La espiral dibujada en el aire por los pies de Fred Astaire aún provoca un estremecimiento en las ondas gravitacionales y los instrumentos científicos más sofisticados quizás sean capaces de detectar restos de las canciones interpretadas por Gene Kelly mezcladas con el ruido de fondo del gran estallido primordial. Una suave melodía que, en su viaje hacia el infinito -una longitud inabarcable que, quien esto escribe, identificó durante mucho tiempo con la de las piernas de Cyd Charisse-, dará testimonio a civilizaciones extraterrestres de que, en un insignificante planeta, alguna vez, hubo vida sensible. Como se ve, en Nobbot somos fans de los musicales y, por ello, nos sentimos alborozados por el gran éxito de la película La La Land, que nos ha hecho salivar de forma compulsiva, recordando la época dorada del género musical. Este brillante estreno nos anima a reivindicar otros que quizás no fueran tan celebrados en su tiempo o que ya han quedado relegados al olvido. Allá van cinco recomendaciones, completamente arbitrarias, para completar la experiencia de los que hayan descubierto este género cinematográfico hace unas semanas. Son solo de este siglo para demostrar que aún hay esperanza, para el género musical y para la humanidad.
Once
Estrenada en 2007, fue definida como el perfecto musical «indie». Ganó el Oscar a la mejor canción original por «Falling Slowly» pero casi todas sus canciones podrían haber sido premiadas con cualquier premio inventado por el ingenio humano. Nos cuenta la historia de amor de dos cantantes callejeros, Glen Hansard y Marketa Irglova, que deambulan por Dublín buscándose la vida y buscándose los besos. Su director ha estrenado este mismo año Sing Street, que también os recomendamos, como su film anterior Begin Again, los dos también de género musical.
GOD SAVE THE GIRL
Si os gusta Belle and Sebastian (¿es posible que a alguien no le guste?), os encantará esta película, bastante desconocida, que supuso la incursión en el cine de Stuart Murdoch, líder de la banda escocesa. Premios especial del jurado de Sundance en 2014, cuenta la historia de una joven de Glasgow que escribe canciones para superar los problemas emocionales que la han llevado al hospital. Un día conoce a otros dos músicos que, al igual que ella, se encuentran en plena encrucijada vital. Y todo es pop, y todo es naif, y las imágenes evocan al Free Cinema y a la Nouvelle Vague…y nos enamoramos de la chica. Como curiosidad, uno de los actores principales, Olly Alexander, es el líder de la banda Years & Years.
across the universe
Es un musical del 2007, ambientado en los años 60 en Estados Unidos y en la música de The Beatles. La trama gira en torno a un joven trabajador que deja su ciudad natal, Liverpool, para buscar a su padre en Estados Unidos y se encuentra con un país en pleno cambio. Por supuesto, hay historia de amor. Por una vez, y sin que sirva de precedente, las versiones de canciones magistrales alcanzan, en ocasiones, una calidad comparable a las originales, del mejor grupo musical de la historia (si alguien duda de esto, quedamos en la puerta y lo arreglamos a puñetazos). Fue candidata al Globo de Oro al mejor musical en 2008.
amanece en edimburgo
¿Qué que es buenrollismo me preguntas…? Buenrollismo es esta película. Si la anterior recomendación se servía de las canciones de The Beatles para articular la historia, en esta película escocesa el grupo elegido para cumplir este papel es The Proclaimers. El amor, la amistad, la guerra, la familia y una inusualmente soleada Edimburgo, son los asuntos alrededor de los que gira una trama salpicada de hermosas canciones y brillantes números musicales ejecutados por unos actores muy inspirados. Difícil no lanzar un suspiro después de ver una escena como la que pone fin a la película. Ains.
EL OTRO LADO DE LA CAMA
La última recomendación es una película española estrenada, con gran éxito de crítica y público, en 2002. Actores como Paz Vega, Ernesto Alterio, Natalia Verbeke, Guillermo Toledo, María Esteve o Alberto San Juan defienden como pueden canciones que forman parte de la memoria musical de este país para hacer avanzar una historia sobre amor, sexo y amistad. Las limitaciones de los intérpretes lejos de estropear el resultado final lo mejoran, pues le aportan una cercana espontaneidad que facilitan la empatía con el público. Hay que recuperarla.
Por último, y a modo de coda nostálgica, este número de uno de los grandes musicales de la historia, esta vez sí del siglo XX, que tanto parece haber tenido en cuenta el autor de La La Land a la hora de dar forma a su película. Vean y lloren. Snif.
Nota: Gracias a las compañeras de Orange, Itxaso Zubía y María Montaner, que han inspirado este artículo.