Es un hecho: este verano de 2023, además del calor, una de las noticias más recurrentes tiene que ver con personas que se han ahogado, ya fuera en playas, piscinas u otros lugares de baño. Por eso, nosotros hemos querido investigar un poco sobre el asunto.
Porque, a primera vista, puede parecer que vivimos una situación alarmante pero ¿realmente este año 2023 está siendo especialmente negro o solo es una impresión? Vamos a ver qué dicen los datos y aprovecharemos para intentar averiguar porqué hay tantos ahogamientos y, de paso, dar algunos consejos para evitarlos y saber cómo actuar si presenciamos uno.
Ahogamientos en España en 2023
Un niño de tres años ahogado en una piscina de Denia, otro en una playa fluvial de Ourense, un hombre de 72 años en una playa de Barcelona… Estos son sólo los últimos capítulos de una terrorífica serie que, desgraciadamente, estamos viendo casi todos los días de este verano de 2023.
Pero ¿está siendo este año especialmente trágico en este sentido? Para comprobarlo, debemos remitirnos al Informe Nacional de Ahogamientos que publica la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo con estadísticas de ahogamientos en España. El informe, que se viene publicando desde 2015, muestra que a fecha del 14 de agosto, en 2023 en España se han ahogado 267 personas.
El lugar donde más se ha producido un ahogamiento es, mayoritariamente, la playa (145 ahogados), seguido por las piscinas (40), los ríos (31), los embalses (11) y otros espacios acuáticos. En cuanto al sexo, el perfil del ahogado es mayoritariamente masculino con una diferencia aplastante: 218 hombres ahogados frente a solo 49 mujeres.
Estas características se vienen repitiendo desde que se tienen datos, de manera que podemos decir que el perfil del ahogado sería un hombre, de entre 1 y 24 años de edad, que pierde la vida en una playa. En cuanto a los datos de este año, esos 267 ahogamientos hasta el momento de escribir estas líneas son más una persona ahogada por día del año…
De hecho, desde la RFESS alertan de que el mes de junio de 2023 fue el segundo con más ahogamientos de los últimos nueve años, confirmando “una tendencia al alza en las muertes en los espacios acuáticos españoles durante este año”.
El caso es que aún queda verano por delante, pero aún así, aún estamos lejos de los 481 ahogados del año 2017, e incluso de los 394 fallecidos por esta causa en 2022. Aún así, no queremos quitarle importancia porque, si se mantuviera la tendencia del mes de junio, 2023 podría ser un año terrorífico.
Stop ahogados
Precisamente, el informe se empezó a realizar como una forma de llamar la atención ante “las alarmantes cifras que año tras año se van sucediendo en este ámbito” y una situación en la que no existe una legislación estatal que regule la seguridad acuática y una total inexistencia de proyectos a nivel estatal para disminuir el número de ahogamientos en España.
Además, desde la RFESS ponen de manifiesto otros problemas: el importante desconocimiento de las señales internacionales de seguridad acuática, la existencia de diferentes señales en función de las comunidades y/o ayuntamientos y la falta de señalización de peligros.
Por ello, ante la inexistencia de datos estadísticas de ahogamientos y accidentes acuáticos, así como de cifras sobre las “cientos de miles de intervenciones anuales que se realizan con éxito en las costas de nuestro país, por parte de los socorristas”, se propusieron elaborar esta estadística en materia de ahogamientos con la finalidad de “sensibilizar, concienciar y establecer estrategias en materia de prevención ante una dramática situación real”.
Para este organismo, existe una cifra alarmante de fallecidos en medios acuáticos, “sin que ni siquiera se considere la importancia de realizar estudios estadísticos para trabajar en proyectos de mejora de la seguridad para disminuir los ahogamientos en nuestro país”.
Un problema mundial
Por supuesto el de los ahogados no es un problema exclusivo de España. Según la OMS, “los ahogamientos son en un grave problema de salud pública en todo el mundo”. Según sus estimaciones, en 2019 murieron 236.000 personas ahogadas y los traumatismos derivados “supusieron casi un 8% de la mortalidad mundial total”. Así, el ahogamiento es la tercera causa más importante de mortalidad por traumatismo no deliberado, representando un 7% de las muertes relacionadas con traumatismos.
