7 productos reciclados y sostenibles para rebajar la huella de carbono en tu día a día

El cambio climático es una amenaza para la humanidad. Las soluciones para frenar el calentamiento global e intentar revertir la situación se suelen plantear en reuniones entre estados, las famosas cumbres del clima. Los ciudadanos de a pie también podemos contribuir a reducir la huella de carbono eligiendo productos reciclados y sostenibles que aprovechan mejor los recursos disponibles y que recuperan materiales de desecho.

 

Aquí van unas cuantas ideas de productos reciclados y pensados para reducir de forma sencilla nuestra huella de carbono. Desde un portátil hecho en parte con plásticos de origen oceánico a la bolsa de supermercado que es compostable, pasando por la suscripción a un servicio de alquiler de ropa de bebé

Un portátil que se repara fácil

La industria tecnológica también se las ingenia para incorporar productos reciclados a su oferta. Es el caso del fabricante Acer, que acaba de presentar el Chromebook Vero 514, un portátil que usa materiales reciclados en la mayor parte de sus piezas. Así, el 30 % de su chasis y el 50 % de sus teclas están fabricadas con plástico reciclado post-consumo (PCR). Mientras que la superficie de su touchpad está diseñada a base de plástico de origen oceánico. Además, el 90 % del papel del embalaje de este ordenador es reciclado, según el fabricante. 

Adiós al usar y tirar. Y es que lo mejor de este equipo es que está pensado para ser actualizado, reparado y desmontado. A través del uso de tornillos estándar en la cubierta inferior, hace más sencillas las reparaciones y actualizaciones de memoria y almacenamiento. Además, su aspecto exterior se caracteriza por un chasis sin pintura, con acabado en gris adoquín, y un panel de pantalla que es 99 % reciclable. El nuevo portátil de Acer estará disponible en Europa en noviembre, a partir de 599 €.

Ropa de bebé por suscripción

La ropa de bebé tiene un problema: es cara y casi nunca las familias le sacan todo el partido. Ya se sabe, los niños crecen muy rápido y muchas veces no da tiempo siquiera a que estrenen lo que tienen en el armario. 

Para dar un respiro a las familias y aprovechar mejor este recurso, la startup española Lapona ha lanzado una suscripción en internet para ropa de bebé de hasta dos años. El objetivo es doble: ahorrar dinero y reutilizar las prendas para favorecer el cuidado del medio ambiente. En sentido estricto, esta tienda online, que es el proyecto profesional de Patricia González, aragonesa afincada en Barcelona, no vende productos reciclados. Sí lleva la economía circular al peculiar mundo de la ropa de bebé, tan efímero, y donde un traje o un chándal queda pequeño y, por lo tanto, inservible en cuestión de semanas. 

El modo de funcionamiento es el siguiente: el cliente formaliza una suscripción en cualquiera de las modalidades previstas (las hay desde 29 € al mes, sin obligación de permanencia). A través de un formulario, describe sus gustos y el estilo de ropa que desea para su bebé. Cada mes recibe en su domicilio un paquete con varias prendas (tres, cinco u ocho piezas), que se van adaptando a la evolución del tallaje. Luego lo devuelve al finalizar el periodo. Lapona se encarga tanto de la entrega y retirada de la ropa como de su posterior limpieza y desinfección mediante un proceso ecológico, sin fosfatos y con detergentes hipoalergénicos. 

Un móvil para un planeta sostenible

En una charla TED, el CEO de Fairphone, el holandés Bas van Abel, contó el origen de su compañía. En unas vacaciones, a su hijo se le estropeó una consola Nintendo y él intentó arreglarla con un destornillador, una herramienta que siempre lleva encima. Sin embargo, se dio cuenta de que era una tarea imposible. “¿Por qué Nintendo no quiere que abramos su aparato?”, se preguntó Van Abel. Y miró alrededor y se dio cuenta de que también los omnipresentes smartphones se habían convertido en un enigma para millones de usuarios. Eran útiles, bonitos y estilizados, pero también herméticos, impenetrables y desconocidos. 

A partir de ahí, Fairphone desarrolló unos smartphones que plantan cara a la obsolescencia programada gracias a un diseño por módulos, lo que facilita la reparación y el recambio de sus componentes. Además, Fairphone se preocupa, haciendo honor a su nombre, de que todos los actores de la cadena de producción de sus teléfonos hayan tenido un trato justo y de que la obtención de los materiales no esté vinculada a conflictos.  

