Así es como los retos visuales protagonizan algunos de los contenidos más virales

Constantemente, todos recibimos en nuestro mail, nuestro WhatsApp o nuestra cuenta de Facebook, juegos que tratan de poner a prueba nuestro ingenio, imaginación o destreza visual. Los hay de mil tipos, más divertidos o más oscuros. Pero tienen una cosa en común: no podemos evitar probarlos y ver si somos capaces de resolverlos. Así es como los retos visuales protagonizan algunos de los contenidos más virales de la red.

Retos visuales, ¿por qué nos chiflan?

Los retos visuales son juegos. Así pues, atienden a esa parte lúdica y divertida que las personas no tienen más remedio que alimentar de vez en cuando. Son entretenimiento puro y duro, sin más pretensiones, y esas ganas de pasarlo bien representan una de las características principales que se buscan cuando se navega por Internet.

Otra de las cualidades por las que triunfan es porque retan directamente a la mente. A los seres humanos nos encanta esa sensación de sentirse un poco atribulados, un tanto perdidos, pero convencidos de que hay una solución a ese enigma al que, antes o después, se llegará. Más bien, nos gusta que sea antes, por eso nos volvemos locos tratando de averiguar la respuesta correcta. Una respuesta que, tal vez, es mucho más lógica de lo que se puede pensar. Darle vueltas a una imagen, desafiarnos a nosotros mismos, pero, a un mismo tiempo, poder contar con la tranquilidad de saber que no nos jugamos nada, aporta la dosis aventurera suficiente para calmar la necesidad de desafío.

Por supuesto, no podemos negarlo, también nos encanta compartir esos retos visuales con los demás. Una vez que ya sabemos la respuesta correcta, claro. Cuando el truco se ha desvelado ante nuestros ojos, pasamos a ser cómplices del enigma. Lo compartimos en nuestras redes y desafiamos a nuestros amigos. Como si ese juego lo hubiéramos inventado nosotros. Nos sentimos satisfechos de aportar tan ingeniosos contenidos y, claro está, si podemos, presumimos de lo sencillo que ha resultado para nosotros resolverlo.

O sea, que los retos visuales son divertidos, son ingeniosos, no requieren un lapso de tiempo demasiado largo… Todo ello les convierte en terriblemente virales.

También en el mundo analógico

Aunque claro, no nos confundamos. Vale que Internet ha despertado un universo lleno de fantásticas posibilidades que llegan de todas partes del mundo. Pero la red no ha inventado los retos visuales. Estos existen, prácticamente, desde que el mundo es mundo. Así que, los que fuimos niños analógicos ya vivimos nuestra fiebre con libros como ‘¿Dónde está Wally?’, en los que ese jovencito de gafas y camiseta a rayas se paseaba por los escenarios más extraños y superpoblados.

Y muchos aún recuerdan la emoción de la primera vez. La primera vez que pudieron ver una imagen en 3D, obvio. Láminas que ocultaban un dibujo o una forma, un enigma detrás de la primera impresión. Nos devanábamos los sesos venga a concentrarnos. Nos poníamos bizcos para que la imagen brotara, como fuegos artificiales ante nuestros ojos. Y es que sí, desafiar a la mente es una de las cualidades más bonitas que tenemos como seres humanos. Nos hace crecer, pensar y evolucionar.

A continuación, un pequeño repaso por algunos de los retos que podemos encontrar por la red. Imposible elegir sólo uno.

¿Eres capaz de encontrar…?

Estos retos visuales son la versión 2.0 de ‘¿Dónde está Wally?’. Se caracterizan por presentar una lámina plagada de personajes muy similares, que, agolpados y asfixiados, ocultan a alguien diferente. Un ser totalmente distinto al que se ha de encontrar entre toda la marabunta. Cuanto más exagerado es el contraste, más gustan estos juegos. Otra de sus cualidades es que están protagonizados por seres animados tiernos y visualmente muy alegres. Los gatos, claro está, son grandes protagonistas.

El artista gráfico Dudolf es uno de los grandes precursores de este tipo de juegos. Su llamativa manera de dibujar hace a sus imágenes totalmente reconocibles. Muchos otros tratan de imitar su estilo. Pero Dudolf siempre consigue seguir sorprendiendo. En su perfil de Facebook, constantemente, regala a los fans más y más acertijos.

¿Dónde está?

Este tipo de retos son parecidos a la anterior tipología y, al tiempo, diferentes. En este caso, suele haber un paisaje y un animal, una persona o un objeto están camuflados entre sus píxeles. Si en el primer caso abrumaba la gran cantidad de personajes, en este segundo, el espectador se siente agobiado porque no ve nada. ¿De verdad hay cinco gatos escondidos en ese jardín? Si sólo aparecen unas cuantas plantas…

Hace unas semanas, se hizo muy famoso un reto visual que publicó, en sus redes sociales, ni más ni menos que el ejército británico. Una imagen de la jungla de Brunei en la que se ocultan, no diremos el número, sólo, que hay unos cuantos soldados. Una acción que la institución lanzó para acercarse a los ciudadanos, mostrando su lado más divertido y cordial.

¿Una joven o una anciana?

Pasamos ahora a un tipo de reto que puede dar un poco de ‘yuyu’ porque a veces se conciben como ejercicios que desvelan cómo es la personalidad de quien los mira. Se trata del clásico desafío en el que un dibujo esconde dos imágenes completamente diferentes. ¿Qué vemos: dos caras o una copa? Así, suponen un reto mucho más comprometido y peliagudo porque algunos, directamente, se presentan anunciando que si vemos X quiere decir que somos de tal forma, y si vemos Y, somos de esta otra. Analizan y clasifican a la persona que cae en la «trampa» de forma inocente.

Algunos de éstos recuerdan al famoso test de Rorschach. Publicado en 1921, se trata de diez láminas con manchas de tinta que aparecen como formas difusas y sin una clara definición. Muchos sicólogos e incluso reclutadores profesionales las utilizan para desentrañar la personalidad de quien tienen en frente con una pregunta muy sencilla: «¿Qué ve en esta lámina?»

#thedress

#whiteandgold o #blackandblue fue la sorprendente discusión que dividió al mundo en dos bandos enfrentados e irreconciliables durante 2015. Uno de los casos de ilusión óptica más virales de la corta historia de Internet. Hablamos de la foto de un vestido. Un vestido que algunos veían en color blanco y dorado y otros en azul y negro.

Todo empezó cuando se publicó en Tumblr la foto de un vestido que una invitada iba a llevar a un boda. El vestido era negro y azul, pero algunos en la foto lo veían blanco y dorado. ¿Cómo era posible? La foto comenzó a republicarse, a retuitearse… Los testigos no se ponían de acuerdo sobre cómo era el vestido. Lo «mágico» de su misterio, que hacía que unos lo vieran de un color o de otro, convirtió a este vestido en un hito de los eventos que nos ha regalado Internet.

La explicación científica que dieron algunos expertos fue que las diferentes opiniones se debían a la distinta percepción que el cerebro humano tiene a la hora de ver un color según factores como la luz que reciba ese objeto. Entonces, ¿la humanidad está dividida entre los que ven blanco y los que ven azul…? Un debate que aún hoy en día sigue en boga con un nuevo protagonista. En este caso, un bolso que, de nuevo, parece cambiar de color según quien lo mire.

Por eso nos encantan los retos visuales. Desafíos ópticos que ponen a prueba incluso lo que nos parece más evidente.

Imagen | Pixabay, Whereswally, Twitter  

En Nobbot | Ni de ciencias ni de letras, simplemente, cultos

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