Así es el circuito de élite de los eSports

Hace apenas una década hablar de eSports era algo poco usual. Sí, existían competiciones internacionales y premios en metálico. Pero mientras Corea y Japón mantenía al día sus PC Bangs (cibercafés), Europa los había enterrado a favor del juego en casa, en la comodidad del sofá.

Pero todo cambió: los streamings de partidas empezaron a crear verdadera adicción. Twitch heredó la tradición de los antiguos salones recreativos, una ventana abierta de par en par. Cada vez más jugadores querían probar suerte y cada vez los premios eran mayores. Los grandes popes de la industria —Activision Blizzard, Riot, Valve o Electronic Arts— fueron consolidando sus propuestas y, hoy por hoy, tenemos una base sólida que no para de crecer.

UNA FIEBRE INTERNACIONAL

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Todo comienza con series libres, ladders y copas de patrocinio organizadas por sponsors. En la ESL, la plataforma de competición más internacional, los equipos amateurs empiezan en las ESL Open y, de ahí, a las copas Go4. No hay límite de inscripción y siempre puedes optar por los playoffs. Una vez tu club demuestre su valía, puedes aspirar a la ESL Major.

Superando las fases de grupos, se puede acceder a sus respectivas Major Cups. Y, si ya has batido a toda tu región, aún se puede escalar hasta la ESL Pro, donde juegan los mejores clubs de cada categoría en un formato basado en rankings. Los mejores de éstos pueden competir en los Open internacionales (en Colonia, Nueva York, Frankfurt, Manila o Katowice) y el IEM (Intel Extreme Masters), el cual ya va por su undécima temporada. Sumando a esto las Invitational y ferias como la Gamescom, es fácil que los mejores equipos pasen todo el año recorriendo el globo.

¿Y qué hay de los premios? Pues si nos fijamos en The International —el torneo más importante del juego de estrategia DOTA 2—, el cual finalizó su sexta temporada el pasado verano, se llegaron a repartir 65,8 millones de dólares en premios. Un récord histórico que crece cada año. El vencedor, Wings Gaming, se embolsó la friolera de 9,1 millones de dólares para repartir entre los jugadores de su equipo.

Obviamente, no todos los campeonatos son tan generosos. El torneo mundial de Smite dejó poco más de 2,6 millones de dólares en premios, seguido del de Halo 5: Guardians, con 2,5 millones.

DESDE ESPAÑA CON AMOR

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Hace apenas unos días sabíamos de la creación de FEVeS, una asociación que unifica la labor de varias asociaciones para crear vasos comunicantes entre representantes, investigadores, clubes y los propios jugadores. En España, los eSports gozan de muy buena salud gracias a la LVP (Liga de Videojuegos Profesional), a la altura de Alemania o Reino Unido.

Si nos fijamos en League of Legends, uno de los juegos populares por antonomasia, su estructura es similar a la del fútbol. Primero tendríamos el ‘Circuito de exhibición’, donde los clubes son libres de presentarse e ir escalando posiciones. Mediante Open Cups, los mejores optan a los playoffs. Y si se clasifican pueden saltar a la División de Honor, que sería nuestra Primera División. Aquí tienen cabida 10 equipos en permanente lucha por los mejores puestos de la tabla.

Como no, esa liga tiene un final: la copa de la liga (Madrid Final Cup) pero también existe una «Champions League». Los ‘Challenger Series’ son clasificatorias para las competiciones europeas. Compiten seis equipos de cada país. Los que se clasifican pasan a las respectivas ligas de sus países. La LCS EU en Europa o la LCS NA en Estados Unidos.

De aquí, los que ganan pueden optar por los campeonatos mundiales, donde los ocho mejores clubes del planeta se enfrentan por el liderazgo. Y aún quedarían eventos como el MID-Season Invitational, donde jugadores de cada región (Europa, Norteamérica, Corea, China, Sudeste Asiático y Turquía) se enfrentan en facciones.

La última gran final tuvo lugar el pasado 29 de octubre en el Staples Center de Los Ángeles. No quedó esbozo de equipos estadounidenses y el español G2 Esports cayó en la fase de grupos ante equipos tan sólidos como ROX Tigers (el cual alcanzó las semifinales). La victoria fue para SK Telecom T1, su tercer triunfo, machacando 3 a 2 al Samsung Galaxy Pro Team. El formato siempre es el mismo: liguillas al mejor de cinco partidos. Y si hablamos de premios, dos millones de euros fueron repartidos entre los equipos.

GAMERGY, DE MADRID AL CIELO

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Pero volvamos a España, y más sabiendo la importancia que está adquiriendo a nivel europeo. En apenas un mes tendremos la oportunidad de ver uno de los eventos más importantes: Gamergy celebra su sexta edición en la Feria de Madrid del 16 al 18 de diciembre. En IFEMA tienen puestas las miradas equipos que no quieren perderse la cita y otros consagrados por derecho propio.

De League of Legends se contará con 10 equipos. De Call of Duty: Infinity Warfare con 6. Y de Counter-Strike: Global Offensive con 4. Pero no sólo estos juegos y equipos tendrán presencia. Los equipos clasificados en la fase presencial de la Gran Open también optan por su espacio en Gamergy, concretamente 16 jugadores para Call of Duty (cuatro jugadores por equipo), dos jugadores de FIFA, otros dos de Hearthstone y Clash Royale, 10 jugadores de CS:GO (dos escuadras de 5 jugadores cada una), 12 de Overwatch (dos equipos completos) y 10 jugadores de League of Legends, lo que vendrían a ser dos equipos (5×2).

En cuanto a dinero en metálico, el año pasado ya arrojó buenas cifras: 1.350€ en premios para el campeón de CS:GO, otros 1.350€ en premios para el campeón de LoL, o hasta 1.080€ en premios para los vencedores en Call of Duty: Black Ops III.

LOS COLORES DE TU BANDERA

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Como decíamos, además de los clubes profesionales, en muchos juegos se representan a países enteros. Overwatch, que pronto contará con su propia liga, está jugando en la actualidad la World Cup.

Si nos fijamos en Counter-Strike, la última gran final dejó un escenario peculiar. Celebrada en Belgrado (Serbia) durante los días 6 al 9 de octubre y organizada por E-Frag, los países enfrentados fueron: Argentina, Túnez, Turquía, Singapur, Canadá, Dinamarca y Francia.

Ni rastro de Brasil, uno de los mejores equipos del mundo, al caer de forma un tanto accidentada frente a Argentina; ni de Kazajistán, que venció a Francia en la tercera ronda pero fueron descalificados por juego irregular en el último partido de la serie. Y dos países clave como Estados Unidos o China directamente no compitieron, uno por no llegar a tiempo con su roster, ya que éstos estaban en diferentes lugares del mundo con sus respectivos equipos, y otro por entender que no estaba al nivel que la competición exigía. Turquía fue quien se llevó el gato al agua y el mayor pellizco de los 100.000 dólares en premios.

Y es que no todo es tan bonito como lo pintan. Sería difícil encontrar una situación análoga en deportes como el baloncesto, donde se penaliza por temporadas enteras a jugadores con malos comportamientos, dentro y fuera de la pista. Pero, como se está demostrando en España, las sinergias entre las distintas asociaciones juveniles ayudan a garantizar la profesionalización del medio desde el principio, concediendo un salario mínimo garantizado y un sustrato legal y médico para que los jugadores sólo se preocupen por alcanzar la gloria.

En Nobbot | Eric “Diablo” Murillo: “Los eSports no son elitistas. Si destacas como jugador, te contactarán”

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