Aquí ya hemos hablado de que la magia de las redes sociales es la magia de las personas que interactúan en ellas.
El último ejemplo, su uso para poner en contacto a David Summers con el cantautor Borja Casado y, a su vez, con la problemática relacionada con el Síndrome de CACH, una enfermedad rara que afecta a niños.
¿Pero cómo se gesta esta colaboración entre ambos artistas? Casado alaba al músico al recordar el momento en que contactó con él: “empecé a interactuar en redes sociales con David Summers hasta que un día le propuse que cantara Señorita rocanrol conmigo. No lo dudó ni un instante, de inmediato me dijo que sí y nos pusimos a trabajar. Y así surge la edición de este single que estará disponible en plataformas digitales”.Casado explica que la música es cada día más necesaria. “Y no ya como andamio emocional ni como esqueleto sentimental de tanta gente, que también, sino por su poder de sanar, ayudar y concienciar sobre diferentes dolencias tanto sociales como de carácter individual”.
La música tiene alma y, prueba de ello, es la iniciativa del cantautor castellonense Borja Casado, quien con su último disco, dedicado íntegramente a ayudar a niños como Ainara, pretende arrojar luz sobre un gran desconocido: el síndrome de CACH. «Y en un gran viaje siempre hay compañeros que empatizan y se suman a la causa, como el gran David Summers», dice.
Casado escribió esta canción para la niña Ainara Reina, que sufre Síndrome de CACH. De hecho, el 100% de las ventas del disco irán destinadas a la asociación Soldados de Ainara (soldadosdeainara.com) que, fundada por los padres de Ainara, lucha cada día para ayudar a otras familias que se encuentran en la misma situación que ellos.
david summers y la señorita rocanrol
Los niños afectados por Síndrome de CACH presentan un desarrollo inicial normal, en los que se instalan de manera progresiva, entre los 2 y los 5 años, problemas para caminar de tipo cerebelo-espástico, contrastando con una relativa preservación de las capacidades cognitivas.
En un gran número de casos, la aparición de la enfermedad es aparentemente aguda, con un déficit neurológico, confusión y a veces convulsiones en un contexto de infección febril viral común, tomando una apariencia “pseudo-encefálica” o de secuelas de una lesión craneal mínima, lo que hace temer una emergencia neuroquirúrgica.
Durante la evolución, se observa una recuperación parcial, a veces total, en algunas semanas o meses, seguida de nuevos episodios de deterioro más o menos rápido, lo que lleva a la muerte por la disfunción del tronco cerebral en un periodo de tiempo de 5 a 10 años después de la aparición de la enfermedad.