Tres de cada cuatro mujeres del ámbito sanitario y académico de España, encuestadas en un estudio publicado en la revista The Lancet Regional Health – Europe, han sufrido acoso sexual.
Jennifer Hermoso estaban también presentes en los sectores académicos y sanitarios. En total se recopilaron 345 historias personales, arrojando luz sobre este grave problema generalizado de sexismo y acoso sexual que afecta particularmente a las mujeres vulnerables en posiciones precarias.
A finales de agosto, un grupo de investigadoras lanzó una iniciativa a través de redes sociales invitando a las mujeres del sector sanitario y académico a compartir de forma anónima sus experiencias con el acoso sexual y otras formas de abusos de poder, para averiguar si incidentes como el producido en el ámbito deportivo conSe trata de una investigación coordinada por la responsable del Grupo de Investigación en Cuidados de salud del IRBLleida y profesora de la Universidad de Lleida, Montserrat Gea-Sánchez, y por la Catedrática en Imperial College, en el Reino Unido, Helena Legido-Quigley, en colaboración con Women in Global Health Spain.
romper el silencio
El estudio científico revela unos datos alarmantes; el 73,6% de las encuestadas informaron haber sufrido acoso sexual y el 28,7% alguna forma de abuso. Las consecuencias de tales abusos van más allá del daño inmediato: el 34,5% de las víctimas informan de efectos psicológicos duraderos, incluidos disgusto, miedo, ira, vergüenza, ansiedad, depresión, trauma y diversos problemas de salud mental.
“Agradecemos sinceramente cada historia compartida. Estas mujeres, valientes al romper su silencio, son la fuerza motriz detrás del cambio urgente que necesitamos en la academia y en nuestro sistema de salud. Proponemos medidas concretas, como impulsar liderazgos transformadores, implementar políticas integrales de prevención, desafiar la normalización del acoso y evaluar con indicadores medibles. Buscamos erradicar el abuso de poder y sexual, estableciendo un ambiente seguro, respetuoso y propicio para el bienestar de todas las personas” ha señalado, la catedrática en Imperial College, en el Reino Unido, Helena Legido-Quigley.
recomendaciones para evitar el acoso sexual
Precisamente, en respuesta a estos hallazgos, se insta sobre todo a los responsables máximos de Universidades e instituciones de salud a abordar seriamente la desigualdad de género y el respeto a los derechos humanos, reconociendo que el acoso sexual está profundamente conectado con derechos como la igualdad y la justicia social. El estudio propone una serie de recomendaciones:
- Promover el equilibrio de género y la diversidad en los roles de liderazgo.
- Implementar políticas integrales de prevención más allá de los Protocolos de Igualdad.
- Desafiar la normalización a través de sensibilización, campañas y capacitación dinámica.
- Integrar la información del protocolo de acoso en los procesos de incorporación.
- Desarrollar definiciones claras de acoso sexual y abuso de poder.
- Incorporar prácticas de Monitoreo, Evaluación periódica y Aprendizaje.
- Promover un enfoque centrado en las víctimas sobrevivientes.
- Estrategia de Tolerancia Cero.
“A la luz de la información compartida por las participantes queda claro que las formas de abuso hacia las mujeres por el hecho de ser mujeres continúan normalizadas. Es nuestra obligación y especialmente de las mujeres que tenemos una posición estable, no permitir que estos patrones se continúen reproduciendo entre generaciones. Es imprescindible que la aplicación de la legislación vigente sea real y los gobiernos e instituciones apliquen una política de tolerancia cero hacia el abuso y el acoso sexual mediante las recomendaciones que proponemos» ha matizado la investigadora principal del Grupo de Investigación en Cuidados de salud del IRBLleida y profesora de la Universidad de Lleida, Montserrat Gea-Sánchez
reparación de las víctimas de acoso sexual
El acoso sexual experimentado por los participantes en el estudio adopta muchas formas. El abuso verbal que consiste en comentarios inapropiados, ofensivos y humillantes es el tipo más frecuente (53%). Los abusos físicos, como tocamientos, manoseos, besos y abrazos inoportunos, también son frecuentes (44,9%), sobre todo en el sector sanitario. Las insinuaciones sexuales no deseadas y sexuales no deseados y la petición de favores sexuales se dan en el 6,4% de los casos, incluido el acoso Quid Pro Quo. El ciberacoso y los memes sexuales son menos frecuentes, con un 3,8% de las cuentas informan de tales prácticas. Además, varios participantes describieron experiencias de acoso hostil u ofensivo perpetrado por compañeros y colegas en centros de trabajo sanitarios y académicos, concretamente en el 47,5% de las experiencias compartidas.
«El estudio, a la vez, forma parte de un proceso de reparación de las víctimas. Algunas no han hablado de ello o sintieron que no fueron escuchadas. Otorgar voz propia y consideración a su testimonio es una muestra de cómo la ciencia puede y debe contribuir a desvelar desigualdades y discriminaciones de los derechos de las mujeres, en la búsqueda de soluciones efectivas. Este análisis, además, realiza una aportación fundamental en la demostración de que el impacto de la violencia hacia las mujeres no es solo cuando el hecho se produce, sino que se sostiene en el tiempo y que en muchas ocasiones no tiene una respuesta adecuada del sistema público o privado. Ante esa violencia institucional se hace una llamada para una implicación comprometida de cualquier agente social para atender a las víctimas correctamente y sin complicidad con el agresor» ha señalado la investigadora de la Universitat Oberta de Catalunya y periodista especializada en violencia de género, Ana Bernal-Triviño.
jennifer hermoso marca el camino
La situación vivida por la jugadora de fútbol Jennifer Hermoso tras la victoria del equipo español en el mundial de fútbol femenino fue el desencadenante de esta investigación y del movimiento “#SeAcabó. «No es exactamente el #MeToo español, porque no señala directamente a los culpables, sin embargo, se presenta como un señalamiento más radical y directo de las causas estructurales que producen y/o facilitan este tipo de acoso tan presente en nuestra sociedad” ha explicado otras de las investigadoras del estudio y profesora de la Fundación Universidad Pablo de Olavide, Elena González-Rojo.
Fuente:UOC