Además de ser piloto de Iberia, Vanessa de Velasco es directora de ‘Aviadoras’, un proyecto que ha nacido para normalizar la presencia de la mujer en una profesión marcada por la presencia masculina.
En el mundo existen alrededor de 130.000 pilotos. De ellos, 4.000 son mujeres, según datos recogidos por la Sociedad Internacional de Mujeres Pilotos de Líneas Aéreas. En nuestro país las cifras siguen la tendencia: el Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (SEPLA) señala que la presencia femenina en esta profesión apenas representa un 3% del total.
Una de estas mujeres es la piloto de Iberia Vanessa de Velasco, que está a la cabeza del proyecto ‘Aviadoras’, una plataforma de mujeres creada en el seno del SEPLA que busca la igualdad en este colectivo. Con ella hemos hablado de cómo surge su interés por pilotar aviones, de su etapa como alumna en la escuela de vuelo a la que asistió, de los aviones que ha pilotado… Y afirma no haberse visto discriminada nunca.
-¿Qué recuerdo guardas de la primera vez que te subiste a un avión y lo pilotaste?
Es una sensación única y muy bonita que jamás olvidas. Recuerdo una gran sensación de libertad, a la vez que divertida y emocionante.
-¿Cuándo supiste que querías dedicarte a esta profesión?
Supongo que la idea rondó siempre en mi cabeza al haberlo visto en casa. Pero no fue hasta los 17 años cuando tomé la decisión final y decidí matricularme en la escuela de vuelo Aero Madrid.
-¿Cómo reaccionó tu entorno?
En todo momento me animaron y alentaron. En mi casa, como he dicho antes, no era una profesión desconocida. Mi padre era piloto y lo veía como algo normal. Él y mi madre no me pusieron ninguna limitación; al contrario, fueron un apoyo para mí.
-¿Cómo recuerdas la etapa en la que te formaste como piloto profesional? ¿Tus profesores y compañeros de clase te dieron un trato distinto?
Aunque fue exigente, lo recuerdo como una etapa bonita. Había que estudiar muchas materias y, al mismo tiempo, volar por las mañanas. Eran muchos conceptos nuevos que había que asimilar. Por mi experiencia, la mayoría de mis compañeros y profesores me dieron un trato igual que al resto, aunque siempre existen barreras a lo largo de la formación de una persona. ¿Quién no ha sentido estas barreras alguna vez? En aviación no es diferente a otros sectores. Eso sí, en mi promoción fuimos sólo cinco chicas entre unos 80 alumnos. Eché de menos que hubiera más mujeres estudiando lo mismo que yo para normalizar nuestra presencia. Ahora en las escuelas de vuelo es posible encontrar entre un 10% y un 15% de mujeres, y esto representa todo un avance.
-¿Desde cuándo llevas ejerciendo? ¿Qué aviones has tenido la oportunidad de pilotar?
Llevo volando en compañía 17 años y estuve, además, cuatro años como instructora en una escuela de vuelo. En estos momentos, de igual forma, imparto facilitación de factores humanos en aviación. A lo largo de mi trayectoria profesional como instructora he volado avionetas tipo Piper PA-28 y PA-38. También el modelo Seneca. Son avionetas con tren fijo, retráctiles, con turbohélice y bimotores. Son las normales en la trayectoria de aprendizaje de cualquier piloto, ya que hacen que vayas entendiendo el pilotaje desde el principio. Después entré en compañía, en corto radio, volando aviones de 72.000 kilogramos (Airbus 320) para luego pasar a largo radio y volar aviones de mayor tonelaje y autonomía como los Airbus 350 y 330.
«En mi promoción fuimos sólo cinco chicas entre unos 80 alumnos. Eché de menos que hubiera más mujeres estudiando lo mismo que yo para normalizar nuestra presencia«.
-¿Qué sentiste la primera vez que se dirigieron a ti como ‘comandante’?
Todavía no se han dirigido a mí como comandante. Aunque llevo muchas horas de experiencia (más de 10.000) y muchos años volando, aún no me ha llegado el puesto por escalafón. Supongo que cuando llegue ese instante, será un paso natural dentro de mi trayectoria profesional. Lo viviré con responsabilidad. Volar un avión es una experiencia única: a los que nos gusta, nos hace sentir completos y nos llena de una responsabilidad que aceptamos como normal.
-¿Cómo es tu día a día laboral en una profesión reservada mayoritariamente a la figura masculina?
Supongo que igual que para cualquier otro piloto. A veces extraordinaria, a veces más cansada. También es exigente en el estudio y la preparación, pero siempre sintiéndome afortunada de ser piloto. Nuestra profesión nos exige mucho estudio y preparación.
-¿Has sentido en alguna ocasión que te discriminaran?
En mi caso, no.
-¿Cuáles han sido las principales dificultades a las que has tenido que enfrentarte?
Una formación continua, cambios de horarios, instrucción intensa, responsabilidad al llevar el avión con la máxima seguridad posible… Son dificultades intrínsecas en nuestra profesión que aceptamos con naturalidad.
«Atraer talento es muy sencillo, pero hay que poner los medios para hacerlo y dar visibilidad a la profesión desde todos los medios posibles: sindicatos, asociaciones y compañías«.
-Según tu experiencia personal, ¿cómo crees que se podría atraer más talento femenino a esta profesión?
Atraer talento es muy sencillo, pero hay que poner los medios para hacerlo y dar visibilidad a la profesión desde todos los medios posibles: sindicatos, asociaciones y compañías. Otra opción es crear una comunidad para que las mujeres sepan que es un ambiente normal aunque haya un bajo porcentaje y que no son las únicas. Incluso es necesario conocer nuestros referentes históricos para sentir que no somos las primeras ni las últimas.
-¿Qué les señalarías a las chicas que sueñan con ser pilotos pero no se atreven a dar el paso definitivo?
Les diría que esto es un trabajo muy bonito, pero a la vez caro y sacrificado. Que lo piensen bien, que se informen y que contacten con Aviadoras o el SEPLA. Una vez puesto todo en la balanza, si quieren seguir, ¡adelante!. Que no lo duden. Todos debemos luchar por lo que queremos con respeto y consciencia. Hombres y mujeres, esta profesión es para todos.
-¿Le resulta difícil conciliar vida familiar y profesional?
Hago lo que puedo, como todos. Para mí este es el mejor trabajo y me da mucho tiempo de calidad.
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Imágenes | SEPLA