Quién me lo iba a decir a mi, allá por el año 1996 cuando entré por primera vez en un programa de Chat, el famoso iRC… Poco o nada se sabía de la siguiente gran revolución, de lo que se acabaría convirtiendo en la Web 2.0. La Web dinámica donde la importancia del usuario y de la interactuación con él resulta vital. Por aquel entonces, pocas personas sabían lo que era un email, lo que era chatear, lo que eran los emoticonos (y sus códigos Ascii). Cuan diferente es ahora el panorama.
Ante la vorágine en la que nos hemos introducido, resulta clave tener en cuenta una serie de condicionantes a la hora de crear cuentas en diferentes servicios sociales. La verdad es que existen de todo tipo e índole y podemos acabar con una cantidad de cuentas creadas y que nos empiecen a llegar correos electrónicos de toda clase y que acabemos sin saber realmente donde hemos introducido nuestros datos.
¿Eres celoso de tu intimidad? Bueno, tal vez se pueda hacer algo al respecto
Conozco a gente excesivamente celosa de su intimidad, lo cual me resulta curioso con los tiempos que corren. No me malinterpretéis, no pretendo ser despectivo, pero con las actuales autopistas de la información en la aldea global en la que nos encontramos, resulta una tarea titánica mantener un control estricto de tu intimidad. Según el nivel de preocupación que tengamos al respecto deberíamos seguir diferentes pasos.
Primero de todos, crearnos una cuenta de correo exclusiva para utilizar a la hora de darnos de altas en diferentes servicios sociales. Si me permitís hacer publicidad sana, os diría que abrieseis una cuenta en el servicio de correo gratuíto Gmail. Tienen unos filtros de correo no deseado bastante potentes y una interfaz bastante completa a la hora de permitirnos clasificar diferentes tipos de correos.
Jamás se debería utilizar el correo electrónico personal o de trabajo (en especial este). Pensemos que muchos servicios (que no todos) viven de la información que poseen. La información vale dinero y tu información personal sobre gustos, preferencias, hábitos, valen el doble. Ellos lo saben y comercian con ella, te preguntarás porqué y quién se lo permite, pues me temo que tú mismo… ¿O acaso te leíste el texto de conformidad cuando acabaste el proceso de creación de cuenta? Me lo imaginaba…
Otro punto a tener en cuenta es tener muy claro donde nos estamos creando una cuenta de usuario, si realmente la necesitamos y no tenemos otro servicio que pueda realizar la misma función y al que ya estamos apuntados. Mi consejo aquí, es no darse de alta a la buena del señor, sin pensar realmente en si lo vamos a utilizar o no.
Otro consejo que me atrevería a dar, aunque mucha gente se me pueda echar encima. Es utilizar un mismo nombre de usuario y contraseña para todos los servicios en los que vayamos apuntando. No estoy hablando de una contraseña sencilla, como «fulanitoedad» sino buscar un generador de contraseñas y crear una contraseña segura, sin ninguna regla lógica, existen servicios al uso.
Por favor, intentemos delimitar usos y utilizar contraseñas diferentes para sitios claves donde tengamos información realmente importante y vital. Lo ideal es crear una contraseña para cada sitio, lo se, pero es difícil memorizarlas, aunque si dispones de un smartphone existen aplicaciones para poder almacenarlas de manera segura.
¿Y qué ocurre cuando queremos darnos de baja de un servicio?
Me temo, querido lector, que esta es una de las piedras filosofales de la vida online. Darse de baja en un determinado portal puede ser una de las tareas más arduas que existen e incluso resulta casi imposible hacerlo según el servicio del cual intentemos borrarnos.
Afortunadamente existen páginas que nos ayudan a ello. El portal Justdelete tiene una extensa base de datos que nos indica paso a paso como darnos de baja de un servicio determinado. Una simple búsqueda en su web nos mostrará de primeras el paso más importante, el enlace exacto al site del cual queremos «borrarnos» donde nos permite hacer eso mismo, borrar nuestra información en él.
Existen diferentes tipos de complejidad y el portal nos indicará en todo momento que es lo que debemos de hacer. Solo tenemos que ser pacientes y no saltarnos el guión.
Se trata en definitiva de usar el sentido común
Y si, como casi todo en la vida, todo se reduce a esto. No apuntarnos a cualquier sitio por un mero cupón descuento que no necesitamos. Llevar un control férreo de todos los sitios a los que nos apuntamos y no dar un paso en falso. Existen formas de controlarlo, es más que seguro que nuestro propio sistema operativo tenga manera de almacenar todas y cada una de las cuentas que nos vayamos creando y registrar sus contraseñas.
¿Quieres saber donde apareces? Hay maneras de hacerlo, solo tenemos que ayudarnos de «San Google». Una simple búsqueda con nuestro nombre o nuestro mote o apodo que usemos en Internet nos arrojará muchas búsquedas mostrándonos donde aparece información sobre nosotros. Te invito a que lo hagas, seguro que te llevas alguna que otra sorpresa.
En Anexo M | Google Helpouts, una nueva forma de conectar a gente que necesita ayuda
Justdelete es una bendición. Los usuarios con más conocimientos no tendrán problemas para darse de baja de cualquier servicio pero para quien no tiene tanta idea resulta fundamental.
Respecto a redes sociales, servicios, etc… con el tiempo intento limitar y valorar antes de probar cualquiera si merece la pena o no hacerlo.