Perros, monos, gatos o moscas de la fruta han viajado al espacio (y tú no)

Uno de los grandes sueños del hombre ha sido viajar al espacio. Pasearse por esos planetas y esas nebulosas, ¡qué maravilla! Pero no ha sido el primer ser vivo terrestre en traspasar nuestra atmósfera, ni mucho menos. Antes que él, animales de todo tipo fueron enviados. Las misiones con ellos han sido una constante desde que el hombre se decidió a surcar el universo en busca de todo lo posible y lo imposible. Pero el desempeño de las mismas no ha sido tan feliz como a muchos les hubiera gustado. Ideadas para investigar diferentes consecuencias de los viajes espaciales en organismos vivos y estudiar sus efectos, algunas de estas criaturas no fueron precisamente recompensadas por la labor que ejercieron para el ser humano.

La mosca de la fruta

Son pesadas, molestas y muy cansinas pero también unas pioneras en eso de viajar al espacio. En 1946, se realizó una misión que cambiaría para siempre nuestra relación con el universo. Estamos en 1947. Desde Estados Unidos deciden lanzar el misil V-2, un botín de guerra tomado a los alemanes. A bordo viajaban varias moscas de la fruta. La intención era investigar los efectos de exponerse a la radiación a semejante altura que, en aquel viaje, fue de 170 km. Por cierto, las moscas se recuperaron vivas.

Albert I y Albert II

Un año después, se proyectó una nueva misión, mucho más compleja, pues tenía a un macaco como protagonista. Como podremos comprobar, los simios han sido uno de las especies más viajeras. Albert I viajó en un misil V2, pero falleció en esa misión, sin conseguir llegar al espacio. En 1949, era lanzado al espacio Albert II, que logró alcanzar los 134 km. de altura. Eso sí, el paracaídas de frenado de su cohete falló al colisionar contra la atmósfera, y el animalito tampoco sobrevivió.

Tsygan y Dezik

Nos trasladamos de país para hablar de otra pareja de animales, en este caso, perras. De sobra es conocida la carrera espacial que se vivió entre soviéticos y estadounidenses. Uno de los primeros lanzamientos rusos fue el protagonizado por estos dos canes, que hicieron un viaje suborbital en la nave R-1 IIIA-1. Aunque ambas sobrevivieron, en una misión posterior, Dezik falleció junto a su compañera de viaje: Lisa.

Laika

«Era rusa y se llamaba…» Algunos nos enteramos de que había animales astronautas gracias a esta canción de Mecano, y es que el pop es una fuente cultural inagotable. En 1957, la URSS se ponía un paso por delante de los Estados Unidos al conseguir que la perrita Laika se convirtiera en el primer animal en orbitar alrededor de la Tierra. Viajaba en el Sputnik 2, uno de los primeros satélites artificiales. Es uno de los animales más populares de la carrera espacial, pero no sobrevivió. Su muerte sobrevino por el calor y el estrés que sufrió, algo que le quita mucho romanticismo al asunto.

Gordo

En 1958, desde Cabo Cañaveral viajaba un mono ardilla, una variedad sudamericana, al que llamaron Gordo. Fue una misión que organizó el Ejército de los Estados Unidos, para lo que usó un misil balístico intercontinental. Los datos del viaje de Gordo (que fue entrenado para la misión) fueron buenos: sobrevivió a una gravedad 10 veces superior a la de la Tierra y a 8 minutos de ingravidez, pero un problema con el aterrizaje de su nave provocó la muerte del animal.

Able y Baker

En lugar de cabezas nucleares, lo que viajó en 1959 en el misil AM-18 fueron dos monos que se hicieron pero que muy famosos. Able y Baker vivieron 9 minutos de ingravidez y alcanzaron una velocidad de 16.000 km/hora. Pero lo más importante, llegaron con vida a la Tierra. Con lo que se convirtieron en los primeros monos que sobrevivieron a un viaje espacial. Las cosas de la vida, Able murió días después. Tuvieron que operarle por un electrodo que se había infectado en la misión y tuvo una mala reacción a la anestesia.

Belka y Strelka

Y sus compañeros de viaje: un conejo, ratones y ratas y… más moscas de la fruta. Vale, y también plantas y hongos. La Unión Soviética lograba en 1960 un importante hito. Llevar a mamíferos a una altura que hizo que la nave, el Sputnik 5, orbitara un día entero alrededor de la Tierra y que éstos volvieran con vida.

Ham

Otro importante protagonista de los viajes espaciales es Ham, que viajó en 1961 en la nave Mercury 5. Ham es un chimpancé que fue entrenado para su misión, entre otras cosas, para mover palancas, para lo que se le ofrecían recompensas como trozos de fruta. Así, se quería comprobar si, una vez en el espacio, los tripulantes tenían control sobre sus actos y podían hacer diferentes operaciones. Ham regresó con vida y convertido en un héroe, pues su contribución fue muy importante en los siguientes pasos que llevarían a los hombres al espacio.

Gagarin

El 12 de abril de 1961, una nueva especie llegaba al espacio. Se trata de un bípedo que dice tener un desarrollado cerebro. Yuri Alekséyevich Gagarin se convirtió en el primer ser humano que viajaba fuera de nuestro planeta. Los rusos ganaban así, por muy poco, la carrera espacial, pues el norteamericano Alan Shepard fue el segundo humano en lograrlo, tan sólo 23 días después. Gagarin viajó con el Vostok 1, en un vuelo de 108 minutos. Durante los mismos, orbitó a la Tierra, habló por radio y probó comida (otra prueba de la autonomía que se podía lograr en el espacio). Aunque su vida estuvo en peligro por problemas para volver a entrar en la atmósfera y/o del sistema de frenado, Gagarin sobrevivió e inició una nueva página en la historia del hombre.

Félix

Como la serie de dibujos animados. Los franceses también quisieron medir sus fuerzas en la carrera espacial y en 1963 enviaron un gato al espacio. Consiguió una altura de 120 km y regresó con vida. Llevaba implantados unos electrodos para medir sus funciones neuronales. Fue el primer gato espacial.

Tortugas

En 1968, dos tortugas rusas se convirtieron en los primeros animales en orbitar la luna. Bueno, no iban solas, las imprescindibles moscas de la fruta viajaban con ellas, así como algunos gusanos. La nave Zond 5 fue pues, la que llevó a los primeros animales al espacio profundo.

Ranas

El satélite orbital Frog Otolith se convirtió en el hogar permanente de dos ranas toro en 1970, cuando viajaron al espacio (para no regresar jamás) para estudiar el efecto degenerativo que produce la ingravidez en los cuerpos.

De forma totalmente involuntaria, muchos animales han sido protagonistas de míticos viajes espaciales. A ellos, los hombres hemos de agradecerles los estudios, avances y descubrimientos que se han hecho después.

Imagen | Pixabay

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