Esta es la pinta que tendrán los restaurantes en el futuro

Todo tiene que evolucionar, cambiar, avanzar… La tecnología avanza, el mundo avanza, la música avanza… E incluso la hostelería avanza. No se trata única y exclusivamente de añadir WiFi o tablets a los restaurantes. Muchos grandes chefs están reinventando su negocio y creando nuevas experiencias para sus comensales y para atraer nueva clientela.

El concepto de restaurante que tenemos hoy en día está agonizando. Ya no vale única y exclusivamente con atraer a la clientela gracias a una estupenda carta de platos elaborados o una extensa y variada bodega. Bueno, ayuda sí, pero muchos chefs se dan cuenta de que sus clientes piden más y quedarse estancado conlleva una muerte segura.

La hostelería avanza, pero no nos vamos a centrar hoy en una tendencia o manera de hacer las cosas. Ahora mismo los restaurantes se están centrando en el low cost y el high cost. ¿Qué es esto? Muy sencillo, ajustar su carta para atraer un comensal con un poder adquisitivo específico y centrar todos sus recursos en esto.

Pero hoy en Nobbot nos queremos centrar en la tecnología y cómo la están fusionando con el mundo de la hostelería, aproximándonos a los restaurantes del futuro.

Tres ejemplos con nombre propio en Bilbao

Vamos a empezar esta andadura con un referente gastronómico dentro de España, la capital vizcaína. Bilbao es famosa por su buen comer y su buen hacer… Así que os vamos a poner tres ejemplos de cómo están evolucionando los restaurantes más punteros de la ciudad.

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El primer caso, y también uno de los pioneros, lo tenemos en el Restaurante Etxanobe en el palacio de Euskalduna. En el centro neurálgico de la ciudad, la llamada zona 0 de Bilbao (la más cara), destaca por sus salones con maravillosas vistas al Museo Guggenheim, la torre de Iberdrola… Pero no son las vistas lo que más llama la atención.

A la hora de elegir el postre, se proporcionan unos tablets donde podemos ver en una aplicación diseñada específicamente los diferentes postres que están disponibles en la carta. Como no podía ser de otra manera, podemos ver ingredientes, fotografías, elaboración y una pequeña historia de cómo su equipo de cocineros idearon el postre.

Si accedemos a su web, además de reservas, fotos, equipo humano y demás, también podremos hacer un tour virtual por el restaurante.

Otro gran ejemplo lo tenemos en el Restaurante Bascook. Su recién remodelada página web nos trae una serie de juegos interactivos que divertirán al comensal más curioso. De primeras, la carta del restaurante no es una carta al uso, es un periódico. Sí, los comensales a la hora de sentarse en la mesa recibirán un periódico donde están las diferentes propuestas de su cocinero: Aitor Elizegi.

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Pero no queda ahí la cosa… Entre los platos que componen la carta, existen una serie de pistas que llevará al más avispado a descubrir, gracias a dichas pistas y a su smartphone, el plato secreto de la semana. Un plato que no está incluido en el menú, pero que podrá degustar como premio a su descubrimiento.

Sin ser restaurantes, en esta ciudad existen algunas cocktelerías que se rigen por sabores y olores, no por determinados tipos de bebidas espirituosas o marcas… El decir «ponme un gintonic de la marca X» ya no vale. El barman indagará en qué sabores nos gustan, qué aromas preferimos o qué tipo de copa buscamos, a partir de ahí nos preparará un cocktail a medida. Todo esto lo podremos hacer en breve de forma online para que cuando lleguemos el barman ya sepa qué copa vamos a tomar.

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TECNOLOGIA Y HOSTELERÍA JUNTAS DE LA MANO

No se trata única y exclusivamente de hablar de restaurantes o establecimientos concretos, también podemos hablar de cómo la última tecnología se está introduciendo en el mundo de la hostelería. Todos hemos visto en acción o al menos hemos oído hablar de las impresoras en 3D, ¿qué ocurriría si nuestra comida fuera realizada a través de una de estas impresoras?

Esto es lo que nos ofrece FoodInk. Esta empresa inglesa ha desarrollado unas impresoras 3D específicas para la hostelería. Será posible hacer de todo con ellas, desde los platos, los utensilios decorativos de las mesas, los cubiertos… E incluso la comida.

Cualquier restaurante puede adquirir una de estas impresoras y realizar lo que le venga a la mente con ellas. Será posible crear la base de la receta para conseguir un plato que llame la atención y, además, que esta impresión en tres dimensiones sea comestible. Gracias a estos periféricos, podremos realizar formas que nos serían imposibles de crear de otra manera y jugar con los colores, dando un aspecto muy visual a nuestro plato. Si visitáis su página web, veréis más claramente a lo que nos estamos refiriendo.

Otro ejemplo de cómo la tecnología puede aliarse con la hostelería es el restaurante Ebony de Dubai. En este restaurante las mesas son táctiles y desde ellas es posible ver la oferta gastronómica que tienen disponible, de manera que podamos ordenar nuestra comanda directamente a cocina.

Eatsa es un restaurante en San Francisco donde solo sirven quinoa. La quinoa es un alimento similar al cus-cus y todos los platos lo tienen de base. En el restaurante nadie te atiende ni nadie te sirve. Desde los iPads que están disponibles, podemos elegir nuestro plato y pagar directamente con nuestra tarjeta de crédito. Y en una pantalla de LCD vemos cómo se va preparando nuestra comida… Todo completamente automatizado.

Seguimos con el restaurante más caro del mundo, el Sublimotion, que se encuentra en el hotel Hard Rock de Ibiza. Paco Roncero es el chef que, gracias al apoyo de Samsung, ofrece un espectáculo que pretende cautivar al comensal a través de los cinco sentidos. En Sublimotion tecnología y alta cocina van juntas de la mano.

Mediante unas gafas de realidad virtual podemos comenzar nuestra experiencia gastronómica que se complementará con un sofisticado espectáculo audiovisual. Un menú degustación de 25 platos, espectáculos, realidad virtual… Todo al módico precio (aproximado) de 1.700 euros por comensal.

Estamos comenzando a ver, en definitiva, cómo la tecnología y la hostelería caminan de la mano. Poco a poco vemos cómo diferentes ideas ingeniosas implementan esta tecnología para crear una experiencia diferente que atrape al comensal. Este es el inicio, pero de aquí a pocos años veremos más aproximaciones revolucionarias cuyo único fin será ofrecer no sólo comida sino nuevas experiencias.

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