La esperanza para salir mejores de esta crisis está en nuestras manos, en las manos que dan

solidarios orangeEstá siendo un invierno trágico, que culmina una atroz secuencia de meses marcados por la pandemia, en la que también hemos vivido temporales, nevadas históricas, incluso un intento de golpe de estado en EE.UU., todas ellas situaciones que acentúan nuestra sensación de miedo y desamparo. Imaginemos ahora cómo puede vivir este tiempo alguien que tiene su hogar en la calle.

En centros de acogida como el de San Isidro, en Madrid, la actividad es frenética. La tercera ola de la pandemia ha cambiado la rutina que permite atender con eficacia las necesidades más básicas de las personas que acuden allí. Mayte Bravo, subdirectora del centro, nos cuenta cómo “gracias a la implicación y constancia de los profesionales hemos podido salir adelante”.

Ella se muestra muy agradecida a las personas y empresas que colaboran de manera voluntaria para hacer un poco más llevadera la vida a las personas que tienen instalado su hogar sobre una pila de cartones.

mantas, sacos de dormir, comida…

Gentes anónimas dedican parte de su tiempo a ayudar a quienes más lo necesitan, también grandes empresas como Orange, que ha repartido decenas de cestas con alimentos en San Isidro, así como sacos de dormir o mantas. En total, su actividad, que ha contado con la participación activa de sus empleados, ha beneficiado a unas 160 personas sin techo. En otras instalaciones, como el comedor social Santa María Josefa de Vallecas, la compañía distribuyó 400 comidas de Navidad a personas sin hogar.

solidarios orangeDurante la pasada navidad, y a través de su acción filantrópica Solidarios Orange, proporcionó 400 comidas a 200 familias y 380 mantas y sacos. Además entregó 410 regalos de Reyes y, empleados y clientes, donaron 16.000 euros al Banco de Alimentos de Madrid.

Tal como explican los organizadores de Solidarios Orange, “gracias a los conocimientos y el tiempo voluntario de las personas de nuestra compañía, queremos proporcionar una ayuda relevante, desde una perspectiva de desarrollo humano y de mejora de calidad de vida”.

esperanza para encarar el futuro

Decíamos que, de la pandemia, saldríamos mejores. Hoy parece claro que saldremos –quienes consigan salir- con más miedo y más pobres, por lo menos en un primer momento. Sin embargo, esta crisis también ha puesto de relieve la grandeza del ser humano cuando tiende la mano a los otros y esa mano sostiene la esperanza de todos.

No una mano que golpea, ni que aparta, sino que ofrece, que se da. Es en estos gestos -con iniciativas como las de Orange y otras muchas personas y empresas- en los que debemos hallar la esperanza para encarar un futuro que, si bien hoy se ve aún lejano, llegará y será mejor que este presente trágico.

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