¿Carne en conserva hace 400.000 años? Innovación en la era a. de I. (antes de Instagram)

Por la arrogancia del ser humano contemporáneo, a menudo se piensa que los que nos precedieron, por el hecho de vivir unos tiempos menos desarrollados tecnológicamente, eran menos capaces que nosotros. Comprobar que en el Paleolítico consumían carne en conserva nos puede hacer explotar la cabeza.

A ese saco de ignorante desprecio lanzamos a cualquiera que haya habitado el planeta en la era a. de I., esto es: antes de Instagram. Sin embargo, a poco que retiremos nuestros ojos de los “me gusta”, nos daremos cuenta de que el progreso de hoy no se explica sin la innovación de ayer. Por eso conviene desempolvar los libros de historia cada cierto tiempo.

Ahora, investigadores del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) en colaboración con científicos del Centro Nacional de Investigación Sobre la Evolución Humana (CENIEH), de la Universidad de Lleida y de la Universidad de Tel Aviv, han encontrado evidencias del almacenamiento y consumo de médula ósea conservada en el yacimiento israelí de la cueva de Qesem hace más de 400.000 años.

carne en conserva durante 9 semanas

Este hallazgo confirma que las comunidades humanas del Paleolítico eran capaces de guardar los huesos de los animales cazados durante semanas para procesarlos y consumirlos más tarde. Vamos, que se las ingeniaron para disponer de comida en conserva que duraba, en óptimas condiciones de consumo, no menos de nueve semanas.

Así lo han confirmado los investigadores, que introdujeron huesos de ciervo dentro de una cámara ambiental que reproducía las condiciones de temperatura y humedad de Israel. Los análisis químicos posteriores constataron que la médula comenzaba un proceso de degradación incipiente a partir de la novena semana.

“Hemos descubierto, por tanto, que preservar el hueso con la piel durante semanas permitiría a los grupos humanos romperlos cuando era necesario y cubrir sus necesidades alimentarias incluso en épocas de escasez”, explica a Sinc Jordi Rosell, investigador del IPHES.

La médula ósea constituye una fuente de recursos nutricionales muy importante y es consumida de manera regular y preferente desde los orígenes de la humanidad.

Fotografía: Agencia Sinc

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