Por otro lado, el ahogamiento es una de las principales causas de muerte a nivel mundial para niños y jóvenes de 1 a 24 años. Además, más del 90% de las muertes por ahogamiento se producen en países de bajos y medianos ingresos, y los niños (sobre todo) y las niñas menores de cinco años son quienes corren mayor riesgo, seguidos por los que tienen entre 5 y 9 años.
Generalmente estos ahogamientos están relacionados con actividades rutinarias “como bañarse, recolectar agua para uso doméstico, viajar sobre el agua en botes o transbordadores y pescar”, pero también tenemos como causa frecuente de ahogamiento “los impactos de los eventos climáticos estacionales o extremos, incluidos los monzones”, que son cada vez más frecuentes.
¿Cómo podemos prevenir los ahogamientos?
El ahogamiento, por tanto, es una causa frecuente de muerte, por eso es muy importante saber qué hacer y cómo reaccionar cuando alguien se ahoga. Y, por supuesto, se debe tener especial precaución con los niños, el grupo de edad más vulnerable.
En cuanto a las medidas de prevención, la OMS ha creado una Guía práctica para prevenir los ahogamientos que os recomendamos leer y en la que destaca que “hay muchas medidas que son útiles para prevenir los ahogamientos” como el cubrimiento de pozos, la colocación de barreras con puertas o corralitos, el vallado del perímetro de piscinas y otras medidas de control del acceso a las masas de agua reduce el nivel de riesgo y de exposición a los peligros acuáticos.
La Organización Mundial de la Salud habla también de “enseñar habilidades básicas de natación, seguridad acuática y rescate seguro a los niños en edad escolar” pero también recalca la importancia de aplicar políticas y leyes eficaces. En este sentido, “se pueden promulgar y hacer cumplir reglamentos de seguridad en la navegación recreativa y el transporte de mercancías o personas”.
Por otro lado, como “prevención frente a las inundaciones catastróficas, hay que resiliencia y gestionar el riesgo de inundación planificando mejor la preparación frente a los desastres y de los usos del suelo y mediante sistemas de pronta alerta”.
Finalmente, la OMS propone elaborar una estrategia nacional de seguridad acuática que pueda “servir para fijar líneas de actuación estratégica y disponer un marco de referencia que oriente las actividades multisectoriales y permita conocer y evaluar la labor realizada”.
¿Qué hacer en caso de ahogamiento?
Según la Clínica Universidad de Navarra, el ahogamiento se puede definir como la muerte por asfixia tras entrar líquido a la vía aérea. “Inicialmente, tras la inmersión total en el agua, la víctima inhibe su respiración y se agita violentamente. La agitación va desapareciendo cuando grandes cantidades de líquidos son tragadas y aspiradas. Los vómitos suelen estar asociados frecuentemente”.
“Después —continúan— desaparecen todos los reflejos de la vía aérea y el agua penetra pasivamente en los pulmones. Al final aparece una parada cardiorrespiratoria”. Entre los síntomas que se aprecian en un ahogado, tenemos la pérdida de conocimiento, la ausencia de movimientos respiratorios y de pulso y la dilatación de las pupilas.
Si vemos a una persona que se está ahogando, lo primero (y muy importante) que debemos considerar es que tenemos que tener la suficiente capacidad física como para realizar un rescate sin poner en peligro nuestra propia vida.
En caso afirmativo, sacaremos a la víctima del agua y, si estuviera lejos, nos acercaremos lo más rápido posible y nos ayudaremos de un palo salvavidas o bien una cuerda unida a un objeto que flote.
Una vez en tierra, lo primero sería buscar ayuda médica, pero si no es posible, hay que tratar a la víctima como si tuviera una lesión cervical; es decir, no se debe girar o doblar su cuello.
A continuación, debemos proceder a realizar una ventilación boca a boca pero siempre antes realizando una limpieza de la vía aérea. Si la víctima no respirara y no tuviera pulso, tendremos que efectuar una reanimación cardiopulmonar básica a la espera de que llegue ayuda sanitaria.
Si, por suerte, el ahogado empezara a respirar de forma espontánea, debemos colocarla en la posición lateral de seguridad y esperar ayuda. Gracias a estos consejos quizá podamos salvar alguna vida y ayudar a que los ahogamientos en España en 2023 no alcancen una cifra récord.
Imágenes | Fotos de Geralt, darrencoleshill, Marino Linic, Cassiano Psomas, Tumisu y macrovector