La crisis COVID-19 ha alimentado la ciencia chapuza y la dictadura del clic

Pedro Gullón, coautor de Epidemiocracia, sobre gestión de la crisis COVID-19Los medios de información y la comunidad científica deben reflexionar sobre su papel durante la crisis de la COVID-19. La premura por publicar avances, a menudo sin confirmar, genera confusión entre una población que busca desesperadamente certezas.

Así lo cree el epidemiólogo Pedro Gullón, autor, junto al médico de familia y comunidad Javier Padilla del libro Epidemiocracia (Capitán Swing, 2020). En una entrevista concedida a SINC, Gullón señala que “ se ha pecado desde cierto mundo científico e informativo de intentar dar seguridad sobre temas en los que no la hay. Quizá la epidemiología sí haya fallado a la hora de transmitir que no sabemos todo. Debemos normalizarlo y actuar con la mejor información que tenemos disponible, que nunca es perfecta». Cita el ejemplo de Fernando Simón que, en rueda de prensa, respondió a un periodista “esta misma tarde me lo estudio”.

la covid-19 no ofrece certezas

Manejamos muy mal la incertidumbre y queremos tener la seguridad de lo que va a pasar, cuándo y cómo, pero eso es muy difícil en una pandemia como la COVID-19, que obliga a saber manejar la paciencia tanto como la incertidumbre. Tal como explica Pedro Gullón “es la primera pandemia en la que vemos una gestión de datos inmediata, tengamos un poco de paciencia. Hay que entender que venimos de un contexto de diez años de recortes, que los profesionales están agotados y que no pasa nada si la gráfica de un periódico en vez de actualizarse cada día se actualiza cada siete”.

En este sentido, el coautor de Epidemiocracia apunta que “el mundo informativo y científico debe reflexionar sobre cómo queremos enfrentarnos a situaciones similares en el futuro. Los medios han descubierto qué eran los preprints y dado validez a afirmaciones que no apoyarían el resto de epidemiólogos. Da más visitas quien dice que todo se ha hecho mal que quien explica que hay que tener calma e ir viendo día a día”.

“Por otra parte ha habido una ciencia chapuza, fruto de un mercado competitivo que hace que no se busquen soluciones globales. Es muy triste que en vez de una ciencia cooperativa haya que hacer una altamente competitiva que disminuye la calidad y hace perder credibilidad”.

Gullón pone como ejemplo de despropósito el caso de la hidroxicloroquina. “Por favor, frenemos un poco. Es como con la información: pensemos antes de publicar. Los modelajes también han sido problemáticos: se han equivocado, hay que aceptar que es muy complicado y que no hay una llave única”.

epidemiocracia

el caso español

En cuanto a las razones del impacto de la COVID-19 en España Gullón recomienda hacer un poco de memoria. “Se ignora el sustrato del que partimos. Venimos de unas tendencias que ocurren desde hace mucho y no se puede entender el impacto que ha tenido la COVID-19 en diferentes países sin entender de dónde venimos. No son solo los recortes en salud pública, sino que tenemos una cultura de ocio que hace que una enorme cantidad de gente pase por ciudades como Madrid y Barcelona. No es casualidad que lugares como España, Francia e Italia, que reciben más de 80 millones de turistas al año, hayan sido los más afectados de Europa inicialmente. Si generamos que un sitio esté más expuesto tenemos que admitir que puedan pasar estas cosas”.

Pensando en el futuro y sobre un hipotético rebrote, el epidemiólogo reconoce que hay tantos escenarios posibles que es difícil saber lo que va a pasar. “¿Dejamos a todo el mundo encerrado seis meses en casa?”, pregunta, con sorna, ante esta inevitable incertidumbre.

“Sí creo que vamos a convivir con el coronavirus y las medidas de protección individuales, como mascarillas y distancia, durante un tiempo. Yo espero que no solo pase eso, sino que reflexionemos y pensemos en dotar a la salud pública de recursos, hablemos de un sistema nacional de cuidados… que se introduzca algo en la agenda política”, concluye.

La entrevista completa, realizada por Sergio Ferrer, en SINC.

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