Madrid instalará una cabina roja en homenaje a Antonio Mercero

La explosión de la movilidad ha hecho desaparecer las cabinas que antes salpicaban las calles de todas las ciudades. Esas en las que, los más viejos del lugar, hacíamos cola cuando éramos niños para llamar a nuestra novia o novio, lejos de los oídos de nuestros padres. Sin embargo, como el lince al borde de la extinción, la cabina se resiste a desaparecer, sobre todo de nuestra memoria. Pero, cuando todas hayan desaparecido, al menos nos quedará ese locutorio rojo que instalará el Ayuntamiento de Madrid en honor de la obra emblemática del director de cine Antonio Mercero.  La iniciativa #UnaCabinaParaMercero impulsada en Twitter por el madrileño David Linares, ha conseguido casi 5000 firmas en change.org y el apoyo de medios de comunicación, artistas, políticos, empresas e instituciones.

la cabina y el pie en la puerta

Para quien no conozca esta obra emblemática de nuestro cine, La Cabina, que ganó el Emmy Internacional al mejor telefilme en 1973, hay que decir que supuso un auténtico fenómeno en la España de aquel entonces, de las dos cadenas de televisión. Es imposible no recordar el rostro angustiado del actor José Luis López Vázquez, tratando de salir de las cuatro paredes acristaladas. No haremos ningún spoiler sobre el impactante final de la historia porque, seguro, que muchos jóvenes aún no la han visto. Si La Cabina se estrenara hoy en Netflix, sería también un éxito.

En su época, el éxito cosechado por el telefilme entre una audiencia estupefacta hizo que, al entrar en una cabina, todos los españoles colocaran su pie en la puerta entreabierta, para bloquearla, con el fin de evitar sufrir una situación similar a la vivida por su protagonista.

David Linares, el impulsor de esta iniciativa para instalar una cabina roja en Madrid en homenaje al cortometraje, es un guionista madrileño con más de diez años de experiencia en televisión. Ha trabajado en programas de entretenimiento y de información como ‘Gran Hermano’, ‘Fama ¡a bailar!’, ‘El programa de Ana Rosa’ y actualmente en ‘Ven a cenar conmigo’.  Su admiración por la figura de Antonio Mercero responde a una infancia repleta de bonitos momentos frente al televisor viviendo aventuras y emociones con ‘La Cabina’, ‘Verano Azul’ y ‘Farmacia de Guardia’.

transformarse o morir

Las cabinas comenzaron a inundar de forma paultina las calles de ciudades y pueblos a partir de los años 60. La primera en España se instaló en 1928, concretamente en la sala de fiestas Florida Park, en El Retiro madrileño.

Primera cabina instalada en España, en la sala de fiestas Florida Park, en El Retiro madrileño.
Primera cabina instalada en España, en la sala de fiestas Florida Park, en El Retiro madrileño.

Pero los tiempos cambian y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha publicado un informe sobre la modificación del servicio universal de telecomunicaciones en el que informa de sus intenciones para el futuro de las cabinas, que no parece muy halagüeño.

Una vez finalice la obligatoriedad del servicio y no se haya procedido a su desinstalación por parte de Telefónica o la Administración, se plantea la búsqueda de una segunda vida para ellas como la que se les ha dado en Andalucía donde unas pocas se han reconvertido en puntos de carga para móviles. Esta es una tendencia global y, así, en Nueva York se ha impulsado el plan LinkNYC, un programa para reemplazar las cabinas por kioskos con WiFi.

El caso es que las cabinas desaparecen y, como ya contamos en Nobbot, surgen nuevos usos para ellas, que van desde las instalaciones artísticas a discotecas diminutas o librerías.

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