El llamado enigma de Einstein, ese que supuestamente solo el 2% de la población puede resolver, está, a su vez, rodeado de enigmas.
el científico quien propuso el acertijo y sobre que el 98% de la humanidad no es capaz de resolverlo, no existen fuentes contrastables, estudios científicos, ni nada similar. Pero lo cierto es que el enigma, con todos sus añadidos, se ha difundido como la espuma por internet, por algunos medios de comunicación e incluso ha sido citado por la Universidad de Standford.
Sobre si fue¿Qué dice el enigma de einstein?
En el planteamiento se dan 15 pistas sobre una calle en la que hay cinco casas. Cada una de un color, cada inquilino de una nacionalidad, con una mascota, una bebida y una marca de tabaco distintos. Y resolverlo consiste en averiguar quién es el dueño del pez, sabiendo que:
1.- El británico vive en la casa roja
2.- El sueco tiene un perro
3.- El danés bebe té
4.- El noruego vive en la primera casa
5.- El alemán fuma Prince
6.- La casa verde está justo a la izquierda de la blanca
7.- En la casa verde se bebe café
8.- Quien fuma Pall Mall tiene pájaros
9.- En la casa amarilla se fuma Dunhill
10.- En la casa del centro se bebe leche
11.- Quien fuma Blends vive al lado de quien tiene un gato
12.- Quien tiene un caballo vive al lado de quien fuma Dunhill
13.- Quien fuma Bluemaster bebe cerveza
14.- Quien fuma Blends vive al lado de quien bebe agua
15.- El noruego vive al lado de la casa azul
El mito del 2 %
Ahora hay que hacer un receso en el artículo, que aprovecho para animarle a que deje de leer e intente resolverlo. Es falso que solo el 2 % de la humanidad pueda resolver el enigma de Einstein. Si lo estima oportuno, deje para más adelante este artículo, agarre lápiz y papel, y pruebe.
Dicho esto, continuamos con la solución. Existe una manera gráfica de resolver el enigma… ¡usando PowerPoint!
Si ha empezado a resolver el enigma de Einstein, quizá ha estimado que debemos rellenar una tabla, usando las pistas, para al final descubrir quién tiene un pez. Vamos por el buen camino, pero en vez de tabla, déjenme llamarlo tablero.
Por tanto, toca insertar rectángulos en una hoja en blanco de PowerPoint, hasta que tengamos algo así:
Pondremos también todas las “cartas” disponibles, sin importar por ahora el orden, simplemente conforme van apareciendo. Tendremos algo así (ojo, esta NO es la solución, recomiendo copiar el tablero en blanco en otra diapositiva, para ir rellenándolo después):
Y ahora el quid de la cuestión: vamos a usar el botón Agrupar para ir enlazando las cartas con las pistas que tenemos. Cuando se agrupan dos figuras en PowerPoint, se fusionan y se mueven como una sola (uso la tecla Control para seleccionar las dos):
Así, agrupamos sabiendo que la pista 1 dice: “El británico vive en la casa roja”, y apartamos esas cartas del tablero:
Seguimos igual con las pistas 2 y 3, moviendo las cartas para mantenerlas en la fila y columna que corresponden (fíjese en que se pueden ayudar también con el botón Traer al frente). El sueco tiene un perro y el danés bebe té:
La pista 4 es todavía más fácil, porque si dice que “El noruego vive en la primera casa”, lo podemos incorporar directamente a nuestro tablero de solución final:
Vamos repitiendo la operación Agrupar con las pistas 5, 6, 7, 8 y 9, quedando algo así:
La pista 10 (“En la casa del centro se bebe leche”) pasa directamente al tablero final:
Con la pista 11 (“Quien fuma Blends vive al lado de un gato”) hay que tener más cuidado: “gato” va al lado de “Blends”, pero ¿a qué lado? Tendremos que dejar las dos opciones posibles (izquierda o derecha) en el tablero:
Para no olvidar que las dos opciones son de la misma combinación lo he dejado con un fondo amarillo:
Lo mismo pasa con la pista 12 (un caballo al lado de Dunhill), y no es problema el hecho de que Dunhill ya estuviese agrupado con casa amarilla: se devuelve al tablero para mantener las distancias:
A estas alturas, que la 13 diga que Bluemaster va con cerveza no nos requiere mucho esfuerzo:
Pero sí hay que ver bien la 14: “Quien fuma Blends vive al lado de quien bebe agua”. Con ‘Blends’ ya teníamos dos opciones en el recuadro amarillo. Quien bebe agua puede ser a un lado u otro, por lo que surgen cuatro posibilidades:
Y por último la 15 (“el noruego vive al lado de la casa azul”) pasa al tablero final:
Una vez analizadas todas las pistas (si se fija, el pez no aparece en ninguna), pasamos a “jugar” con ver dónde caben. Para ello nos traemos el tablero final a la primera diapositiva (o al revés, no seré yo quien diga cómo jugar):
Y ahora a probar. Iremos metiendo aquellas que solo tienen una opción. Por ejemplo, las agrupaciones “Pall Mall – pájaros” o “británico – roja” caben en varios sitios, pero “verde – blanca – café” sólo en uno:
Eso solo nos deja una opción para “británico – roja”, así que, ¡para dentro!
Y el hueco en Color tiene que ser “amarilla”, de la cual había dos opciones. Como no puede haber nada a la izquierda, será la opción superior:
Acabamos de llegar al punto en el que la solución del enigma de Einstein se complica, sobre todo si lo intentaron resolver con lápiz y papel. Ahora todas las agrupaciones tienen varias opciones. Lo único que nos queda es lo que los aficionados a los sudokus llaman la suerte del arquero: hacer suposiciones. Por ejemplo, que “cerveza – Bluemaster” va en la casa azul:
Eso sólo nos deja las opciones “danés – té” en la casa blanca y “alemán – café” en la verde:
Pero ojo, porque entonces no tenemos dónde poner “sueco – perro”. Por tanto, la hipótesis “cerveza – Bluemaster” en la casa azul es errónea, lo que implica que debe ir en la casa blanca. Desandemos lo andando…
Y ahora sí, podemos ir rellenando como sigue:
Y atención porque… ¡acabamos de realizar el movimiento ganador! Habemus dueño del pez.
Finalmente, ¿quién tiene el pez?
Si dijo que era un alemán que vivía en una casa verde, donde bebía café y fumaba Prince, ¡enhorabuena! Espero que le haya resultado interesante y le animo a que rete a sus amigos para intentar resolver el enigma de Einstein.
Un enigmático saludo.
José María Manzano Crespo, Profesor de Sistemas y Automática, Universidad Loyola Andalucía
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.