Sorpresa en Twitter: la estrella resultó ser una rodaja de chorizo

Que no debemos creer todo lo que veamos en Twitter es algo que tendríamos que tener claro a estas alturas, pero quien este libre de bulos que tire la primera piedra.

Hace días, el físico francés Etienne Klein compartió en Twitter una imagen que describió con estas palabras: “Foto de Próxima Centauri, la estrella más cercana al Sol, situada a 4,2 años luz de nosotros. Fue tomada por el JWST. Qué nivel de detalles… Un nuevo mundo se desvela día tras día”.

sin charcutería española en el espacio

Poco después, el científico dejó claro que se trataba de una broma diciendo que «según la cosmología contemporánea, no existe ningún objeto perteneciente a la charcutería española sino en la Tierra«. Sin embargo ya era tarde para esa aclaración, pues la imagen de lo que resultó ser una rodaja de chorizo ya se había compartido en Twitter con fruición e, incluso, había hallado eco en medios de información.

Hay pocas tentaciones más irresistibles que compartir una bella imagen con la esperanza de conseguir cientos o miles de «retuits» y «me gusta», sea o no falsa. Y eso que, un estudio reciente en el que han participado 17 investigadores europeos con una encuesta realizada a más de 28.000 panelistas distribuidos entre 17 países europeos, concluyó que los tuiteros son menos dados a tragarse mentiras. Pero, claro, ese estudio hacía referencia a la covid-19, nada decía de astronomía o, ya puestos, de política.

Estos investigadores concluyeron que las características de Twitter –su estructura asimétrica, la preponderancia de vínculos débiles, su especialización en noticias– podrían hacer de esta red un entorno menos propicio para difundir información falsa.

comportamiento compulsivo en Twitter

Sin embargo, la experiencia cotidiana de cada uno de nosotros en Twitter no parece refrendar esa afirmación y la bufonada de Etienne Klein viene a arrojar más dudas sobre la supuesta resistencia de los tuiteros frente a los bulos. De hecho, la credulidad de miles de tuiteros llevó al físico a pedir disculpas y aclarar que “pretendía incitar a la prudencia respecto a las imágenes que parecen hablar por sí mismas”.

“La broma tiene un valor educativo. Habla de nuestra capacidad de ser engañados, cuestiona nuestra relación con las fuentes”, añadió Etienne Klein. “El engaño es una antigua tradición entre los físicos”, dice el director de investigación de la Comisión de Energía Atómica (CEA). Como él mismo explicó en Twitter, su gesto tiene reminiscencias del caso Sokal, que lleva el nombre de un físico estadounidense que publicó un artículo falso en una revista revisada por pares en 1996.

De hecho, no es esta tampoco la primera imagen de una rodaja de chorizo que se comparte en las redes sociales como si fuera un objeto astronómico pero, en este caso, la credibilidad del tuit se derivaba de la autoridad de su autor. 

¿Pero a qué se debe la credulidad de los usuarios de Twitter? Según Mariluz Congosto, del Centro Universitario U-tad e investigadora de datos sociales, «el consumo de información en redes sociales es muy compulsivo. Se lee en diagonal y la mayoría de las veces se difunden tuits sin haber siquiera pinchado en el enlace. Más que crédulos, somos irreflexivos, porque una segunda lectura del mensaje seguramente no nos llevaría a difundirlo».

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