Esta imagen de un diablo de ojos rojos mostrando unos dientes afilados con gesto amenazador podría protagonizar alguna de nuestras pesadillas. Lo que no podíamos imaginar es que un ser como este formara parte de nuestra vida cotidiana.
Small World Photomicrography Competition 2022 y, entre sus impresionantes imágenes, figura esta de Eugenijus Kavaliauskas que, si bien no ganó, recibió una distinción especial. Esta fotografía nos recuerda una vez más que el tamaño sí importa y que lo pequeño resulta, habitualmente, menos intimidatorio. Una percepción que no se compadece con la realidad de las amenazas a las que nos enfrentamos como confirmó el diminuto virus que causó la pandemia por COVID-19 o, más recientemente, el presidente ruso Vladimir Putin que, con sus escasos 1,70 metros, ha puesto en jaque al mundo. Como vemos, el peligro y la maldad no entienden de cintas métricas.
El caso es que, un año más, se han anunciado los ganadores de laun diablo que no es tal
En el caso de la imagen que encabeza este texto, a pesar de su apariencia de diablo infernal, lo que vemos es la cabeza de una hormiga común (¡uf!). Lo que hace que esta imagen resulte tan terrorífica es que las antenas de la hormiga se unen en la cabeza formando una especie de ojos en llamas. Sin embargo, los ojos reales están más atrás en la cabeza del insecto y resultan mucho menos inquietantes, como bien se encargaron de aclarar algunos usuarios de Twitter para alivio general.
for those confused, these red, circular things are not its eyes, they’re not on the photo, those are their antennal fossa, heres a picture where the eyes appear https://t.co/WBMfxJZMTG pic.twitter.com/uxU3Yf40gR
— Manuke (@ManukePoker) October 18, 2022
Hay que aclarar que, a pesar de su espectacularidad y su éxito en redes, la imagen ganadora de este prestigioso concurso no fue la del «rostro del diablo» sino la presentada por Grigorii Timin, supervisada por el Dr. Michel Milinkovitch en la Universidad de Ginebra, por su impresionante imagen detallada de una mano de un embrión de gecko gigante de Madagascar. El resultado final da una idea de la belleza oculta y la complejidad del gecko, destacando los nervios en un color cian y los huesos, tendones, ligamentos, piel y células sanguíneas en una gama de colores más cálidos.
El segundo premio fue otorgado al Doctor Caleb Dawson por su imagen del tejido mamario que muestra células mioepiteliales contráctiles envueltas alrededor de alvéolos productores de leche. Tardando una semana en procesarse, las células mioepiteliales se tiñeron con múltiples rondas de tintes fluorescentes y se capturaron con un microscopio confocal.
El tercer lugar fue para Satu Paavonsalo y el Doctor Sinem Karaman por su imagen de las redes de vasos sanguíneos en el intestino de un ratón adulto.