La gama de productos, en realidad, se reduce a dos modelos: el Fairphone 4 y 3. El primero es un dispositivo de gama media-alta (desde 579 € en su versión 5G), hecho a base de plásticos reciclados y materiales provenientes del comercio justo. Además, no necesitas ser un experto para cambiar la batería o la pantalla. Ningún componente del dispositivo está pegado, por lo que puedes repararlo tú mismo con un destornillador normal.

Silla de diseño a base de material reciclado 

La industria del mueble genera muchos residuos en forma de serrín, viruta, retos de chapa y tableros, entre otros. Desde hace unos años, también innova para subirse al carro de la sostenibilidad. Un ejemplo es el de la silla Fluit, del fabricante alicantino Actiu, una firma que vende en todo el mundo y que tiene experiencia en la comercialización de productos reciclados.  

En esta silla, que ha sido ideada por el estudio italiano Archirivolto Design, el 80 % del material empleado es plástico reciclado post-consumo certificado procedente del sector agroalimentario. La fibra de vidrio supone el 20 % restante del material y también es reciclada. Para construir esta pieza de mobiliario, de suave tacto y línea muy estilizada, y que se puede adquirir en cuatro colores (mostaza, blanco, negro, gris y verde), Actiu también dispone de unas instalaciones con certificación LEED Platino, que es uno de los sellos más reconocidos de eficiencia energética y bajo impacto ambiental. 

Bolsa de basura compostable

La contaminación por plásticos es un problema mayúsculo. Los datos son contundentes y mareantes. Se calcula que ocho millones de toneladas de residuos plásticos acaban en los océanos cada año. Llegan por vía fluvial y se concentran en los grandes ríos del mundo y sus principales afluentes. Además, si esta tendencia se mantiene, los océanos contendrían más plástico que peces en 2050, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Para frenar y revertir esta situación, podemos adoptar algunos hábitos muy sencillos. Por ejemplo, usar bolsas de tela y reutilizables cada vez que vamos al supermercado. Y también podemos comprar las bolsas de basura compostables, como las que vende Mercadona, de 10 litros, que son ideales para el cubo pequeño de los restos orgánicos. Un paquete de 15 bolsas de este tipo, que se degradan hasta convertirse en abono orgánico, sale a 1,80 €. Eso supone 0,12 € por bolsa. Hay opciones más baratas, pero ninguna tan sostenible. Eso sí, hay que conservarlas en un lugar fresco y seco y tener en cuenta que llevan fecha de caducidad.  

Camisetas recicladas

La industria textil es una de las que más contamina. Según datos del Parlamento Europeo, es responsable del 10 % de las emisiones mundiales de carbono. Asimismo, la producción de tintes y productos de acabado para la ropa es causante del 20 % de la contaminación mundial de agua potable. 

Por suerte, hay una moda alternativa que intenta frenar este despropósito. Un ejemplo es el del fabricante español Siremwild, que comercializa sus propios productos reciclados. Se trata de una línea de prendas fabricadas por completo con materiales de desecho.  El método es el siguiente. Los restos de algodón se trituran y vuelven a ser fibras que se mezclan con otras fibras provenientes de botellas de plástico recicladas. Y de esa manera, en Siremwild obtienen los tejidos de algodón y poliéster con los que producen una amplia gama de camisetas, camisas y sudaderas, que tienen precios que van de los 20 a los 45 €. 

Botella de plástico para generar conciencia

Las botellas de plástico se han convertido en un quebradero de cabeza. Cada minuto se vende un millón de envases de este tipo en todo el mundo. Además, se sabe que cada botella de plástico tarda unos 450 años en descomponerse. Y, si no está a la intemperie, la cifra se aproxima a los 1000 años. 

Para evitar este trasiego de botellas de un solo uso, podemos llevar el agua, la limonada o el té frío en una botella como esta, de la marca Dopper. El fabricante proclama que se puede rellenar para siempre con agua del grifo, puesto que está libre de BPA y ftalatos, las sustancias químicas que convierte en tóxicos otros tipos de plásticos

Además, Dopper asegura que el 100 % de los materiales de sus botellas son reciclables y que parte de los ingresos que obtiene van destinados a poner en marcha proyectos de agua potable en Nepal. Esta botella de 450 mililitros se puede desmontar en tres partes para su lavado, aguanta el lavavajillas (hasta 65 ºC) y la parte superior se puede convertir en un vaso. Su precio: 13,45 €. 

En Nobbot | ¿Los españoles nos tomamos en serio el reciclaje?

Imágenes | Acer, Lapona, Fairphone, Actiu, Mercadona, Siremwild, Dopper, Freepik.es/rawpixel

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