“El ISIS capta a jóvenes con preparación técnica para ganar audiencia”, Javier Lesaca, autor de ‘Armas de seducción masiva’

Javier Lesaca, profesor de la Universidad de Navarra e investigador de la Universidad George Washington, ha escrito un libro, ‘Armas de seducción masiva’, donde analiza cómo el Estado Islámico ha sido capaz de crear una potente estructura de producción audiovisual y de marketing digital que tiene como fin divulgar por Internet y por las redes sociales un relato atractivo del terrorismo para los jóvenes de todo el mundo. Un relato cool, trufado de referencias al cine de Hollywood y los más populares videojuegos, que por el momento ha convencido a decenas de miles para dejarlo todo e irse a combatir por el Califato en Siria o Irak, o para convertirse en los “lobos solitarios” dispuestos a atentar en cualquier ciudad de Europa.

-Has visto y analizado unos 1.300 vídeos producidos y difundidos por el Estado Islámico entre 2014 y 2017 para atemorizar y amedrentar al mundo y también para ganar adeptos dentro y fuera de las fronteras de Irak y Siria, donde se asienta. ¿Qué es lo que más te sorprendió de todo este material?

Lo más sorprendente ha sido comprobar que las comunicaciones del grupo terrorista ISIS están pensadas para transformar el terrorismo en un producto cultural asociado a valores positivos. La estrategia de comunicación del ISIS no está pensada sólo para difundir el terror, sino para seducir a sus audiencias y presentarse como una alternativa institucional.

El ISIS ha transformado el terrorismo en un producto cultural asociado a valores positivos

-Dices que a través de su producción audiovisual, difundida por plataformas como YouTube, el Estado Islámico ha conseguido seducir a miles de jóvenes, convirtiendo la violencia en un espectáculo atractivo, y el terrorismo en una aventura, en un juego muy cool. ¿Cómo ha sido esto posible?

Lo ha hecho introduciendo un concepto que en teoría de la comunicación se denomina “frames substantivos”. Esta técnica consiste en crear unos mensajes que se distribuyan con mucha magnitud y que contentan referencias culturales que resulten familiares entre las audiencias potenciales. Los mensajes del ISIS se repiten con gran fuerza en las redes sociales. Cada campaña se distribuye con una media de 400 cuentas falsas en Twitter creadas específicamente para difundir estos mensajes. Y el contenido de los mensajes incluye, al menos en un 50% de los casos, referencias culturales a las películas y videojuegos más populares de las audiencias adolescentes a las que van dirigidas.

-¿Cómo lograron pasar en poco tiempo los islamistas de los vídeos que mostraban a un Bin Laden hablando desde una cueva sucia y mal iluminada de Afganistán, a estos otros de estética cuidada y claras referencias al mundo de Hollywood y de los videojuegos?

El grupo terrorista ISIS ha creído en la fuerza transformadora que tiene la comunicación en el actual panorama social y política. ISIS ha hecho disyunción utilizando la comunicación y ha fichado a jóvenes millennials con alta preparación técnica y académica de Iraq, Siria y de otros países extranjeros (incluidos europeos) para movilizar a sus audiencias.

-¿Puedes darnos un ejemplo concreto de la sofisticación alcanzada por el aparato propagandístico del Estado Islámico a la hora de producir sus vídeos?

En otoño de 2014, coincidiendo con el estreno de la película ‘American Sniper’ (‘El francotirador’), de Clint Eastwood, ISIS creó y difundió una película titulada en árabe “sniper” que contenía los mismos planos, las mismas secuencias, los mismos sonidos y el mismo argumento que la película estadounidense, pero cambiando de personajes. Los terroristas distribuyeron su película utilizando los mismos hashtags donde se estaba promocionando la película estadounidense, con el objetivo de llegar a las mismas audiencias.

-¿Cómo han conseguido los propagandistas del Estado Islámico hacer virales a nivel universal sus vídeos, sin recurrir además a los medios de comunicación tradicionales?

Porque ISIS ha entendido el gran cambio que se ha producido en el contexto de la formación de la opinión pública a nivel mundial. Ya no es necesario pasar por el pasar mediador de los medios para comunicarse y dialogar con las audiencias potenciales. Estado Islámico ha aplicado las técnicas más avanzadas de marketing para elaborar y difundir productos de comunicación de manera segmentada y personalizada a sus audiencias a través de las nuevas plataformas de comunicación.

Pasan entre 5 y 24 horas desde que los terroristas lanzan una campaña hasta que las empresas eliminan el contenido

-Dices en el libro que los terroristas han recurrido en todo momento a una estrategia “transmedia” para seducir a los jóvenes de todo el mundo. ¿A qué te refieres exactamente?

