Memes para todos: evolución de estas imágenes graciosas (a veces no tanto)

“Imagen, idea o símbolo utilizado en la red para describir conceptos y expresiones impactantes a través de diferentes medios”. La anterior frase describe uno de los fenómenos que ya forman parte de la historia de Internet: los memes. Un tipo de recurso que sirve para transmitir opiniones, nociones y juicios a través de la imagen, el texto y/o la animación; y que ha ido evolucionando a lo largo del tiempo.

Pero, ¿cuáles son sus orígenes?¿cuándo y cómo nacieron?¿por qué algunos de ellos se han convertido en auténticos fenómenos virales? Hoy trataremos de responder a estas y otras preguntas sobre ellos, así como de analizar las razones que han hecho de algunos de ellos un icono del odio.

Los orígenes

Para empezar nos centraremos en el origen etimológico del término, que procede del griego “mimema”. Significa algo así como “lo que se imita” y alude al arraigo que pueden conseguir. Un nombre que apareció por primera vez en 1976 en el texto The Selfish Gene (El gen egoísta), en el que Richard Dawkins lo describe como una “unidad de transmisión cultural o unidad de imitación”.

El autor, en concreto, encumbra la teoría memética de la transmisión cultural que defiende la existencia de dos formas de procesar y divulgar la información en los seres humanos. La primera se basaría en los genes, en la repetición de los mismos a lo largo de las generaciones; y la segunda en la “replicación” de la información que recibimos de la enseñanza, la imitación y la asimilación.

Un tipo de ideas que han estado presentes a lo largo de todo nuestro desarrollo, desde los pictogramas de las cavernas, plasmados también en cerámicas, hasta las imágenes pop en distintos colores del Che Guevara y Marilyn Monroe, pasando por los jeroglíficos del Antiguo Egipto y los símbolos del nazismo. En definitiva, pequeñas unidades de información, replicadas y transmitidas mediante la imitación.

Aplicados a Internet, empezaron a utilizarse durante el envío de los primeros correos electrónicos en forma de imágenes muy sencillas, habitualmente en blanco y negro y que representaban gestos de la cara o de alguna parte del cuerpo. Las expresiones de incredulidad y asombro, así como los “cortes de mangas” eran frecuentes, y los trazos simples y el humor formaban parte de su esencia. Los tablones de imágenes o imagesboards como 4chan, y los sitios de intercambio de contenido y foros como Reddit, tuvieron también mucho que ver.

La evolución


Dicho lo cual, es evidente que han evolucionado mucho desde entonces, incluso más allá del aspecto visual, que, si bien no ha dejado de lado las imágenes vectoriales y líneas simples –que han logrado mantenerse–, ha incluido la fotografía, la animación y el texto. De hecho, actualmente los más difundidos se encuentran formados por una captura y una frase hecha u oración.

Incluso un mismo meme puede acabar cambiando a lo largo del tiempo, sobre todo en lo que atañe al mensaje, en una especie de cadena creativa. Y ya no se propagan únicamente por la red, sino a través de cualquier medio virtual e incluso de la mano de aplicaciones de mensajería instantánea. Porque, ¿quién no se acuerda del “negro del WhatsApp”.

Lo que comparten en común, eso sí, es la gracia y la sorpresa que son capaces de generar en el espectador, precisamente lo que los hace virales. Su brevedad y concisión, su capacidad de transmitir cierta “cultura” y la posibilidad de reproducirlos ágilmente son otras de las razones de su éxito. Porque este no se debe a su creación ni a su calidad, sino en la reacción y en el impacto.

Asimismo, muchos de ellos se encuentran relacionados con la actualidad y con situaciones cotidianas. Un episodio de los Simpson, la condena de Iñaki Undargarín, el busto de Cristiano Ronaldo, el caso del caranchoa y la última metida de pata del presidente Trump son algunos de los últimos sucesos que han acabado dando lugar a cientos de ellos. Respecto a los que reflejan situaciones de la nuestra vida diaria, nada como el de la niña que le rayó a su padre el coche con un destornillador.

Incluso existen bases de datos que nos permiten encontrar memes determinados. Una de las más famosas es Know Your Meme, en la que se incluye una explicación que narra cómo logró hacerse viral y hasta datos “estadísticos” de su uso. En memesdeportes.com, elButanero.com, Memes Chistosos y hasta en Pinterest encontramos muchos otros. Algunas páginas especializadas, como la del diario deportivo As, por su parte, cuentan con su propia sección dedicada a ellos.

¿Memes que infringen los derechos de autor?


Paralelamente a sus virtudes, algunos memes han sido objeto de una gran polémica. Es lo que sucedió con el del archiconocido pingüino inadaptado, que las blogueras alemanas de Geeksisters.de utilizaron en su portal. La sorpresa fue que, tres años más tarde, Getty Images les reclamó más de 800 dólares por utilizarlo. ¿Su argumento? Violar los derechos de autor. Finalmente intervino getDigital y las salvó de la “deuda”.

Una situación que se ha repetido en varias ocasiones y ante la que existen una gran polémica, puesto que, para muchos, es más importante el meme en sí mismo que la fuente de la que proceden. De hecho, probablemente la foto original, dibujo, captura o similar, no sea tan popular; y este tipo de reacciones no hacen más que coartar la libertad creativa.

Desde un punto de vista legal, el quid de la cuestión radica en distinguir si se trata de una obra fotográfica o de una simple foto. La diferencia es que estas últimas carecen de una protección especial respecto de la Ley de Propiedad Intelectual y que, para que contasen con los derechos citados, deberían poseer un plus de creatividad.

El caso de las parodias es también un poco especial, pues existen una sentencia del Tribunal Superior de justicia de la Unión Europea que las tipifica como una excepción a los derechos de autor, siempre y cuando supongan una manifestación humorística. Algo que habitualmente se cumple en los memes, que no “hacen daño” a la obra original.

Una rana “peligrosa”


Al margen de esto, los memes pueden convertirse también en algo “peligroso”, e incluso en símbolos racistas casi al mismo nivel que una esvástica. Es lo que sucedió con Pepe The Frog, que se hizo especialmente popular durante la campaña electoral estadounidense y que se relaciona con la supremacía aria. Hay que decir, no obstante, que fue creado en 2005 por el dibujante Matt Furie sin connotación racista alguna.

Por desgracia, hoy se usa para promover ideas fanáticas, ofensivas, y ha sido modificada de muy distintos modos, hasta tal punto que la Liga Antidifamación de los Estados Unidos la ha clasificado oficialmente como un símbolo de odio. Algunas redes sociales como Instagram incluso han llegado a vetarlo.

Otros memes famosos


Más allá de los memes comentados, existen otros que se hicieron muy populares en la red. Es el caso de la “disaster girl” –en la que podía verse a una pequeña sonriente frente a su casa que, supuestamente, había incendiado–; el Nyan Cat –un gato espacial al más puro estilo de las consolas retro–; y la de Success Kid –la foto de un niño con el puño cerrado y cara de éxito–.

Todos cuentan con su particular historia detrás que, en general, poco tiene que ver con el “uso” que finalmente se les ha acabado dando. Sin embargo, resulta imprescindible comentar que algunos de ellos han sido creados específicamente para hacerse virales, como el del “chico que está a punto de explotar”, un meme que fue creado por unos chicos en clase poniendo caras divertidas y que sus protagonistas subieron a Twitter.

Imágenes | iStock: motttive

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