Cómo obtener una IP dinámica y no morir en el intento

Las modalidades de conexión de Internet de banda ancha con hasta 500 Mbps de velocidad simétrica de subida y de bajada están animando a los usuarios a hacer usos más creativos de su conexión de Internet.

Concretamente, estos usos creativos contemplan, entre otras cosas, el acceso súper rápido a nuestra red doméstica desde cualquier lugar. O, también, un uso óptimo de la nube en alguna de sus acepciones, ya sea como copia de seguridad para archivos o para compartir contenidos.

Pero estas modalidades creativas de uso, en algunas ocasiones, necesitan que sepamos qué dirección IP pública (de Internet) tiene nuestra red local doméstica. Y es aquí donde tendremos que trabajar un poco para conseguirlo sin complicarnos la vida.

¿Qué es una IP dinámica?

La dirección IP pública (de Internet) es la que define la identidad de nuestra red en Internet y es la que resulta visible para las aplicaciones y servicios online que estemos usando. Además, es una dirección única, en tanto en cuanto no puede haber más dispositivos conectados a Internet con la misma dirección simultáneamente.

Podríamos pensar que este identificativo de Internet (la dirección IP) está asignado, además de forma única, también de forma fija al router que hace de “puente” entre nuestros equipos conectados de casa y la Red. Pero en la mayoría de las conexiones de Internet domésticas, esta dirección IP es variable y asignada dinámicamente, y de ahí que se llame IP dinámica.

La razón para esta limitación está en el “reducido” número de direcciones IP que había hasta hace unos años, y que obligó a los proveedores de Internet a “buscarse la vida” para trabajar con direcciones de Internet cambiantes, asignadas dinámicamente a los clientes.

Para resumir un poco qué direcciones IP manejas en tu red doméstica, debes tener claro estos cuatro términos:

-IP pública: Es la dirección IP de nuestra red doméstica “visible” desde Internet “de router para fuera”. Se asigna al router. El proveedor de Internet nos asigna una como clientes.

-IP privada: Son las direcciones IP de los dispositivos de nuestra red local. Son asignadas por el router y tienen un formato concreto: 10.xxx.xxx.xxx 0 192.xxx.xxx.xxx. No son únicas, en tanto en cuanto, en la casa del vecino, sus dispositivos conectados pueden tener las mismas IP que los nuestros. No son visibles desde Internet, solo de “router para dentro”.

-IP fija: Es una IP asignada de forma permanente a un dispositivo de red. Las IP fijas puedes ser públicas o privadas.

-IP Dinámica: Es una IP asignada de forma temporal a un dispositivo de red. Nada nos asegura que un dispositivo de red tendrá la misma IP dinámica más de un tiempo definido por el router.

El “culpable” de que haya que manejar este lío de direcciones es el protocolo que se inventó en su día para asignar direcciones IP, llamado IPv4, con un formato XXX.XXX.XXX.XXX. Con este formato, el número máximo de direcciones que se pueden generar es menor que el número de dispositivos susceptibles de conectarse a la red. Por lo que se ideó la jerarquía actual en la que los router conectados a Internet son, al mismo tiempo, la pasarela de acceso a Internet de los dispositivos de red conectados al router.

Algunas preguntas

Bien, ahora que ya sabes distinguir entre IP pública, privada, fija y dinámica, entenderás que puede haber IP pública fija o dinámica, así como IP privada fija o dinámica. Pero lo que no es tan fácil entender es cómo un dispositivo con una IP privada puede acceder a Internet si su dirección IP no es única. Pues bien, la respuesta la tenemos en el router.

Y es el que maneja el tráfico de red de sus dispositivos “privados”. Así, el router “sabe” que nuestro móvil tiene la IP privada, digamos, 192.168.1.23. Cuando desde el móvil con su IP privada accedemos a una web, el router hace creer a la red que es él el que quiere ir a una dirección dada, y usa la IP pública «marcada» de forma que sabe que la petición se ha hecho desde nuestro móvil y no desde el PC.

Cuando el servidor web de Internet devuelve el contenido de la página a la IP pública de nuestro router, este redirige ese tráfico hacia nuestro móvil a través de su IP privada en la red local.

Por otro lado, ahora también puedes preguntarte cómo manejan las operadoras móviles las direcciones IP de los móviles, wearables, etcétera conectados a través de las redes 3G y 4G. Pues bien, la respuesta es, por decirlo de un modo que se entienda, que los operadores móviles usan routers “muy grandes”, capaces de gestionar el tráfico de todos los móviles que en un momento dado se conectan a Internet, a los que se asignan direcciones IP privadas.