Una narrativa transmedia consiste en la elaboración de una historia, de un guión donde diversos personajes interactúan entre ellos en diversas plataformas para llegar a diferentes audiencias. Pokemon, La guerra de las galaxias, la saga Marvel… son ejemplos de narrativas transmedia, donde se puede acceder a la historia a través de un muñeco de peluche, una película, un cómic o un libro. Ningún personaje mantiene la fuerza narrativa del guión, sino que son las historias que se generan entre ellos lo que mantiene la tensión y da lugar a otras historias. Estado Islámico ha creado su propio universo narrativo: el califato. En ese escenario interactúan cientos de personajes que se comunican a través de diferentes plataformas (videos, revistas, reportajes de fotos…). No existe un personaje central sobre el que recaiga el peso del guión. Son cientos de personajes los encargados de hacer llegar el mensaje a las audiencias.

-Muchos de los vídeos y mensajes con que el Estado Islámico se ha dirigido al mundo se han difundido a través de plataformas y redes sociales como YouTube y Twitter. ¿Cómo es que en este tiempo estas plataformas no han podido reaccionar cancelando la difusión de este contenido violento e intimidatorio? ¿Por qué no han puesto freno, cancelando cuentas o cerrando canales?

Hay que ser honesto y reconocer que las mencionadas empresas han realizado en los últimos meses grandes esfuerzos por eliminar contenidos violentos y extremistas de sus plataformas. Sin embargo, es cierto que grupos terroristas y violentos siguen haciendo un mal uso de estas plataformas distribuyendo sus contenidos a través de ellas. Actualmente el mayor reto está en reducir los tiempos de eliminación de estos materiales. Pasa una media entre 5 y 24 horas desde que los terroristas lanzan una campaña en plataformas abiertas hasta que las empresas detectan y eliminan el contenido.

-¿Hasta qué punto los vídeos violentos del Estado Islámico han sido claves para reclutar a los lobos solitarios que han cometido atentados en Europa o a los combatientes que desde los países occidentales se han ido a luchar a Irak o Siria?

ISIS comenzó su estrategia de comunicación en verano de 2014 y la ha mantenido de manera sostenida hasta la actualidad. Desde que los terroristas pusieron en marcha su estrategia de comunicación, el número de terroristas de todas las partes del mundo que acudieron a luchar a las filas del ISIS creció de manera exponencial. Según Naciones Unidas, desde  el año 2014 hasta 2016, más de 35.000 jóvenes de 100 países distintos viajaron a Siria e Iraq para unirse a luchar con grupos terroristas.

-¿Cuál es el perfil típico del occidental que se siente fascinado por estas “armas de seducción masiva” de las que hablas en el libro?

Jóvenes de entre 15 y 25 años de clases medias y con estudios secundarios. Fascinados con la estética de la cultura occidental, pero frustrados con las instituciones públicas de sus estados. Atraídos por la cultura de la violencia y más cercanos al nihilismo político que al islamismo. En muchos casos se produce también una crisis identitaria, especialmente en aquellos que provienen de familias de migrantes de países de mayorías de religión musulmana.

Las democracias liberales y los estados de derecho tienen la urgencia de volver a ponerse de moda; para ello, tienen que elaborar una narrativa de consenso

-Con la derrota reciente del Estado Islámico en Mosul o las dificultades en Raqqa, parece que su final está cada vez más cerca. ¿Qué está pasando con su producción audiovisual y propagandística? ¿Se ha resentido tanto como la posición en el campo de batalla?

No cabe duda de que Estado Islámico será eventualmente derrotado sobre el terreno. ISIS ha sido consciente desde mediados de 2015 que su proyecto político no era sostenible, por ello se encargó de subir el Califato a la nube digital, de tal manera que aún pudiera ganar la batalla por las mentes y los corazones. Desde mediados de 2015, la capacidad de propaganda audiovisual de ISIS se ha reducido, pero han logrado mantenerla. Se ha pasado de una media de 60 videos al mes, a una media de 15, pero no bajan de esa cifra. Es decir, ISIS ha logrado la manera de que su comunicación sea resiliente a la pérdida de terreno.

-En el libro sugieres que derrotar al Estado Islámico en el campo de batalla está al alcance y llegará tarde o temprano, pero que será mucho más complicado vencerlo en el campo del relato y de los sentimientos. ¿Qué tendrían que hacer los países democráticos y libres para volver a seducir a los chavales que hoy han sido atrapados por la violencia de los extremistas?

En primer lugar ponerse de acuerdo en la elaboración de una narrativa. Las democracias liberales y los estados de derecho tienen la urgencia de volver a ponerse de moda y para ello tienen que elaborar una narrativa de consenso que compita en seducción e interés con la que transmiten los grupos violentos y extremistas de cualquier condición. Una vez elaborada la narrativa, es necesario crear productos de comunicación que sean estéticamente atractivos y sugerentes y, finalmente, tiene que ser difunda por voces y personajes que resulten creíbles entre las audiencias potenciales.

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