Fin de verano caliente, y no sólo por las altas temperaturas. También la relación entre las autoridades europeas y estadounidenses está entrando en punto de ebullición a cuentas de las investigaciones que está llevando a cabo Bruselas sobre las maniobras fiscales que utilizan las grandes multinacionales tecnológicas como Apple para pagar menos impuestos por sus actividades en el Viejo Continente.
Las autoridades comunitarias europeas están estrechando el cerco sobre la compañía de Cupertino, que podría verse obligada a afrontar una deuda astronómica por elusión fiscal cifrada, según Bloomberg, en más de 8.000 millones de dólares. Y este marcaje ha hecho saltar una vez más al Tesoro de Estados Unidos, que ha acusado al Ejecutivo europeo de extralimitarse en sus funciones y actuar como una «autoridad fiscal supranacional» en sus pesquisas sobre las grandes empresas norteamericanas. En concreto, un informe del organismo estadounidense que reproduce El País argumenta que «la Comisión Europea no es una agencia tributaria» y por ello no es su función, sino de cada país, reclamar el pago de impuestos a posteriori.
Bruselas no ha tardado en contestar a estas acusaciones, indicando primero que no hay una predisposición en contra de las grandes empresas estadounidenses, como Apple o Amazon, a la que también investiga, y que todas las compañías, comunitarias y extracomunitarias, han de respetar las reglas tributarias de los Estados miembros de la UE y pagar los impuestos correspondientes a los beneficios generados en cada territorio.
Además, en clara referencia a países como Irlanda, Holanda o Luxemburgo (en el punto de mira de la Comisión como supuestos paraísos fiscales para las grandes multinacionales), las autoridades europeas recalcan la irregularidad de las ayudas que ciertas Haciendas nacionales estarían brindando a determinadas empresas. Esos gobiernos, añade, tendrán la obligación de recuperar el montante derivado de esas ventajas fiscales si la investigación concluye que infringen las normas comunitarias sobre ayudas de Estado.
Mientras Apple insiste una y otra vez en que todo lo que hace es legal y recurrirá cualquier decisión que tome el Ejecutivo comunitario sobre un supuesto trato fiscal favorable en países como Irlanda.
Esta no es la primera vez que se produce un desencuentro entre Europa y Estados Unidos debido a la presión fiscal que está ejerciendo Bruselas sobre las compañías americanas. Sin embargo, en este caso existe el factor añadido de la campaña por la presidencia que se está librando al otro lado del Atlántico, con dos candidatos ansiosos, seguramente, de levantar la mano en favor de las empresas nacionales. Veremos si se suavizan estos enfrentamientos o entramos en un otoño caliente con réplicas y contrarréplicas a uno y otro lado del océano.