Ludovic Pech, CEO de Orange, considera que todos los agentes que se benefician de la transformación digital deben contribuir de forma justa a los costes de red para no comprometer el futuro de España y de Europa.
neutralidad de la red
Ludovic Pech cree que “el funcionamiento actual del sistema compromete el cumplimiento de los objetivos de conectividad que nos hemos marcado como sociedad y corremos el riesgo de no cerrar la brecha digital y quedar tecnológicamente rezagados frente al resto de economías”.
Así parece haberlo entendido la Comisión Europea, que ha lanzado una consulta pública en la que pretende abrir el debate para mantener una conversación más exhaustiva con todas las partes interesadas y recabar datos adicionales. La consulta exploratoria también aborda la posible necesidad de que todos los agentes que se beneficien de la transformación digital contribuyan equitativamente a las inversiones necesarias.
Eso sí, el CEO de Orange aclara que las operadoras de telecomunicaciones “no estamos pidiendo cambiar los principios de neutralidad de la red de Europa. Tampoco estamos pidiendo una nueva tasa o mecanismo tributario para los OTTs”.
Orange y MásMóvil
Hoy, cinco grandes compañías concentran un 60% del tráfico de datos de las redes a cuyo despliegue no contribuyen y el uso de la red está creciendo a un ritmo muy elevado de casi el 40% anual.
Además, se prevé que este ritmo se acelere aún más en los próximos años por el desarrollo del metaverso y otros servicios de internet cada vez más sofisticados y adaptar la capacidad de las redes a este tráfico tiene un coste muy elevado. De hecho, como ha señalado Pech, contar con la escala necesaria para afrontar la inversión futura es una de las razones que han motivado la operación por la que, una vez obtenida la aprobación de las autoridades europeas de competencia, se unirán los negocios de Orange y MásMóvil en España al 50%.
más impulso a la digitalización
Un informe de Axon describe distintos escenarios en los que la contribución de las plataformas digitales al desarrollo de las redes de telecomunicaciones generaría riqueza en el continente. Por ejemplo, una contribución de los gigantes digitales por un valor medio de 20.000 millones de euros impulsaría la expansión de las redes incrementando el PIB europeo en solo cuatro años en hasta 72.000 millones de euros, creando 840.000 nuevos puestos de trabajo.
Ludovic Pech cree que la situación actual está socavando la capacidad de muchos operadores de redes para obtener un retorno viable de sus inversiones y que una contribución más justa de todos los agentes de la cadena de valor «permitirá que tengamos mejores redes y que las tengamos antes”.
«Hay que tener en cuenta -añade- que los operadores de red han invertido cerca de 600.000 millones de euros durante los últimos diez años en el desarrollo de sus redes de telecomunicaciones fijas y móviles en Europa». Solo Orange, como segundo operador español ha invertido más de 35.000 millones de euros, fundamentalmente en construir las redes de super banda ancha.
Según Ludovic Pech, la inversión de los grandes originadores de tráfico no es comparable ni en magnitud ni en complejidad con la que llevan a cabo los operadores de telecomunicaciones a todos los hogares y usuarios móviles de Europa. Solo en 2021, la inversión de los operadores de telecomunicaciones en Europa se sitúa en 56.300 millones de euros. Por su parte, los grandes originadores de tráfico invirtieron alrededor de 1.000 millones de euros en infraestructuras (grandes rutas internacionales y submarinas, peering, tránsito y caching) y 16.000 millones de euros en centros de datos.
Beneficios para los clientes
Ludovic Pech subraya, además, que «unas reglas del juego justas para todos serán beneficiosas para los consumidores» ya que una asignación más justa de los costes de red puede aliviar la presión sobre los precios.»Además, los verán un despliegue más rápido de redes de máxima calidad y más sostenibles para disfrutar de nuevos servicios como el metaverso«, concluye.
Investigaciones recientes muestran, de hecho, que existe el riesgo de que 45 millones de europeos no dispongan de redes de 1Gbps en 2030.