La campaña de vacunación que viajó a América en los brazos de unos desventurados niños

vacuna de la viruelaEl transporte y conservación de las vacunas contra la covid-19 han sido dos problemas que ha habido que resolver para conseguir la vacunación masiva de la población. La primera campaña de vacunación contra la viruela en América también tuvo que dar respuesta a estos retos y la encontró en los brazos de unos desventurados niños.

En 1796, Edward Jenner realizó una serie de experimentos que le llevarían a conseguir la primera efectiva contra la viruela. La técnica empleada por Jenner consistía en inocular fluido extraído de las pústulas generadas por personas que habían sido infectadas con la viruela bovina que era provocada por un virus similar al de la viruela humana pero no tan mortal.

La viruela, provocada por los virus y, fue una de las más temidas porque sus efectos en las poblaciones eran catastróficos. Se calcula que la tasa de mortalidad provocada por la viruela durante los siglos XVII y XVIII estuvo en torno al 10% del total de la población europea y que un 30% que padeció graves secuelas, como la ceguera, a consecuencia de la misma. Hasta 1796 no existió forma de prevenirla ni tratamiento alguno que consiguiera inmunizar a las personas que se infectaban.

las epidemias que enfriaron la tierra

La viruela fue la primera enfermedad infecciosa que se importó desde Europa al nuevo continente. Las epidemias de viruela, de sarampión, de tifus, de gripe y otras enfermedades infecciosas fueron la causa del primer gran colapso demográfico que experimentaron las poblaciones aborígenes americanas que habían vivido aisladas y carecían de defensas frente a los virus importados. En el siglo XVII ya estaba completamente extendida por el continente y nuevos brotes epidémicos surgían de forma periódica devastando poblaciones enteras.

Las poblaciones indígenas, con una baja resistencia a los nuevos virus, no tuvieron apenas margen de maniobra. Los números de fallecidos, incluso en estimaciones conservadoras, se acercan a los de la II Guerra Mundial. Y eso en una época en la que el planeta estaba mucho menos poblado.

Un grupo de investigadores del University College de Londres publicó un estudio en ‘Quaternary Science Reviews’ en el que, combinando las diferentes variables y datos publicados hasta la fecha, estiman que la población americana rondaba los 60 millones de habitantes antes de la llegada de los españoles. Europa, en aquel entonces, concentraba alrededor de 80 millones de personas en un territorio la mitad de extenso.

viruela
Cicatrices producidas por la vacuna de la viruela en un tratado traducido por Balmis en 1803.
 CC BY 4.0 / Wellcome Library

A medida que los conquistadores avanzaban a través del territorio, tuvo lugar una colonización masiva por parte de la gripe, el sarampión y compañía. Alrededor del año 1600, el estudio estima mediante modelos matemáticos que quedaban menos de cuatro millones de indígenas en América. Un 90% de la población nativa había desaparecido. Un 10% de la población mundial se había esfumado por obra y gracia de los virus (aunque no solo). “Esta tragedia humana [la muerte del 90% de la población indígena] significó que no hubiese suficientes trabajadores para gestionar los campos y los bosques. Sin intervención humana, los ecosistemas volvieron a sus estados naturales, absorbiendo así grandes cantidades de carbono de la atmósfera. El alcance de este fenómeno fue tan vasto que eliminó suficiente CO? para enfriar el planeta”, explican los autores del estudio en un artículo publicado en ‘The Conversation’.

la vacuna contra la viruela que cruzó el atlántico

Aterrorizadas por los estragos que una oleada de viruela estaba causando en América, las autoridades coloniales solicitaron ayuda a la Corona para organizar una expedición que llevase la vacuna de Jenner a las Indias. Para transportarla se propuso un sistema que hoy nos parecería inaceptable: la vacuna viajaría en jóvenes inoculados con el pus en el brazo.

Expediente sobre la introducción de la vacuna en América. 1802-1813.

Esta práctica, que hoy nos resulta ajena a la ética médica pero en la época se consideraba adecuada y de hecho Edward Jenner había hecho la primera prueba de la vacuna inoculando a un niño de ocho años. Los niños respondían a la vacunación mejor que los adultos ya que éstos podían haberse inmunizado sin haber mostrado síntomas de la enfermedad.

Por medio de los niños se practicaría un sistema de vacunación encadenado, que se denominó “brazo a brazo”: las pústulas de un niño ya inoculado con el virus se trasladaban a otro que aún no lo estaba en el momento óptimo de las pústulas y así sucesivamente. Fueron 22 niños huérfanos o de familias necesitadas, entre 3 y 9 años, los que iniciaron el viaje aunque fueron centenares, sin que sepamos una cifra concreta, los que fueron utilizados en las diferentes etapas de la expedición en condiciones lamentables.  

operación balmis

Así, la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, impulsada y dirigida por el médico militar Francisco Javier de Balmis, partió de A Coruña con destino a América el 30 de noviembre de 1803. Tras una parada en las Islas Canarias, llegó a Puerto Rico y de ahí al pasó al continente. No existen cifras oficiales, pero se calcula que varios cientos de miles de personas se vacunaron de la viruela a partir de la Expedición Filantrópica de la Vacuna salvando un buen número de vidas.

La misión se caracterizó por procurar una constante cooperación con las autoridades locales implicadas. Tras tres años, la expedición regresó a España, habiendo conseguido inmunizar a las poblaciones de Canarias, América, Filipinas, Macao, Cantón y la isla Santa Elena, constituyendo una de las más importantes gestas promotoras de la salud pública y de la educación sanitaria en el ámbito internacional.

No en vano, el nombre de Balmis fue elegido el Ministerio de Defensa a la operación para luchar contra la propagación del Covid-19.

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