Este marcapasos inalámbrico se disuelve cuando el corazón ya no lo necesita

Investigadores de la Universidad de Northwestern ha diseñado un marcapasos de carga inalámbrica que es capaz de disolverse en el organismo sin dejar rastro tras dos semanas de funcionamiento.

Desde que se implantó el primer marcapasos en 1958, no se ha parado de innovar para que estos dispositivos cada vez sean más potentes e incluso funcionen sin la necesidad de una batería o pila. Y es en esta última línea donde se están centrando las investigaciones científicas. Sin ir más lejos, según informa Wired, científicos de la Universidad de Northwestern han creado un marcapasos que se carga de forma inalámbrica y, además, se disuelve en el interior del organismo sin dejar rastro cuando ya no se necesita.

Este dispositivo podría utilizarse en pacientes que necesitan un marcapasos temporal tras una intervención quirúrgica o que están a la espera de un marcapasos permanente. Es ligero, ya que pesa alrededor 0,23 gramos aproximadamente.

Todos sus componentes son biocompatibles y se absorben de forma natural en los biofluidos del cuerpo, en el transcurso de cinco a siete semanas, sin necesidad de extracción quirúrgica.

UN MARCAPASOS CON TECNOLOGÍA nfc

Este marcapasos recoge energía de forma inalámbrica de una antena externa y remota mediante protocolos de comunicación de campo cercano, la misma tecnología que se utiliza en los smartphone para los pagos electrónicos y en las etiquetas RFID. Esto elimina la necesidad de baterías voluminosas y hardware rígidos, incluido los cables (o plomos).

“Los dispositivos colocados en el corazón o cerca de él entrañan riesgos de infección y otras complicaciones”, afirma John A. Rogers, ingeniero biomédico de la Universidad Northwestern. «Nuestros marcapasos inalámbricos y temporales superan los principales inconvenientes de los dispositivos temporales tradicionales al eliminar la necesidad de utilizar cables percutáneos para los procedimientos de extracción quirúrgica, lo que ofrece la posibilidad de reducir costes y mejorar los resultados de la atención del paciente”, agrega Rogers.

En la actualidad, este marcapasos inalámbrico ha sido probado con éxito en pequeños mamíferos, como roedores, conejos y perros, además de en órganos humanos individuales de donantes. En dichas pruebas, este dispositivo funcionó durante cuatro días y seguidamente consiguió disolverse hasta desaparecer en los escáneres. Sin embargo, los investigadores afirman que el tiempo de uso y disolución puede variar al cambiar el grosor del marcapasos.

“La electrónica transitoria abre un capítulo completamente nuevo en la medicina y la investigación biomédica”, explica Igor Efimov de la Universidad George Washigton, que también ha participado en el estudio. «Los materiales bioabsorbibles son la base de esta tecnología y permiten crear una gran cantidad de dispositivos transitorios para monitorizar la progresión de enfermedades y terapias, administrar terapias eléctricas, farmacológicas, celulares, reprogramación de genes y más”.

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