Las redes de comunicaciones informáticas cada vez transportan una mayor cantidad de datos. Hemos pasado de un hogar que tenía un ordenador con conexión a Internet y que utilizaba toda la familia a que cada miembro tenga su propio dispositivo de acceso y, además, diversos gadgets que se conectan a Internet. Por eso es importante ordenar este tráfico de red para que no se congestione. Hoy vamos a ver qué es el QoS y por qué es importante para tu red local.
¿Qué es QoS y para qué sirve?
QoS es el acrónimo de Quality of Service, o calidad de servicio en español, que establece diversos mecanismos destinados a asegurarnos la fluidez en el tráfico de la red. Para ello, lo que hace es dar prioridad al tráfico según el tipo de datos transportados. Por ejemplo, puedes dar prioridad al tráfico de imágenes si lo que quieres es que la conexión de tu televisor con internet sea más ágil.
Para explicarlo de una forma más visual, solo hay que imaginarse una autopista con varios carriles. Para que el tráfico sea más fluido, por cada uno de esos carriles únicamente puede circular un tipo de vehículo: uno para camiones, otro para motos y un tercero más para utilitarios, por ejemplo. Seleccionar por qué vía iría cada uno de ellos es lo que se puede configurar con QoS, pero aplicado al tipo de contenidos. Una configuración que depende de variables como la latencia o el ancho de banda. El objetivo final es que todos podamos utilizar sin problema estos servicios que dependen de nuestra conectividad.
La conexión de red, tanto de área local como de acceso a Internet, es finita, está limitada por la capacidad de la banda ancha que tengas contratada. Este factor de escasez es el que administra QoS, para tratar de que las preferencias del tráfico se adapten a nuestras prioridades. Si tu red va fluida, no va a suponer una gran diferencia si el QoS está configurado o no, pero si notas algún cuello de botella puntual o latencia, en ese momento es cuando deberías plantearte su configuración.
¿Cómo funciona el QoS?
QoS tratará un paquete de datos de una forma u otra en función de la clase a la que pertenezca. Aquí depende un poco del router para establecer un tipo de clasificación u otra. No todos nos dan las mismas opciones. En este sentido, lo normal es que se clasifique la pertenencia según la dirección MAC, el puerto de origen o destino, etc. Esto va a permitir diferenciar entre paquetes de datos que van destinados a una videoconferencia por Skype, un juego online o una película que estamos viendo por streaming, por poner varios ejemplos de servicios que demandan un consumo de datos alto, tanto de bajada como también de subida, que muchas veces es el factor más escaso.
Una vez clasificados los paquetes de datos y establecidas las prioridades, QoS lo que en realidad hace es ordenar los paquetes para su salida en diferentes colas según sus clases. A partir de aquí, y según las prioridades establecidas, los va enviando. De esta forma, se asegura de mantener una calidad de servicio en el tráfico de red, lo que se conoce como la gestión del ancho de banda, una de las partes principales del QoS.
Esto funciona tanto para los paquetes que el router recibe como para los que tiene que enviar por las interfaces WAN y LAN. Tendrá que decidir para cada paquete entre enviar (forward), demorar (delay) o descartar (drop). Solo los dispositivos que tienen cierta capacidad de almacenamiento pueden apostar por la opción de demorar, ya que si no pueden hacerlo tendrán que descartar el paquete.
En caso de que el paquete sea descartado, el dispositivo emisor, ya sea un equipo de la red local o tráfico que llega al router desde Internet, volverá a transmitir dicho paquete, lo que puede hacer que la red local se sature un poco más en lugar de mejorar la capacidad de gestión del tráfico estableciendo prioridades.
Por lo general, donde es más efectivo el QoS en su configuración en el router es en la gestión del tráfico de subida, que es el segmento de la red más escaso en comparación con el de bajada (la mayoría de las líneas de banda ancha del hogar suelen ser asimétricas). Para ello, tenemos que tener configurada esta cuestión en nuestro router, aunque, como hemos comentado antes, no todos nos ofrecen las mismas posibilidades.
¿Dónde se configura el QoS?
El QoS tiene como hemos visto dos partes: una primera que depende de nuestro router y otra vinculada al dispositivo de acceso. En las propiedades de tu tarjeta de red, puedes ver si el QoS está activado o no, así como controlar el ancho de banda que reserva para la gestión del tráfico del dispositivo.
Por otro lado, tenemos que configurarlo en el router y no todos tienen esta función. En el enrutador suele aparecer en el apartado de Opciones avanzadas. Lo normal es que nos deje priorizar el tráfico por dirección IP o por protocolo. Esto te va a permitir darle más prioridad por ejemplo al tráfico de la consola que a la descarga de un archivo, por citar un ejemplo.
Es un aspecto que podemos mejorar en nuestra red local incorporando nuestro propio router avanzado en caso de que el nuestro no disponga de esta alternativa. Además, puede mejorar otros aspectos, como incorporar Wifi AC o un puerto USB para la conexión de un disco duro y la gestión de descargas directamente en dicho dispositivo.
En Anexo M | Consejos y trucos para identificar los posibles problemas que pueden provocar una conexión a Internet lenta