Enrique Meneses nació periodista por parte de padre. Se educó en Francia y Portugal por avatares de la Guerra Civil y devoró la vida con el afán de estar allá donde podía ocurrir algo digno de ser contado. Su carácter decidido, culto, apasionado y cosmopolita lleno de recursos, le permitió desarrollar el instinto preciso para conseguir ser testigo de los sucesos que cambiaron el mundo en la segunda mitad del siglo XX, y sobrevivir a ellos, convirtiéndose en el reportero español más internacional. Enrique Meneses abrazó el periodismo como religión y en el ejercicio de su fe despreció el fracaso, la estabilidad, el dinero y hasta la enfermedad que le terminó venciendo. Sus enemigos fueron la desidia, el conformismo y la mala praxis del oficio. Su obsesión, «ser fuerte con los fuertes y débil con los débiles». Hasta el 17 de enero, se puede comprobar la calidad y profundidad de su obra en el Centro de Historias de Zaragoza, en una exposición -Enrique Meneses. La vida de un reportero»-, que recoge 90 de sus fotografías.
ser periodista y vivir de ello
Con 24 años, con un solo billete de ida, se embarcó rumbo a la aventura de ser periodista y vivir de ello. Llegó a Egipto en pleno auge nacionalista del nuevo régimen del presidente nasser, vivió durante cuatro meses la aventura de atravesar África y contó en primera persona la guerra del Canal de Suez, los inicios de la revolución cubana en Sierra Maestra y las tensiones de la guerra fría personificadas en Kruschev y Kennedy. Escuchó el sueño de Martin Luther King y el «Blowing in the wind» de Bob Dylan en el Lincoln Memorial de Washington. Acompañó el féretro de JFK al cementerio de Arlington y el del Aga Khan al mausoleo de Asuán.
Entrevistó al Shah de Persia, a Husseín de Jordania y a innumerables personalidades del mundo de la cultura y el arte. Provisto siempre de una cámara, fotografió lo que presenció, con la genuina intención de obtener una imagen para documentar un hecho. Despreció todo artificio estético y actuó como fotógrafo ausente para no alterar el momento.
En su regreso a Europa fundó agencias de noticias (Delta Press, Foto-press), y dirigió revistas como Cosmópolis, Lui, Cosmopolitan, o la edición española de Play Boy. Con Televisión Española (TVE), trabajó en programas como A toda plana, Los reporteros y Robinsón en África. Para Radio nacional dirige el programa Los aventureros, que acabó convirtiéndose en una revista mensual.
enrique meneses, inútil para la ficción
En julio de 1993, ya enfermo, asistió al cerco de Sarajevo, lo que sería su último trabajo como enviado especial. Recluido en casa, continuó su vocación profesional por medio de blogs y con la ayuda de jóvenes colegas convierte el salón de su casa en Utopía Televisión, inspirada en el movimiento del 15-M.
Enrique Meneses fue autor de diversos libros, siempre consecuencia de su trabajo como periodista, ya que se reconocía inútil para la ficción. Entre estos destacan Fidel Castro (1966), Nasser, el último faraón (1968), Escrito en carne (1981), África de Cairo a Cabo (1998) y Hasta aquí hemos llegado (2006), este último, una biografía sorprendente y detallada de su periplo vital.
Más información sobre Enrique Meneses en la Fundación que lleva su nombre