IA para entender qué decían las lenguas muertas de nuestros antepasados

lenguas muertas

El pasado esconde una cantidad de secretos y enigmas que, en muchas ocasiones, han quedado atrapados en lenguas ya muertas que no hemos logrado descifrar. Conocer a nuestros antepasados es un privilegio que no siempre hemos alcanzado pero la tecnología trata de acercarnos a civilizaciones pasadas para que sea más sencillo comprender este vaivén de circunstancias que es nuestro presente.

Un grupo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha creado una inteligencia artificial capaz de descifrar lenguas muertas de forma automática. A diferencia de otros sistemas, los usuarios no tendrán que establecer un contexto que permita a la máquina descifrar determinadas circunstancias.

IA al servicio de las lenguas muertas

Esta inteligencia artificial se basa en varios principios de conocimiento de la lingüística histórica, entre ellos, el hecho de que las lenguas sólo evolucionan de ciertas formas predecibles. A partir de estas premisas, los investigadores desarrollaron un algoritmo de descifrado capaz de comprender lenguas muertas o antiguas sin conocer demasiada información previa. Este algoritmo es capaz de manejar el vasto espacio de posibles transformaciones y la escasez de una señal de guía en la entrada. Además, aprende a incrustar los sonidos del lenguaje en un espacio multidimensional donde las diferencias en la pronunciación se reflejan en la distancia entre los vectores correspondientes.

De esta forma, los investigadores capturan patrones pertinentes de cambio de lenguaje y los expresan como restricciones computacionales. El modelo resultante puede segmentar palabras en un idioma antiguo y asignarlas a sus contrapartes en un idioma relacionado. Es decir, puede evaluar la proximidad entre dos idiomas y, cuando se prueba en idiomas conocidos, identificar con precisión familias de idiomas.

Tal y como cuenta la profesora Regina Barzilay del MIT, el equipo ha sido capaz de identificar todas las referencias a personas o lugares referidas en el texto estudiado para, posteriormente, investigarse más a la luz de la evidencia histórica conocida. «Estos métodos de ‘reconocimiento de entidades’ se utilizan comúnmente en varias aplicaciones de procesamiento de texto en la actualidad y son muy precisos, pero la pregunta clave de la investigación es si la tarea es factible sin datos de entrenamiento en el idioma antiguo» concluye.

Decenas de estas lenguas muertas están perdidas o «no descifradas» , es decir, no sabemos lo suficiente sobre su gramática, vocabulario o sintaxis para poder comprender realmente sus textos. Por eso, esta inteligencia artificial y todas las herramientas que la tecnología ponga a nuestra disposición en este sentido podrán ayudarnos a entender mejor las formas de comunicarse de las civilizaciones antiguas y, en consecuencia, las nuestras.

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