertos donde los participantes forman equipos y colaboran. 

De todas formas, conviene pautar el acceso de los niños a los juegos en línea según vaya cumpliendo años. Hay que tener en cuenta que en un principio los chavales jugarán con conocidos, y, poco a poco, según se hagan mayores, irán incluyendo a desconocidos en su lista de contactos. 

Los videojuegos deben formar parte de la conversación en casa

Este punto es clave. Como pasa con el sexo o el rendimiento escolar, la mejor manera de abordar los problemas y resolver las dudas es hablando. En el ámbito doméstico es importante que los videojuegos sean un tema de conversación recurrente y que no solo se queden en una vía para premiar o castigar a un niño. 

La prohibición sin más de los videojuegos es tan desaconsejable como la falta de control sobre su uso. Sin embargo, los padres suelen ser los interlocutores con los que menos hablan los adolescentes sobre videojuegos. Compartir experiencias en este campo ayudará a los mayores a entender el mundo en el vive su hijo. Y al niño le permitirá por una vez ser el guía para el resto de la familia, lo que le ayudará a sentirse útil e importante. 

El juego debe empezar en un lugar social y acabar en un lugar más privado

Los expertos recomiendan que el espacio natural de juego de los más pequeños sea un espacio compartido de la casa, como el comedor. El objetivo de estar en el salón será favorecer la supervisión de los mayores. Con el paso de los años, el lugar de juego podrá ser un lugar más privado, como la habitación, donde al joven le será más fácil establecer conversaciones con otros jugadores y expresarse alejado de la mirada parental. 

Vigila los juegos con apuestas y las compras en línea

videojuego mujer

Cada vez hay más opciones para que los jóvenes apuesten dinero en internet. Son los juegos tipo tragaperras, ruleta o de cartas. Además, muchos videojuegos exigen la compra de elementos con tarjeta para seguir en la partida o mejorar las prestaciones. Con desembolsos que se hacen directamente a través de la tarjeta de asociada a la cuenta, los chavales pueden disponer de vidas o pueden desbloquear elementos como cofres o armas, como es el caso de Call Of Duty. 

En el Fortnite, hasta 7 de cada 10 jugadores han comprado skins (indumentarias), picos, mochilas y otros elementos de la tienda de Epic Games. Con ello muestran estatus y van mejor equipados al campo de batalla. Se calcula que, por término medio, los jugadores del Fortnite se dejan 75 euros al año. Para controlar este tipo de compras existen medidas de control parental tanto en Google Play como en Apple.

Es necesaria una cultura mínima sobre los videojuegos

Tanto en la escuela como en casa es conveniente que se hable de este importante elemento del ocio de los más pequeños, y de sus posibles consecuencias positivas y negativas. De esta forma, niños y adolescentes tendrán elementos y criterios para el autocontrol, y los mayores también serán capaces de ver las posibilidades educativas y creativas de los videojuegos. Sin adorarlos ciegamente, pero sin demonizarlos. 

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Imágenes | iStock.com/Jovanmandic / IgnacioRuizCasanellas / Kerkez / Gorodenkoff

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