Por otro lado, el protocolo IPv4 ya tiene desde hace tiempo sustituto: IPv6, con un mayor rango de direcciones IP asignables. Pero su despliegue se hace de un modo progresivo ante la imposibilidad de cambiar todos los dispositivo de red para que sean compatibles con él. IPv6 se usa de forma generalizada en las comunicaciones a nivel de infraestructura, pero en el entorno doméstico se sigue usando IPv4.

Los DNS dinámicos

Aquí es donde entran en juego los servicios de DNS dinámicos. Servicios ofrecidos por algunas empresas para asociar un único nombre de dominio, del estilo de “midominio..tal.com”, con la red de casa sin preocuparnos de los cambios que pueda sufrir la dirección IP.

Los servidores DNS son los que se encargan de convertir los nombres de dominio tipo www.google.com en una dirección IP. Las conexiones de red solo saben de números, pero imagina que tuviéramos que acordarnos de la dirección IP de cada web que visitásemos. Por este motivo nacieron los nombres de dominio, que permiten usar nombres en vez de números para identificar páginas web. Así que se inventaron los DNS (Domain Name Server), que consisten “sencillamente” en gigantescas tablas de conversión entre nombres y direcciones IP.

Estas tablas suelen ser fijas, de modo que a cada dominio le corresponde una IP. Para siempre. Para los usos domésticos, no era tan importante que la IP fuese fija. Aunque al ser cambiante, si queremos dar usos “permanentes” a nuestra red local para el acceso desde el exterior, necesitamos un nombre de dominio que sea fácil de recordar. Los encargados de llevar cuenta de los cambios de IP de nuestra red local y reflejarlo en las tablas de conversión DNS de Internet son los DNS Dinámicos.

Estos servicios de DNS Dinámico se suelen configurar en el propio router de casa, en un apartado especial de sus menús de configuración. Ten en cuenta que, para saber qué dirección IP tenemos, necesitamos que en algún dispositivo de nuestra red comunique al servicio de DNS Dinámico qué IP es la buena. Y el router, a través de este apartado de configuración, es el que se encarga de mantener los servicios de DNS dinámico actualizados con la IP correcta.

Podemos configurar más de uno, para lo cual tendremos que proporcionar la router nuestras credenciales de usuario del servicio de DNS dinámicos que hayamos elegido para que el propio router pueda hacer los cambios de IP automáticamente en la base de datos del servicio de DNS dinámico.

Estos servicios de DNS dinámico lo que hacen, en esencia, es asociar con el nombre “midoninio.tal.com” la IP que nos hayan asignado desde el proveedor de Internet que tengamos contratado, llevando cuenta de los cambios de dirección que se vayan produciendo. De este modo, nosotros no tenemos que manejar direcciones IP, sino nombres de dominio mucho más fáciles de recordar.

La nube nos facilita las cosas

Ya hay fabricantes de dispositivos que integran la gestión de las direcciones IP dinámicas en sus soluciones para el hogar conectado. D-Link, ASUS o AVM! Fritz, por poner algunos ejemplos, usan sus propias herramientas para llevar cuenta de los dispositivos conectados que tengan los usuarios en sus casas a través de servicios cloud como MyDlink de D-Link, o myfritz de AVM.

Tan solo hay que darse de alta en el servicio correspondiente de cada fabricante, registrar nuestros dispositivos conectados y dejar que el propio dispositivo se encargue de hacer saber a los servidores en la nube del fabricante que el usuario “tal” tiene dispositivos conectados en la dirección IP que el proveedor de Internet le asigna.

De este modo, entrando con un portátil o una app en un móvil en el portal de gestión que proporciona el fabricante, podremos acceder a nuestros dispositivos remotos sin preocuparnos por su dirección IP. Ya sea un router, una cámara de videovigilancia o un termostato inteligente.

Configurando un DNS Dinámico

La configuración de un DNS dinámico comienza por la elección de un servicio DDNS (Dynamic DNS). En algunos casos, el propio fabricante del router facilita esta tarea mediante acuerdos con proveedores. Es lo que sucede con D-Link y DynDNS de forma que tengamos un nombre de dominio tal como minombrededominio.dlinkddns.com. En este caso, el fabricante (DLink) cubre los gastos de mantenimiento del servicio, que de otro modo sería de pago.

