Lepra: cómo un recuento cotidiano ha causado la alerta en México

cómo se contagia la lepra

El pasado mes de octubre un boletín epidemiológico de la Secretaría de Salud de México notificó que se habían contabilizado 90 casos de lepra este año, un dato que se sacó de contexto y muchos medios interpretaron como una alerta sanitaria, tal y como indica ‘Animal Político’. Lo cierto es que el número de registros tiene una tendencia bajista año tras año.

La enfermedad de Hansen, conocida como lepra, es una enfermedad infecciosa causada por una bacteria bacilífera llamada Mycobacterium Leprae. Se transmite a través de las microgotas o gotas de Flügge que se propagan al toser o al hablar. Un proceso similar al que se cree que ha impulsado la pandemia de la COVID-19.

La lepra es una enfermedad que se considera rara, pero no erradicada. Existe una cura siempre que se detecte a tiempo; de lo contrario, conduce a la muerte o a la invalidez. El nombre deriva del término griego «lepròs» y puede traducirse como «escabroso», debido a las deformidades que se manifiestan en el estadio avanzado de la enfermedad.

Índice

  1. Países con más casos de lepra
  2. Cómo se contagia la lepra
  3. Los síntomas de la lepra
  4. Tratamientos contra la lepra

PAÍSES CON MÁS CASOS DE LEPRA

La lepra sigue presente en unos 90 países, especialmente en África, Asia y América del Sur. En 2017, se registraron 211 009 casos en todo el mundo según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los datos son positivos, si se comparan con los de la década de 1980, cuando la OMS estimó 12,5 millones de enfermos.

Aunque no se sabe a ciencia cierta, la lepra podría haberse originado en Europa, y no en China o India como se pensaba hasta ahora. Es la conclusión de un estudio realizado por un equipo internacional de científicos sobre unos esqueletos medievales (400-1400 d.C.). A partir de los fragmentos óseos, se reconstruyeron diez genomas de Mycobacterium Leprae, ya presentes entonces en nuestro continente.

Los científicos consideran que esta enfermedad se habría originado en el extremo sureste de Europa o en Asia occidental. La cepa del genoma de la lepra más antigua se remonta al 415-545 d.C. y es la misma que está presente hoy en las ardillas rojas. Esto confirmaría la hipótesis de que estos roedores y el comercio de sus pieles fueron un factor importante en la propagación de la enfermedad en la Europa medieval.

lepra

Cómo se contagia la lepra

Cuando aún no se sabía cómo se contagiaba, se creía que la lepra era extremadamente infecciosa. Esto alimentaba el desprecio y el miedo hacia los afectados. Incluso hoy en día el simple término «lepra» sigue generando estigma y rechazo. Por este motivo en el campo médico se prefiere utilizar el nombre técnico de enfermedad de Hansen.

La Mycobacterium Leprae se multiplica muy lentamente en el cuerpo humano: tarda entre 18 y 42 días en duplicarse. Por lo tanto, la infección tiene un período de incubación muy largo, con un promedio de cinco años, y afecta las terminaciones nerviosas. Un alto porcentaje de personas que entran en contacto con el bacilo no desarrollan la enfermedad porque el sistema inmunológico puede hacerle frente. La Mycobacterium Leprae prolifera en las partes más frías del cuerpo humano, es decir, en la piel y particularmente en ojos y testículos.

¿Cómo se contagia la lepra? La infección puede desencadenarse por el contacto con mocos, saliva y aerosoles liberados por personas enfermas cuando tosen o estornudan. Los pacientes en la etapa más grave de la enfermedad, denominada lepromatosa, son más contagiosos que los que padecen la denominada forma tuberculosa. Sin embargo, el contacto ocasional con el paciente generalmente no causa infección.

No es casualidad que las infecciones se produzcan sobre todo entre familiares y convivientes. Se piensa que también los pinchazos con agujas contaminadas puedan desempeñar un papel importante en cómo se contagia la lepra. Por otro lado, la denominada transmisión vectorial a través de insectos aún no se ha demostrado, aunque en muchos de ellos se han encontrado los bacilos de la bacteria.

lepra sintomas

Los síntomas de la lepra

Debido a la larga incubación, pueden pasar años antes de que el paciente afectado muestre los primeros síntomas de la lepra. Inicialmente, los síntomas son comparables a los de una gripe. Estos incluyen dolor de cabeza, debilidad, fiebre y dolores neurálgicos, también acompañados de hemorragias nasales. En la siguiente fase, que en promedio ocurre después de cinco o siete años, la lepra comienza a atacar principalmente las áreas donde prolifera la bacteria, como la piel, las mucosas respiratorias y los nervios.

En estas zonas se pueden formar las lesiones características de la enfermedad: máculas, pápulas, protuberancias y llagas. Estas resultan particularmente evidentes en la cara y en los dedos de manos y pies. El ataque al sistema nervioso puede provocar un hormigueo generalizado y pérdida de la sensibilidad. Otros síntomas pueden incluir atrofia muscular, infertilidad y, en el caso de la lepra lepromatosa, un daño sistémico grave y descompensación, incluida la insuficiencia renal.

La lepra tuberculoide se caracteriza por grandes lesiones cutáneas, además de una gran carga de linfocitos pero poca carga bacteriana. En el tipo lepromatoso, en cambio, surgen grandes nódulos en la piel que provocan la deformación y posterior destrucción de tejidos como el cartílago en las orejas y la nariz. Produce también una afectación nerviosa que puede causar pérdida sensorial.

Leprosy

Tratamientos ANTIBIÓTICOS

Para el diagnóstico de la enfermedad se suele tomar una muestra de la lesión cutánea mediante biopsia o raspado. Existe también una prueba llamada ‘lepromin’ que se utiliza para diferenciar el tipo de lepra padecido. La comprensión sobre cómo se contagia la lepra supuso un punto de inflexión en el tratamiento de la enfermedad en la década de 1940. Fue entonces, de hecho, cuando se desarrolló un medicamento llamado dapsona.

Sin embargo, alrededor de 1960, el Mycobacterium Leprae desarrolló resistencia al fármaco. Pero se descubrieron la rifampicina y la clofazimina, lo que permitió volver a tratar eficazmente la enfermedad. La OMS, en 1981, recomendó un tratamiento con múltiples fármacos con estos tres antibióticos: dapsona, clofazimina y rifampicina. La duración de la terapia es de entre seis y 12 meses según el tipo de bacilo, pero puede llegar hasta a dos años dependiendo de la gravedad del caso.

Frente a la lepra, la intervención temprana es fundamental, ya que las deformidades y el daño neurológico, una vez que aparecen, no pueden eliminarse mediante fármacos. La forma lepromatosa cicatriza más difícilmente que la tuberculosa. También es posible vacunarse con BCG (Bacillus Calmette-Guerin) para defenderse de la enfermedad.

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Imágenes | Wellcome Images/Wikimedia (portada), Wellcome Images/Wikimedia, Lava/Flickr , Wellcome Images/Wikimedia

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