¿Las redes sociales se han comido las noticias y la verdad?

Las redes sociales se han comido las noticias, amenazan la viabilidad del periodismo basado en el interés público y han contribuido a una era en la que las opiniones están sustituyendo a los hechos, son las conclusiones del un artículo publicado por Katharine Viner en The Guardian y publicado en España por Ahora. La autora se hace la escalofriante pregunta de si importa la verdad y pone diversos ejemplos de tratamiento informativo que ha tenido más en cuenta los intereses de sus emisores y las posibilidades de difusión en redes sociales de una noticia que su adecuación con la verdad de los hechos.  Cuando un hecho empieza a parecerse a lo que tú crees que es verdad, se vuelve muy difícil para cualquiera advertir la diferencia entre hechos que son ciertos y “hechos” que no lo son, apunta la que fuera directora de The Guardian.

Según Katharine Viner, veinticinco años después de que apareciera en línea la primera web, estamos viviendo un periodo de transformación vertiginosa. Durante los 500 años posteriores a Gutenberg, la forma dominante de información fue la página impresa: el conocimiento se transmitía básicamente en un formato fijo, que animaba a los lectores a creer en verdades estables y asentadas.

«Ahora estamos atrapados en una serie de confusas batallas entre fuerzas opuestas: entre la verdad y la falsedad, el hecho y el rumor, la amabilidad y la crueldad; entre los pocos y los muchos; entre los conectados y los alienados; entre la plataforma abierta de la web como sus arquitectos la concibieron y los jardines cerrados de Facebook y otras redes sociales; entre el público informado y la muchedumbre equivocada», explica.

Cada vez más, lo que pasa por ser un hecho es solamente un punto de vista que alguien siente que es verdad, y la tecnología ha hecho muy fácil que esos “hechos” circulen con una velocidad y un alcance que era inimaginable en la era de Gutenberg (o hace apenas una década).

clics y anuncios

«En los últimos años, muchos medios se han alejado del periodismo de interés público para acercarse al equivalente en noticias a la comida basura, persiguiendo el número de páginas vistas con la vana esperanza de atraer clics y anuncios (o inversión). Pero como sucede con la comida basura, cuando te has atiborrado, te odias a ti mismo. La manifestación más extrema de este fenómeno ha sido la creación de laboratorios de noticias falsas, que atraen tráfico con reportajes falsos, diseñados para parecer noticias de verdad que luego son ampliamente compartidas en las redes sociales. Pero el mismo principio se aplica a noticias que son engañosas o deshonestas por sensacionalistas, aunque no fueran pensadas para engañar: la nueva medida de valor para demasiados medios es la viralidad, en lugar de la verdad o la calidad».

Medios
Medios

«El problema -explica Viner- es que el modelo de negocio de la mayoría de medios digitales se basa en los clics. Medios de todo el mundo se han dejado llevar por una fiebre de frenéticos anuncios al por mayor para rascar los céntimos de la publicidad digital».

la transformación digital no es sólo una cuestión tecnológica

La autora termina su artículo con cierto apunte esperanzador al afirmar que «tenemos el privilegio de vivir en una era en la que podemos utilizar muchas tecnologías nuevas —y la ayuda de nuestra audiencia— para hacerlo». Pero también señala que los medios «deben darse cuenta de que el tránsito del papel a los medios digitales nunca ha sido solo una cuestión tecnológica. La tecnología y los medios no existen de manera aislada; contribuyen a dar forma a la sociedad al mismo tiempo que esta les da forma a ellos. Esto significa implicarse con gente en tanto que actores civiles, ciudadanos, iguales. Se trata de hacer que el poder rinda cuentas, luchar por un espacio público y asumir la responsabilidad de crear el mundo en el que queremos vivir».

Desde nobbot os recomendamos con entusiasmo la lectura de este artículo que plantea cuestiones muy interesantes, y que no sólo tienen que ver con el periodismo y la industria de los medios sino también con el futuro de las sociedades democráticas que precisan de una información libre y veraz.

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