Pero hay otros servicios DDNS que tienen una modalidad básica gratuita, como noip en la que sí podemos darnos de alta proporcionando un correo, una contraseña, un nombre de usuario y un nombre de dominio que elijamos dentro de las posibilidades que ofrece el asistente.

Este proveedor, también ofrece la posibilidad de usar un agente de actualización de la dirección IP, de modo que no tenemos que configurar el router para actualizarla. El propio agente (un programa que se ejecuta en segundo plano) en nuestro ordenador de casa se encarga de monitorizar la IP pública de la red y mantener el servicio DDNS al día. La letra pequeña es la de que necesitamos que el ordenador esté encendido y conectado permanentemente.

Ejemplos de uso

Para que veas un ejemplo práctico de uso de estos servicios de DNS dinámico, los usaremos para acceder remotamente a nuestro router Orange LiveBox Fibra.

Lo primero es haber configurado nuestra cuenta en el servicio DDNS, que en este caso ha sido noip. En su modalidad gratuita podemos dar de alta un dominio, que en este caso ha sido manuarenas.ddns.net.

Después, en el menú de nuestro router livebox fibra dedicado a DDNS (DynDNS) introduciremos los datos del servicio DDNS, tanto el nombre de dominio, como el usuario y contraseña. De este modo, el router actualizará la dirección IP asociada al dominio cuando cambie.

El siguiente paso es el de habilitar la configuración remota del router en el menú “acceso remoto al router” en la pestaña de configuración avanzada. Marcaremos la casilla de acceso remoto y habilitaremos un nombre de usuario y contraseña. También habrá que configurar un “puerto” de acceso al router.

Recuerda que una misma dirección IP en el  router sirve para identificar muchos dispositivos conectados en nuestra red local. Para que podamos identificar cada uno de ellos, se usan los puertos: números que se indican a continuación del nombre de dominio para identificar el dispositivo al que queremos acceder.

En este caso elegimos “10000” como puerto. En la parte inferior aparece la IP de Internet que tiene nuestro router, así como el formato correcto para acceder al router, con el puerto indicado después de la IP mediante el separador “:”.

Esta IP es dinámica, recuerda. De modo que no podremos fiarnos de que más adelante esa dirección IP siga siendo válida. Y aquí interviene el servicio DDNS. Usando la dirección manuarenas.ddns.net:10000 podremos entrar remotamente en nuestro router de casa. Como puedes ver, el número de puerto se escribe a continuación del nombre de dominio (o la dirección IP) usando como separador «:».

De este modo, podremos tener nuestra red bajo control incluso cuando estemos fuera de casa. Existen apps para móvil que permiten conectarnos a nuestro router Orange. Pero con este método podremos acceder a él de un modo mucho más consciente y sabedores de lo que hacemos.

Cómo  saber nuestra dirección IP

Dejando de lado los servicios DDNS, si queremos saber qué dirección IP pública tenemos en un momento dado, podemos usar servicios como IP4 me.

Si no queremos usar servicios de DNS dinámicos pero queremos tener una opción para acceder a nuestra red local de forma artesanal, lo primero que tendremos que hacer es encontrar la forma de saber nuestra dirección IP incluso si ha cambiado y estamos fuera de casa. Una forma de hacerlo es usar un programa que nos envíe de forma periódica nuestra IP desde dentro de la red de casa.

Tendremos que tener un ordenador funcionando permanente que haga esta función de “chivato”, eso sí. Y usar un programa como IP Monitor que se encargue de llevar cuenta de la IP pública y nos la envíe.

Múltiples usos

Manejar la dirección IP de nuestros equipos en casa es el primer paso. Acceder al router es un ejemplo práctico de lo que se puede hacer con este método. Pero también nos servirá para instalar en nuestro hogar cámaras de vigilancia, servidores web para montar nuestro propio blog o galería de fotos, o servidores de streaming con nuestros contenidos.

La imagen que ves en la imagen superior está tomada de una webcam a la que hemos accedido remotamente a través de su dirección IP dinámica, que hemos averiguado a través del servicio que ofrece AVM para sus routers FRITZ!. En el router, lo único que hicimos fue hacer que la cámara pudiera ser vista desde el exterior asignando un puerto de acceso para la cámara. En este caso una DLink DCS 960L.

Lo importante es saber cómo identificar nuestra red y dispositivos dentro del universo de Internet. Como ves, lo importante es conocer la IP y configurar nuestro router para que podamos entrar remotamente en las opciones de configuración

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