Este es el ratón de ordenador más grande (e inútil) del mundo

¿Alguna vez has tenido una idea tan marciana como formar parte del Guinness World Records por convertir tu coche en el ratón de ordenador más grande del mundo? Pues el diseñador y YouTuber William Osman aún no aparece en el libro de los récords, pero decidió hacer precisamente eso junto a Simone Giertz.

  Se pusieron manos a la obra y han transformado un vehículo en un ratón. Tal como el propio inventor involucrado en este loco proyecto contó, esta idea puede sonarnos a »pegamos un lápiz en un rascacielos y pasamos a considerarlo el lápiz más grande del mundo», pero no es exactamente así. Se trata de colocar un ratón genérico sujeto al parachoques del coche, pero con el movimiento del vehículo solo se desplazará hacia arriba y abajo, pues para mover el ratón, el coche debería hacer lo propio e igual no es muy idea.

el ratón de ordenador más grande del mundo

¿Cómo lo han hecho? Pues a bordo de un Comuta-Car, un coche eléctrico diseñado en los años 70 por Sebring-Vanguard como respuesta a la crisis del petróleo, al que bautizó Cheese Louise, pues su parecido con un pedazo de queso es evidente.
En primer lugar, Simone y Osman modificaron un ratón PS/2 genérico con una nueva lente y, después, programaron un Arduino Pro Micro para que actuase como controlador. El problema es que el ratón solo registraría movimientos verticales y horizontales aunque el coche gire, por lo tanto, recurrieron a la asistencia de un magnetómetro. Además, el clic principal del ratón fue conectado al claxón del Cheese Louise.

Vale, se trata de un experimento absurdo que no funcionó del todo bien. El plan era conducir para crear de manera simultánea una especie de retrato en Photoshop y, después de que el controlador se parase dos veces, tan solo lograron hacer un triángulo de color amarillo. Es inútil crear el ratón de ordenador más grande del mundo, pero con estos vídeos las risas están aseguradas.

los robots de simone en Youtube

Un robot que te da la sopa como tu madre cuando tenías dos años. Otro despertador que la levanta de la cama a golpes. Robots para pintarse los labios, cepillarse los dientes… Esta inventora entusiasta no ingeniera, tal como ella misma se define, siempre termina sus creaciones con cara de asombro. Y su canal con más de sesenta vídeos ya cuenta con más de 920.000 seguidores en YouTube.

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