La homeopatía ya no ‘cura’ ni en el diccionario

La homeopatía ya no cura, según la RAE.

Dietas alcalinas, vahos con vapor de agua y hasta “lejías gourmet”. La crisis provocada por el coronavirus ha hecho surgir todo tipo de fórmulas milagro que no tienen ninguna base científica.

Los remedios homeopáticos se encuentran en esta larga lista de soluciones que prometen prevenir o curar la COVID-19, a pesar de que hace años que la comunidad científica les da la espalda. Y de que, desde hace unos meses, la comunidad lingüística lo hace también. A día de hoy, la homeopatía no cura ni en el diccionario.

Una parte por infinitas de agua

La palabra «homeopatía» comenzó a usarse a finales del siglo XVIII en Alemania. Fue acuñada por primera vez por su creador, Samuel Hahnemann, y hace referencia a los términos griegos homoio (igual) y pátheia (enfermedad).

La teoría de Samuel Hahnemann se basaba en la premisa de que “lo similar cura lo similar”. Creía que si una sustancia generaba una dolencia o una enfermedad, esa misma sustancia podría curarla si se suministraba en dosis muy pequeñas.

Uno de los ejemplos más usados para explicar su teoría es la cebolla. Si este alimento causa mucosidad y favorece el lagrimeo, servirá entonces para curar un resfriado. O la cafeína: si una taza de café nos impide dormir, una dosis mucho más pequeña favorecerá el descanso y podría incluso acabar con el insomnio.

Este principio de que las dosis debían ser muy pequeñas le llevó a desarrollar un complejo proceso para preparar soluciones homeopáticas. Tomaba la sustancia y la diluía en agua, con una proporción de 99 partes de agua por una del ingrediente elegido. Luego disolvía una parte de esta disolución en otras 99 partes de agua, y así sucesivamente. Hasta que, finalmente, la proporción del ingrediente inicial es diminuta y su presencia, prácticamente inexistente.

Estas soluciones comenzaron pronto a comercializarse, en forma de pastillas o sustancias líquidas, para tratar diferentes enfermedades. Hasta hoy.

Pastillas de homeopatía.

La importancia de las palabras

En la actualidad, la homeopatía se considera una pseudociencia. ¿Qué significa esto? Básicamente, que no se ha podido demostrar su eficacia a través del método científico. Ningún estudio realizado en las últimas décadas ha podido garantizar que la homeopatía cure.

El Ministerio de Sanidad la ha incluido en la lista de terapias aún en evaluación, junto a otras como la abrazoterapia, la hipoterapia o la kinesiología. En 2017, la Real Academia de Farmacia denunció una falta de evidencias científicas que la respaldasen y señaló que puede poner en riesgo la salud. En los últimos años, numerosos colectivos científicos han hecho soltar las alarmas después de que algunas personas falleciesen tras abandonar tratamientos médicos y sustituirlos por otros homeopáticos. Y es que uno de los riesgos de la homeopatía, señalan desde la Real Academia de Farmacia, es que puede crear faltas expectativas y retrasar la consulta médica.

En noviembre de 2019, la Real Academia de la Lengua Española se posicionaba también en el debate a favor y en contra de la homeopatía. Lo hacía cambiando su definición en el diccionario. Desde entonces, no se considera un sistema curativo, sino una práctica.

Homeopatía según la RAE.

Su definición completa es “práctica que consiste en administrar a alguien, en dosis mínimas, las mismas sustancias que, en mayores cantidades, producirían supuestamente en la persona sana síntomas iguales o parecidos a los que se trata de combatir».

La anterior rezaba así: “Sistema curativo que aplica a las enfermedades, en dosis mínimas, las mismas sustancias que, en mayores cantidades, producirían síntomas iguales o parecidos a los que se trata de combatir». Una definición que se recogió por primera vez en 1852 y llevaba, por lo tanto, 167 años en el diccionario.

¿Por qué ahora?

El cambio realizado en el diccionario de la Real Academia Española (que tuvo que pasar por varios procesos y ser aprobado por diferentes expertos) responde a la demanda de numerosos colectivos de minimizar el impacto de la homeopatía y regularizar su comercialización.

Cuando se creó, hace ya más de dos siglos, la homeopatía parecía una solución lógica y menos peligrosa que otras prácticas médicas. Hoy en día, los conocimientos de medicina y química dan la vuelta a las bases que sentó Samuel Hahnemann. Sin embargo, y tal y como señala la Real Academia Nacional de Medicina, la homeopatía está difundida por todo el mundo y existen numerosas facultades de medicina, centros y hospitales donde se enseña y practica.

“En muchos países, las preparaciones homeopáticas están reguladas y consideradas como medicamentos, y su prescripción se considera un acto médico restringido a los profesionales de la medicina”, señalan.

En las últimas semanas, se ha vuelto a debatir sobre su fiabilidad. Hemos escuchado, incluso, que el príncipe Carlos de Gales se curó de la COVID-19 utilizando la homeopatía. Algo que la casa real británica ha desmentido: el príncipe siguió las recomendaciones del sistema de salud británico. Y es que, en momentos como este, seguir las recomendaciones de los expertos es clave. Incluso en el diccionario.

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Imágenes | Unsplash/Michael Longmire, Unsplash/Zden?k Machá?ek

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